Un X-504 nada en el nadaísmo de Jaime Jaramillo Escobar

Milcíades ArévaloMilcíades Arévalo nos ofrece una vez más, como lo hizo con Raúl Gómez Jattin, un acercamiento con lupa a una de las figuras más notables del movimiento fundado por Gonzalo Arango, el nadaísmo. Jaime Jaramillo Escobar se encuentra entre nuestros autores, para quien quiera leer Tres Libros en uno.

 

 

BUCEANDO EN LA POESÍA DE X-504

Milcíades Arévalo

 

Jaime Jaramillo
Jaime Jaramillo
Cuando tuve la oportunidad de conocer al más representativo de los poetas del nadaismo, me sorprendí que no tuviera un nombre humano sino de cohete: X-504.  Sus  poemas,  obras de teatro, cuentos y  ensayos sobre la poesía colombiana,  aparecían firmados  «con una grafía que parece el esqueleto de un  pez carcomido por la eternidad», lo que no quería decir  que se trataba de un seudónimo porque «ese número me señala más inequívocamente que mi propio nombre: es el número de mi cédula de ciudadanía, es decir, el número que me corresponde y que la sociedad me coloca para encontrarme fácilmente». «Yo quería ser invisible» diría muchos años después. Ese afán de privacidad, de conservación de su identidad, lo hacía el poeta más esquivo y silencioso, alejado del manoseo del público, ocupado todo el tiempo en el trabajo creador: «Los poetas son seres muy ocupados», confiesa, y es cierto. Por una extraña paradoja de destino, si hay en la tierra un hombre que tenga una pasión masoquista por el trabajo es    X-504.

«Podría ser perfectamente el presidente de la Inquisición del Siglo XX, no para mandar a la silla eléctrica a las víctimas sino a los verdugos. Estoy seguro que firmaría sin ningún escrúpulo la pena capital contra todos los canallas de nuestra civilización», escribía Gonzalo Arango en  Cromos (Mayo 23 de l966).

Tan pronto se deshizo del seudónimo, todos supimos  que sencillamente se llamaba Jaime Jaramillo Escobar,  que había nacido en 1932, en Pueblorrico (Antioquia), «donde hizo comunión con todas las cosas, rimando árboles con los pájaros, aprendiendo a escribir los versos en el aire»;  que fue inspector en Altamira y alcalde en Anzá. Después desempeña diversos oficios y al momento del surgimiento del Nadaismo era empleado de la Administración  de Hacienda en Cali. «Acepté hacer parte del nadaismo, porque todos los jóvenes tienen instinto grupal y porque Gonzalo Arango era mi amigo desde l946 cuando fui a cursar primero de bachillerato en el Liceo Andes. «Y luego subió a la ciudad de las águilas y estuvo tres años haciendo penitencia bajo la lluvia». Al llegar a Bogotá  se dedica por entero a   su propia agencia de publicidad durante varios años en los que no hizo otra cosa que trabajar,   hasta el cansancio.  Gonzalo Arango lo describe así: «Es el más raro de todos los nadaistas, pues trabaja ocho horas al día, cobra quincena, paga impuestos al Estado, tiene cédula como cualquier ciudadano, se hace motilar los sábados, paga arriendo religiosamente el último día del mes…».

En 1967, gana el premio de poesía Casius Clay con Los Poemas de la Ofensa, libro que leído hoy «es uno de esos pocos libros producidos por la literatura colombiana en los últimos 30 años que aparecen ante la sensibilidad de hoy como lo más logrado de nuestra poesía, y que además de éste, son Morada al Sur de Aurelio Arturo, Los elementos del desastre de Álvaro Mutis y Baladas sobre ciertas cosas que no se deben nombrar de Mario Rivero. Leído hoy, Los poemas de la ofensa, es un   libro que conserva la misma fuerza, la misma originalidad, la misma belleza, idéntico misterio -y más -, que en aquellos tiempos en que era joven poesía» nos dice al respecto  Darío Jaramillo Agudelo.  Y Juan Gustavo Cobo Borda agrega: «Sigue la tradición acendrada en Colombia, del poema relato- (De Greiff, Mutis), y del versículo y la homilía (Lecturas de la Biblia, Lautremont y los evangelios apócrifos), así como la del verso libre panteísta y desenfadado (Whitman), pero introduce también un tono personal de desnudez espiritual, de pureza a través de un proceso sagrado de purificación».

