Ricardo Castillo

ricardo-castilloDos poemas de Ricardo Castillo en voz alta y también leídos. Escuchar, pero sobre todo ver decir a este poeta de Jalisco, México, sus poemas es una experiencia de la oralidad cercana al Noh.

 

 

RICARDO CASTILLO (Guadalajara, México, 1954)

Ricardo Castillo en su propia voz (3.89 MB)

Ricardo Castillo
Ricardo Castillo
Su trabajo poético está publicado en diez libros, dos discos de audio y un video. El pobrecito señor X, editado por el Fondo de Cultura Económica recibe el Premio Carlos Pellicer en 1980. Su poemario Nicolás el camaleón obtiene el Premio Nacional de Poesía Paula de Allende de la Universidad Autónoma de Querétaro en 1989. Borrar los nombres es publicado en Madrid por la editorial de poesía La luz roja en 2006. La máquina del instante de formulación poética (libro-CD con juego interactivo y libro juego de mesa), gana en 2008 el primer lugar del Premio Universidad Complutense de Madrid-Microsoft «Literaturas en español del texto al Hipermedia».  Este mismo año la editorial Ecrit des forges de Quebec, Canadá, y Mantis Editores de México publican en edición bilingüe una recopilación de cuatro trabajos poéticos suyos, bajo el titulo de Quartz / Cuarzo, en edición bilingüe

Diferentes textos han sido incluidos en más de 20 antologías, la mayoría publicadas en México, pero algunas en Estados Unidos, Colombia, Perú y Paraguay.

Una de las orientaciones de su labor poética (la exploración oral de los poemas) lo ha llevado a realizar numerosas lecturas de memoria en teatros, bares o festivales de poesía hablada, así como a interactuar con músicos, coreógrafos y bailarines. También esta tendencia ha determinado que dos montajes escénicos realizados en co-autoría con el músico Gerardo Enciso, se trasladaran a medios audiovisuales: Es la calle, honda… un disco compacto de audio (1992), en tanto que Borrados, trama escénica interdisciplinaria (poesía, música y danza), fue realizado en video (1998). Su más reciente trabajo, Il re lámpago, de próxima aparición, incluye dos cd´s de audio que vinculan estrechamente el texto de los poemas a su expresión oral.

Trabaja en el Departamento de Estudios Literarios de la Universidad de Guadalajara.

 

DOS POEMAS DE IL RE LÁMPAGO / RICARDO CASTILLO

 

Porta en las gambas el acariciado

        rizo de la carne

nido neto de diana

lengua y bestia la negra floración

        acumulada

            en los bordes risueños

                    de la nervadura y el aire

neto de liana i diana

hoy como ayer       con dos pies

la acaudalada oquedad de la carne

                    lleva en la nota obstinada

el antiguo estrépito consignado

                    por andrógina       par labra

Gardenta de sodio y rotor de orquídeo

labial de tinte oscuro y adictivo

antídoto que mata y resucita

bendición envenenada

                    de un veneno bendecido.

 

Desde el blanco asiento de un silencio involuntario

viene la coda alebrumando frondas y espejismos más dietros

        que el suave velo concavado

Escarpe siempre la duana en cada mañesta

brinde la dársena la pupila tornada en arcado toldo bendelciero

La ruta en cuerpo rina da luna que rei

daca que toma la pulcra sombra de sus tersos dedos aparecidos

        para romper toda frágala

toda barca

todo bruñido paisaje en los costillares del neblo davino.

 

Nervo dador de estera

escultura de viernas y baleares caricias y tersos innominados

sobre la cristalda se enrula y pronuncia

la costa que entona sin rema

la bruma que pilla la clave

la sustra que emulse su rastro

y la garza que supo la lengua de brelos causeros del mar.

 

Adarno del vano lenguaje trajo sus perlas narientes

sobre la carsa blúmea de santas señas en desembarco

do grida la núnsia moldando la grana en un kilómero de sul.

 

Desde el blanco asiento de un silencio involuntario

Nai sabe la cuerda que funde la cobla con el gajado iris de la voz.

 

 

A Mario Santiago

 

Para iluminar de un tajo su revés,

La China Hilaria,

                    la prieta,

pone a aullar a un cisne     hecho llaga

        a causa de su propio resplandor.

 

Cisne que resiste,

pero no se aguanta

y revienta como esfínter

que cantara cántaros de leche agria

 

Piraña solitaria

ante la infinita nalga

                    de la prieta deidad:

Señora de los ornitorrincos,

acepte mi beso amazónico,

chupe hasta lo precioso el cáliz de ser el mejor

                    sin parecerlo,

pula el diente de tiburón

resurgido de su propia caries.

 

Porque yo soy el mamífero rapaz

que pone huevos que revientan con la tempestad.

Rey de los treponemas

señalando con las patas la nube

por donde habrán de venirse de hocico las ninfas.

«Ángel en su ovulo»

empecinado en probar sus alas

en los fondos lodosos.

Llega y llaga      sin avisar

y planta el poema como una ampolla en el culo del deleite

 

 

Llega y llaga

            y el cisne aúlla

y el perro canta

y esa soledad

                    es legión.

 

12 comentarios

  1. Javier Kaleb