Alfredo Fressia, Editor de La Otra
25 de enero de 2009
Desde Sâo Paulo al Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México
Escribo sólo para saludarlos y para pedirles que nos deseen suerte en esta empresa editorial, pero no les oculto que ese tema de la otredad, mencionado desde el sugestivo nombre de la revista, me parece central en estos tiempos de globalización, de grandes migraciones y diálogos multiculturales. «Uruguayo residente en Brasil», según la fórmula que uso y usan en mis fichas bio-bibliográficas, me acostumbré desde muy joven a ser el Otro. En cierto sentido, también soy un poco el Otro sudamericano entre los otros latinoamericanos de La Otra, dicho ahora sin chiste pero con mi mejor acento uruguayo. En fin, me parece que todo poeta es siempre un poco Otro, o por lo menos, muchas veces su deber consiste en ponerse en el lugar del Otro.
En ese sentido no creo que el equipo de La Otra represente ni quiera representar una unidad o un único proyecto estético, Más bien creemos y respetamos la diversidad. Sabidamente nos tocaron tiempos poco simpáticos a la poesía (un verso de Gelman decía que el capitalismo no es simpático a la poesía), pero aprendimos que sin ella no sobreviviríamos. Por eso, La Otra se dispone a ser un espacio para la poesía, para las artes en general, y un espacio para la inteligencia también.
Nos gustaría dar cuenta con ecuanimidad de la poesía que se hace en México y en el continente. No presentamos ningún Manifiesto, como en los belicosos tiempos de las vanguardias, pero no se nos escapa que hay siempre un peso «ideológico», una cierta idea de la poesía que defenderemos. Por eso permanecemos abiertos a varias franjas etarias y, en lo posible, a todas las estéticas consistentes. De ahí también el espacio dedicado a otros géneros literarios.
Por otro lado, la presencia de una artista como María Luisa garantiza la calidad del espacio dado las artes visuals y el diseño (inclusive «en puente» con la poesía y el ensayo, como lo ha hecho José Ángel -hermosamente– con la estupenda producción fotográfica de Rogelio Cuéllar).
Finalmente, y para ejercer el tema de la otredad de la La Otra, aprovecho este encuentro entre amigos –pero encuentro público al fin– para exigir una vez más el respeto debido al pueblo palestino. Yo les pido que se lea este poema que mando y que escribí estos días. Lo hice sin una intención explícita de compromiso con el pueblo palestino, y sólo al final me di cuenta que había hablado todo el tiempo de ese pueblo y de la agresión que sufre. Va con un abrazo a todas y todos,
Alfredo
ABEL
Juegan los dos niños. Hermano mío
tan exacto será el crimen, a ti
cabrán estas ciudades y los hijos,
y nos reiremos casi mareados
del carrousel. Dimos vuelta a los ríos
del Edén y vimos girar el globo
terrestre en el pupitre, un ecuador
obeso crujía sobre la esfera,
el calambre en la costilla de Adán.
Era como un vértigo, como un viaje
de regreso obediente rumbo al vientre.
Yo rumiaré con gratitud el pasto
de los nacidos para morir. Tú
trazarás con el compás ese círculo
donde otra vez me hundo. Hermano mío,
guardé el borrón de sangre prometida
en los lentos cuadernos de la infancia,
o eran pergaminos, piel mortal, versos.
Sólo quedó la bóveda del cráneo
y una estrella. Los misiles le apuntan.
María Luisa Martínez Passarge, Directora Editorial de La Otra
Hace dos o tres años supe de un plan de estudios para una maestría en diseño y producción editorial de la UAM-Xochimilco que llamó mucho mi atención.No he tenido tiempo -no me he dado el tiempo-para conocer más sobre este plan, pero concierne al diseñador gráfico involucrado en el proceso completo, total, de la edición. Si mal no recuerdo, propone el concepto de editor gráfico para este profesionista.
Me gustó mucho porque me vi reflejada en estos planteamientos. Creo que ejercer así el diseño gráfico editorial es, de alguna manera y desde muy lejos, lo que me ha traído hoy aquí a esta mesa, con ustedes.
La amistad, el cariño y el apoyo de muchas personas han sido detonadores de este proyecto que se llama La Cabra Ediciones y de La Otra.
Refiriéndome a la parte gráfica, que es de lo que naturalmente me correspondería hablar, quiero agradecer a Rogelio Cuéllar su generosidad, ya que, además de sus imágenes -su ojo– que acompañan e inauguran este primer número de La Otra, fue suya la fantástica idea de tomar la foto «en vivo» de los amigos e integrantes de nuestros consejos Editorial, Nacional, Internacional y de Arte. Gracias, Rogelio.
Va también un especial agradecimiento a Alfonso Serrano. Cuando le platicamos del proyecto de la revista y de la foto que Rogelio había sugerido, inmediatamente nos propuso hacer un video que tuviera como eje el proceso de esa toma fotográfica. Hace un par de días apenas que vimos el resultado de ese trabajo y que hoy se presentó a ustedes, y que me parece maravilloso. Gracias, Alfonso, y gracias a tu equipo: David Fernández, Janek Schwirten Bader y Mariana Guevara Aura, que sin conocernos le entraron al proyecto con mucho entusiasmo.
Quiero mencionar también a dos personas a quienes normalmente José Angel Leyva y yo les agradecemos de manera personal y privada, pero hoy quiero hacerlo ante ustedes: Begoña Pulido y Daniel Passarge, gracias por su apoyo.
4 comentarios