Ángeles, monstruos, demonios, vicios y virtudes; andanzas por  las selvas del Chocó hasta el boato de las cortes imperiales, por ciudades y aldeas; seres acosados por la muerte, la fatalidad, la embriaguez, el humor y el sarcasmo, los estados caóticos de nuestras civilizaciones de barbarie. Leerlo  es bailar  en los altares de la belleza,   la misma que cantara Pessoa, Eliot, Rilke, Perse, Huidobro, Lautremont, Cavafis, León del Greiff, Barba -Jacob, José Asunción Silva o Álvaro Mutis. Su predilección por los textos jadeo-cristianos, arcaicos y primitivos, conlleva simbologías. Desnudez, tinieblas, frondosidad y pureza. Sus parábolas alegorizan un ascetismo exaltado y soberbio.

 

Podemos hacer siempre el paraíso alrededor de nosotros
donde quiera que nos encontremos.

Para eso sólo se requiere estar desnudos.

(Apólogo del Paraíso).

 

Un elemento importante en su poesía es el agua, elemento vital, primigenio y sencillo hasta en su composición química, porque fluye, porque corre encantada por el bosquecillo de las hojas y le lava los pies, porque, repetidamente dice  que  «río más bello del mundo es el primer río donde nos bañamos desnudos». No conoce otra felicidad que a la orilla del agua porque «Dios se hizo sabio a la orilla de un río», porque «Mamá negra se movía como el mar entre una botella», y «Tenía unos senos como dos caracoles que le rompían la blusa, / como si el sol saliera de ellos,/ unos senos más hermosos que las olas del mar». Donde quiera que  va «hay un gran río«, que no necesariamente es el río de Heráclito «sino el san Juan donde los muchachos nos bañábamos desnudos«. Sí, porque Jaime solamente puede escribir desnudo. Aunque siempre ha estado desnudo de prejuicios,  «cuando digo que escribo desnudo quiero decir en peloto. La ropa es un disfraz, una cobertura que nos  ponemos para aislarnos. Siempre vivo desnudo porque no tengo nada qué ocultar»

Una vez revelado  su nombre,  todos sus amigos seguimos llamándolo X,  y todo porque  si  muchos ciudadanos colombianos en pleno siglo XX todavía firmaban con  una X y a otros que los enterraban con un  NN, ¿por qué alguien con tremenda sensibilidad poética no  podía llamarse X-504? Sobresale entre los nadaistas por su carácter tímido y distante, aunque de fuerte personalidad.

«Después de 1967, Jaime Jaramillo Escobar se constituyó en un extraño mito de la poesía colombiana. Se dedica por entero  a manejar su propia empresa de publicidad, no acepta invitaciones a actos públicos de poetas y además dice que no ha vuelto a escribir ni le interesa la poesía, pero en l983, gana el Premio Nacional de Poesía «Eduardo Cote Lamus» con su libro Sombrero de Ahogado y  meses más tarde obtiene el premio nacional de poesía Universidad de Antioquia con Poemas de Tierra Caliente, «que en su calidad y en su humor, en su forma tan  acertada para recrear un espacio verbal muy colombiano, muestras de la mejor poesía que se ha escrito entre nosotros»,  al decir de Darío Jaramillo Agudelo. Uno de sus libros inédito todavía, Entre piernas, es una herida dolorosa por donde sale un grito espeluznante e irónico,   cadencioso, equilibrado y fino que le sirve al poeta para acentuar la morbosidad violenta de su literatura.

Si le  preguntáramos a Jaime Jaramillo Escobar, qué le dejó el nadaismo a la poesía colombiana,  nos respondería: «A la poesía le conquistó la libertad al deslindarla del piedracielismo y aligerarla del lastre de nuestro pasado imperfecto. Al país un grupo de escritores activos cuya obra es cada vez más valiosa;  propició un cambio de mentalidad tan rápido y desaforado que hoy en día a nosotros mismos nos asusta.  Y por último,  hizo que el país perdiera el miedo a sí mismo y ahora necesitamos que nos entre un poco de temor, pues estamos acabando hasta con el nido de la perra».

Hoy en día Jaime  Jaramillo está dedicado al ocio creador, a darle de comer a los pájaros,   a escribir silenciosamente,  a dictar talleres de literatura y  a traducir a los poetas del Brasil. «Por tener demasiad as aptitudes  nunca pude especializarme en ninguna»  me dijo la última vez que nos vimos.

 

Obras Consultadas:

13 Poetas Nadaistas. (Antología).  Editorial Carpel Antorcha, Medellín, l963.

De la Nada al Nadaismo. (Antología). Arango, Gonzalo. Ediciones Tercer Mundo, Bogotá, l966.

Los Poemas de la Ofensa. X-504. Poesía. Ediciones Tercer Mundo. Bogotá, l968. De este libro la Fundación Simón y Lola Guberek  hizo después dos ediciones en 1985 y 1991.

