FM Esa laguna permanece, hay estudios dedicados al surrealismo en Portugal o en España, por separado, la mayor parte de ellos manteniendo cierta connotación historicista, de fijar el surrealismo en un momento dado de la historia, privándolo de actualidad. Comencé a preparar una antología del surrealismo en la Península Ibérica; sin embargo, me vi forzado a interrumpir este proyecto para atender la invitación de la Secretaría de Cultura de Ceará para tratar la curaduría de una Bienal Internacional del Libro. Ahora en el 2009 retomo el proyecto; inclusive retomo correspondencia con un español Ángel Pariente, autor de una antología del surrealismo en lengua española. Yo creo que es importante comprender esas relaciones entre América Ibérica y la Península matriz. En Brasil, por ejemplo, se refiere como absurdo (esto es una observación, bien reciente) nuestro desconocimiento de lo que pasa en América Hispánica.
Lo cierto es que hay desinformación y mala comprensión, y también manipulación de la información en muchos casos. Esta es también nuestra relación con Portugal. En los últimos cinco años, decenas de autores portugueses vienen siendo publicados en Brasil por iniciativa y apoyo financiero del gobierno portugués. Si se tratase una iniciativa política exterior de Suecia, aquí estaríamos con una valiosa bibliografía sueca. ¿Comprendes el espíritu de lo que digo? Carecemos, en Brasil, de consistencia histórica. Lo peor es que oímos esta frase diariamente y a nadie importa tomar la iniciativa de corregir ese tema. Se trata, entonces, de un dilema percibido y no corregido por interés, o lo que sea. Se ha establecido una hipocresía al respecto. Sin embargo, me indagas también sobre un «surrealismo hispano-americano», y confieso no sentir atractivo alguno por este tipo de gentilicio aplicado a la creación artística. Las distinciones que he mencionado, cuando me referí a un quinteto a destacarse, se reporta al surrealismo de América Latina, en el que incluí los países que hablan portugués y francés. En América Hispánica, como en cualquier otra parte donde influyó el surrealismo, identificamos, en grado menor o mayor, aquellos poetas y artistas que rigurosamente siguieron la cartilla de los manifiestos parisienses y de las turbulentas orientaciones del grupo que dio origen al tema, y algunos otros que, aunque identificados con todos los aspectos evocados por el surrealismo, tenían una contribución muy peculiar que sumar al surrealismo y/o comprendían que el ambiente de formación, la realidad con que convivían, implicaba una escala distinta de afinación. ¿Nombres? No hay duda de que Jorge Cáceres haya sido, en Chile, un poeta más sustantivo en su relación con el surrealismo que Braulio Arenas, por la intensidad con que el primero dialogó con las ideas que generan el movimiento, en momento alguno acatándolas como órdenes de un bureau intelectual. ¿Otro caso? En Canadá la afinidad de artistas plásticos en Canadá, el manifiesto Refus Global, fue siempre crítica, y la presencia de poetas como Paul-Marie Lapointe o Roland Giguère es un diferencial enorme, en el sentido de que no eran seguidores de una estética. La obra de Lapointe inclusive se disocia en varios momentos del surrealismo. ¿Otro ejemplo? El rechazo a la actualidad del surrealismo cuando llegamos a los años 60 y aparece la contracultura. Sin la presencia de la contracultura no tendríamos poetas como Philip Lamantia, Roberto Piva y Jotamario Arbeláez. No quiero decir que la gran disidencia interna del surrealismo esté invariablemente ligada a este aspecto ortodoxo. Sin embargo, es cierto que entre nosotros, en nuestro continente, provocó algunos malentendidos clásicos.
AP Para nuestros lectores será muy importante conocer que existe en Internet un dossier actualizado y que «crece» constantemente dedicado al Surrealismo. Es un portal donde hay una completa documentación sobre este movimiento. ¿Cuál ha sido la reacción de los cibernautas?
