Anaïs Abreu D’argence: Poeta y narradora mexicana. Egresada de la Escuela de escritores de Sogem.
Publicó sus poemarios artesanales ïsla perdida, ïsla del dragón y pelo corto en el 2008.
Poemas y relatos suyos han aparecido en publicaciones nacionales y del exterior. Forma parte del colectivo las poetas del megáfono.
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Coordinador de la sección: Guillermo Carballo
salamandra
mi piel es líquida como un río volcánico que mana del corazón
todo mi cuerpo brota de este puño iracundo de sangre
lato
ardo
existo
soy una membrana del sol
una partícula del incendio más cercano al horizonte de un beso
soy este anfibio capaz de fundirse en el instante de oro
que ocurre entre tus piernas
mis pezones son dos astros de fuego que esperan la noche
esa noche que habita en la punta de tu lengua
ábreme la boca de tu silencio más privado
(me lanzo al vacío
donde escucho un canto irresistible )
voy cayendo
con los brazos bien abiertos me entrego al vértigo
toda mi vida es un pulsar continuo
lato
ardo
existo
y caigo
soy una gota de lava que tiñe la tarde de tus mares
estallo en el iris cíclope de tu sexo.
orfeo
yo con mi cara de pichón derrotado por las alas de un ángel demoníaco en forma
de [serpiente
yo que siempre fui débil y vi morir frente a mí a las más bella de las mujeres
me senté a llorar e hice lo único que siempre he sabido hacer
entonces fue fácil engañar a todos con mi lira fúnebre
con esa melancolía con que nací para engañar
¿quién sino un hijo virtuoso de la poesía y la música
podría ser este gran farsante?
ahora dicen por ahí todas las lenguas
que de haberte amado hubiese sabido conocer la muerte a tiempo
que hubiese dado la frente desnuda para que me bautizaran de nuevo en el infierno
y hubiese caído como caen los valientes
dicen por ahí todas las lenguas que no existe un mayor fracaso
que el de mi nacimiento
que he venido a este mundo a enseñar cómo se crece y vive un cobarde
pero me senté a llorar la música de mi gran desgracia
y conseguí ir en vida detrás de tus pasos de muerta
cómo quien sigue el silencio cautelosamente
cómo quien tiene las armas de eludir el fuego
pero caí en la trampa de mi propio deseo ansioso de poseerte
no dejo de imaginarte tan hermosa
seguro vestida con un manto blanco como el día de nuestra boda
con tus cabellos rizando el viento
y tus mejillas enrojeciendo el Hades como quien llena de sangre algo que yace muerto
así hermosa seguías mis pasos como una fiel eterna del beso que te guía
y yo te dije que te amaba
pero tú no respondiste porque el amor más grande ni siquiera se menciona
pero que iba a saber yo de cosas grandes
yo que siempre fui pequeño
ni siquiera supe vencer las ansias de perderte
y volteé la cabeza desconfiando en la existencia de la pureza en tu mirada
porque no supe escuchar lo que decías en silencio
y siempre creí que la música y la poesía no habitaban la ciudad callada de tus labios
por mi terrible ignorancia soy un condenado a la vida
supe ir por ti al infierno
pero no supe sacarte ni quedarme contigo para siempre
dice por ahí y dicen bien
que no existe un mayor fracaso que el de mi nacimiento
que he venido a este mundo a enseñar cómo se crece y vive un cobarde
y yo tan sólo sigo tocando mi lira.