Extracto de Poesía. Jaramillo Escobar, Jaime. Edición abreviada de «Los poemas de la ofensa», Colcultura.  Bogotá,  1982.

Sombrero de Ahogado. Jaramillo Escobar, Jaime. Poesía. Colección Autores Antioqueños. Medellín, l984. Premio Nacional de Poesía «Eduardo Cote Lamus, 1983″ Este libro contiene la conferencia de Darío Jaramillo Agudelo titulada:»Dos poetas nacidos en los treinta: Mario Rivero y Jaime Jaramillo Escobar», leída en la Biblioteca Pública Piloto el 25 de septiembre de 1984 en el ciclo «Reflexiones sobre Antioquia»

Poemas de Tierra Caliente. Jaramillo Escobar, Jaime. Universidad de Antioquia. Medellín, l984. Este libro fue ganador del Premio Nacional de Poesía «Universidad de Antioquia», 1983.

Selecta. Jaramillo Escobar, Jaime. Ediciones Tercer Mundo, Bogotá, l987

Poesía Colombiana. Cobo Borda, Juan Gustavo. Universidad de Antioquia.  Medellín, l987.

Reportajes a la Literatura Colombiana. (Entrevista) Spitaletta, Reinaldo y Escobar Velásquez, Mario. Colección de Periodismo. Universidad de Antioquia. Biblioteca Pública Piloto. Medellín, l99l.

«Conversando con Jaime Jaramillo Escobar». (Entrevista)  Alvarado Tenorio,  Harold. Revista Arquitrave No. 33 Año V Bogotá, 2007.

Tres Libros. Jaramillo Escobar, Jaime. (Antología que incluye Los poemas de la ofensa, Sombrero de Ahogado y Poemas de tierra caliente) Revista Alforja de México, 2006.

 

 

Milcíades Arevalo
Milcíades Arevalo

MILCIADES AREVALO nació en Colombia, en El Cruce de los Vientos (1943).  Director y editor  de la revista Puesto de Combate de la Sociedad de la Imaginación, fundada en 1972.  Entre sus libros publicados  se destacan El oficio de la Adoración (Relatos, 1988), Inventario de Invierno (Cuentos juveniles, 1995) y Cenizas en la Ducha (Novela, 2001. Tiene varios libros inéditos, entre ellos: Manzanitas verdes (Cuentos), El Jardin Subterráneo (Teatro) Galería de la memoria (ensayos), La Loca poesía (Antología)  y El Héroe de todas las derrotas (Novela).

Ha participado en diferentes encuentros, entre otros: Conmemoración de los 10 años de la muerte de  Pablo Neruda, Universidad  Autónoma de Santo Domingo (República Dominicana, 1983); Viaje por la Literatura Colombiana, realizado por el Banco de la República (1984); Primer Encuentro Iberoamericano de Teatro (Madrid, 1985), con presentación de su obra El Jardín Subterráneo en Madrid, Granada, Palma de Mallorca, Toledo; Realizador del 1o, 2º y 3º  Encuentro de Revistas y Suplementos Literarios en la Feria del Libro de Bogotá, durante los años 1988, 1989 y 1990; Primer Encuentro de Revistas Culturales de América Latina y el Caribe,   invitado por Casa de las Américas (La Habana-Cuba, 1989).

Jurado  en los concursos: Ciudad de Barrancabermeja, Universidad Central, Secretaria de Cultura de Neiva, Secretaria de Cultura, Recreación y Deportes de Bogotá (SCRDB).

Su cuentos y ensayos han sido publicados extensamente en diferentes publicaciones, entre ellas PURO CUENTO (Argentina), dirigida por Mempo Giardinell,   CASA DE LAS AMERICAS (Cuba) dirigida por Roberto Fernández Retamar y en las antologías: COLOMBIE A CHUER OUVERT, ANTHOLOGIE DE LA NOUVELLE LATINO-AMERICAINE (Francia) de Olver Gilberto de León  y RACCONTI DAL MUNDO (Italia) de Danilo Manera.

Premios y distinciones: Concurso de cuentos Gobernación del Quindío (1983), Concurso de cuento Testimonio (1986), Concurso de novela Ciudad de Pereira (Segundo Premio, 1985 y segundo Premio, 1991) y Beca Colcultura Francisco de Paula Santander (1995)

Durante su vida ha sido marinero, empleado bancario, vendedor de libros, publicista, jurado en distintos concursos de cuento y poesía, conferencista de literatura colombiana, editor de libros, corrector de estilo, periodista cultural, fotógrafo, dramaturgo y tallerista. Aunque estudió  Español y Literatura, se considera autodidacta por naturaleza. Ha conocido muchas ciudades, puertos y gentes, lo cual le ha permitido hacer de su narrativa una experiencia vital.

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