FM Comencemos por el enlace: www.triplov.com/surreal/index.html. La idea surgió de una conversación que tuvimos María Estela Guedes y yo; ella dirige este valioso punto de cultura en Lisboa, TriploV: www.triplov.com. Damos al sitio una actualización relativa, muy ágil, sin embargo, en Portugal, o a partir de Portugal, genera innumerables aspectos vinculados a la cultura en nuestros países, Portugal y Brasil. Yo diría que TriploV, en su relación íntima con Agulha – Revista de Cultura, es el acento mayor en las relaciones culturales en tal ámbito. La reacción de los cibernautas nos coloca en una situación de punta en cuanto a sitios más visitados en Internet. Junto con el Jornal de Poesia (Brasil); www.jornaldepoesia.jor.br, somos los espacios dedicados a la cultura, en ámbito portugués y español, más visitados en Internet.
AP En 1998 aparece el volumen Escritura conquistada (diálogos con poetas latinoamericanos) bajo el sello editorial Letra y Música de Fortaleza. Fue, sin duda, un paso decisivo en cuanto a la relación de Brasil con la poesía latinoamericana en su plenitud.
FM Técnicamente yo diría que sí. El libro inclusive me sorprendió en términos de reconocimiento crítico. Algunos nombres de buena inflexión crítica en Brasil trataron de él en la prensa de forma satisfactoria, lo que no quiere decir que lo hayan pura y simplemente elogiado; sin embargo entendieron el principio de la aventura cultural que el libro establece. Hasta en el exterior Escritura conquistada tuvo alguna sorprendente acogida, con reseñas críticas y reproducciones de entrevistas en países como México, Estados Unidos y Argentina. Sin embargo, el libro circuló poco, no hubo un sistema de distribución, además de lo que era incompleto dentro del proyecto que me propuse. Conservo un volumen inédito de casi 700 páginas que contienen entrevistas con 52 importantes poetas iberoamericanos. El término «decisivo» es tuyo, una delicadeza; yo particularmente no sé hasta qué punto Brasil percibe la dimensión del hecho. De cualquier manera, el libro es un registro, está hecho, no puede ser borrado.
AP En algunas oportunidades en que he asistido -en diversas ciudades- a Ferias del Libro y encuentros poéticos, me percato de que muchos amigos se refieren con asombro acerca de tu figura y tu quehacer. Muchos comentan que no te despegas del ordenador, otros te ven como «un virus cibernético». Sin embargo, la fascinación proviene de que «ninguno» se explica la multiplicidad de las funciones de Floriano Martins… Ensayista, editor electrónico, traductor, poeta, artista visual, promotor cultural, hábil entrevistador… Conversemos de la Revista Agulha, que en enero del 2009 ha llegado a la «desmesurada» edición 66, timoneada por Claudio Willer y vos.
FM Creo que todo se resume en un término: intensidad. Sin embargo, yo sigo creyendo que la intensidad no debe ser medida por el volumen de producción. Hay que discutir el carácter de la oferta, la naturaleza de la producción, su raíz o principio, o cualquier otro nombre que tenga. Agulha acaba de entrar en su 10 año de actividad ininterrumpida. Somos casi los fundadores de Internet (risas). La opción por circular de forma bilingüe vinculando las culturas de lengua portuguesa y española tuvo una recepción extraordinaria. No me gustan las estadísticas, de tal manera que evito el tema. Me gusta recibir mails diarios de todas partes del mundo consultándonos sobre autores y temas que publicamos. Me gustan las invitaciones que los editores recibimos para participar de eventos internacionales y organizar publicaciones dedicadas a la literatura brasileña. Me gusta la manera como gente de otras áreas -música, teatro, artes plásticas- se aproxima a nosotros con un sentido muy peculiar de complicidad. Entramos en una fase que nos reclama una responsabilidad mayor, porque hoy somos referencia en el mundo virtual. ¿Qué quiere decir esto? Nada. Hay que seguir trabajando. Willer y yo sabemos eso.
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