intimidad
anda
mira de reojo estos pezones endurecidos con el viento caluroso
mientras espero
la hora exacta en la que el deseo nos ponga en una olla
y algo adentro nos estalle como estalla la noche en sus estrellas
anda
piensa en la humedad de mi coño debajo de la falda
como pensarías en el lago de tu muerte
porque una vez que hayamos dado todo en esta cama desvencijada
no quedará de nosotros
sino esparcidas cenizas de esta pasión que se consumió a sí misma
y si me pasas la lengua por el cuello
no respondo de morder tu muslo desenvuelto
beber de tu sexo esa gota que se posa ahí como el polen de una flor
cínica
abierta de pétalos como una descarada del deseo
ah y frotarme en tu sexo como un reptil resbaloso
que pasa por el mismo sitio una y otra vez
porque encuentra un placer inaudito en ese trozo caliente de la tierra
anda
se me hace agua la boca por el fruto jugoso que ha nacido entre tus piernas
a mí que tengo esta sed de desierto caminado a solas
y tú habitando ahí tan oasis ese espacio
haces que el árbol cruja también sediento por tus aguas
déjame lamer el sudor elixir de tu cuerpo
no me dejes sola en este instante tan caliente de primavera
dos cuerpos desnudos hacen abril cuando entrelazan sus ganas
anda
toda mi pornografía se reduce a la gula insaciable por tu sexo cíclope ojo abierto
vouyerista de la desnudes de mi boca embravecida
babeando de rabia y apetito
no
yo no conozco ningún invento del hombre más excitante
que no sea la blancura sublime de tu piel
fundiendo mis piernas con la lava transparente que mana de tu fruto volcánico
anda
repinta con tu dedo índice mi sexo horizonte
que se debate entre la tierra y el agua
y simplemente hazme incendio
ven y dime cosas sucias al oído como si susurraras lodo
y fuéramos un instante de tierra mojada
inmediato
después
el orgasmo como un pez que nada acompañado en el río más feliz del mundo
seamos una misma persona entre las sábanas
entretejamos las extremidades de nuestros más perversos apetitos sexuales
soy una monja un animal una prostituta
soy el pajarito picaflor
una virgen
soy una diosa un traguito de café una mandarina con hambre entre los gajos
anda
pienso en ti y la carne se me vuelve lumbre
donde sin duda algún día vendrás a arder con toda tu furia
porque el fuego siempre llama al fuego
y los seres humanos estamos condenados a buscar siempre
un momento de intimidad.
las balas perdidas
caen del cielo pájaros muertos
como ritual a las palabras
de aquellas balaceras de cocina
por más que se evita la guerra
los corazones no dejan de latir
como botas de soldados
que marchan con el arma
casi abrazada
caen del cielo pájaros muertos
como tributo a las plumas negras
que guardamos debajo de los brazos
voy a escribir con tinta roja
para hacer el monumento
de las historias
que terminan con sangre en las manos
que levante la mano el inocente
caen del cielo pájaros muertos
porque las lluvias están llorando
y las lagrimas no dejan de llover
el estomago tiene sus propios dientes
que trituran las palabras
como rocas iracundas
no tenemos más refugio
para dejar de lanzar
los cristales afilados
que el silencio en los cajones
caen del cielo pájaros muertos
y yo me callo unos segundos
para dejar de hacer una masacre
de alas pétalos y arterias.
el corazón reventado
el corazón reventado como un sol solitario soliloquio
soy la fantoche fantasía fanática de un cuerpo líquido
espejismo espeluznante espantapájaros en el bosque de tus ojos
enfurruñada enferma enfocada en buscarle pies a una sirena
distraída dispersa discípula de tu boca
lenguaraz por tu lengua lenta
torpe torpísima torrencial ante tu ausencia
nocturna noctámbula nociva horizontal
te prefiero vertical vértigo verdad
dame la palma palmera palabra de tu tacto
y llévame al paradero del paraíso en la parvada de tu mano
ardo ardiente arde ardida hasta en la entraña
escribo un conjuro congoja consuelo para tontos
lloro llorar el llanto del amante
que asimila asiente asevera su condena
victima victoriosa victimaria
de una madrugada mandrágora mantis venenosa
invertebrada invernal inverosímil
que insomne insoluta insoportable me insola de recuerdo
el corazón reventado como un sol solitario soliloquio
soy la fantoche fantasía fanática de un cuerpo líquido
espejismo espeluznante espantapájaros en el bosque de tus ojos
enfurruñada enferma enfocada en buscarle pies a una sirena.
el vouyerismo del sol
me gusta ver
como dos seres se vuelven
un mismo brote de fuego
me gusta verlos y arder
a lo lejos
solitario.
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