Iván Tonatiuh Hernández Bernal

auto-kurgoExpone en La Otra su portafolios fotográfico Thorubos.
El joven artista visual mexicano dice de su propia obra:
Intento nombrar las imágenes de mi mente, alma y corazón, plasmarlas en las sensaciones de la observación que tantas confusiones me trajo durante toda la evolución que por fin desembocó en un ensayo fotográfico.

 

 

Oh! Hermano mío, escúchame a pesar de la noche. Lo que he de decirte es apenas audible; luego podrás huir por la escalera que reluce bajo la luna: «Te amo». Rezarás ser mío, por la nada que he sido toda mi vida.

Vincent La Soudière

 

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Abismal
Abismal
Abunda dermis!!
Abunda dermis!!
AutoKurgo
AutoKurgo
Des-doblamiento destructivo
Des-doblamiento destructivo
El dolor
El dolor
Emerge el recuerdo
Emerge el recuerdo
Encuentro permisivo
Encuentro permisivo
Entre dolor y locura
Entre dolor y locura
Gaiática
Gaiática
gnôthi seautón
gnôthi seautón
La otra noche
La otra noche
Maná de ti luz
Maná de ti luz
Manantial de ti
Manantial de ti
Oscura Gaia
Oscura Gaia
Pariéndose
Pariéndose
   

Intento nombrar las imágenes de mi mente, alma y corazón, plasmarlas en las sensaciones de la observación que tantas confusiones me trajo durante toda la evolución que por fin desembocó en un ensayo fotográfico.

Las inquietudes sonámbulas en noches interminables despertaban todos los días en la convivencia diaria con cualquier otro; las actitudes, los rasgos, lo oculto, lo obvio, lo lastimero, lo hermoso, lo mítico, lo existencial… juntos formaban un no sé qué que no puedo nombrar ni aceptar si me lo presentan desnudo. Así pasaba varios días de niño y adolescente, lidiando con una reflexión inesperada, necia de respuestas, ávida de situaciones, hambrienta de conocimientos y extraña a mi sentir porque no lograba entender la causa de su obstinación y la facilidad manifiesta para desentrañar y conocer las partes constituyentes de algún otro ser humano que lo definían como individuo, con sus virtudes y defectos, con sus grandezas y debilidades.

Un «autourgos», uno que con sus propias manos trabaja su tierra, así definiría el camino que me llevó hasta esta forma de expresar mi sentir adquirido hace ya muchos años y descubierto hace apenas un par de ellos.

He hablado de la Celebración de la vida y el olvido del ser, desentrañando ideas y conceptos que, pienso, podrían ser del dominio de muchos otros seres que como yo quieran desafiar lo dado, lo establecido; pero esa fue la primera parte de toda mi intención cuando decidí emprender este maravilloso proyecto. La otra parte, el thorubos, es un grito guerrero, un enfrentamiento directo con la emoción y las sensaciones que pueden provocar las imágenes.

Para lograr lo anterior quiero confesar mis errores anteriores, los rollos en diapositiva desperdiciados y la cobardía en mi alma, cuerpo y corazón que surgieron por querer acelerar un proceso que necesitaba de tiempos específicos para encontrar la energía necesaria de la creación creativa con todo el valor requerido para confrontar y hacer surgir los demonios o los ángeles de mis modelos específicamente escogidos para cada momento de obturación.

¿Cualquiera puede modelar para una fotografía? ¿Es necesario un actor, un profesional o solamente alguien dispuesto? En mi experiencia, no puede ser cualquiera o al menos el tema y mi complicidad con él no me lo permitieron en ningún momento, porque requería de su sentir, de su pasión, de su presencia y solidaridad conmigo a la hora de entrar en situación; tenía que pedirles que expresarán lo que marcaba su vida, lo que escondían y pocas veces se atrevían a decir, dejándome atrapar el momento, para compartir lo mío con lo suyo, y asi derrotar la soledad en la que a veces nos sentimos inmersos para descubrir en otro la fraternidad de la comprensión mutua.

Los espejos, hombre y mujer no pueden verse a sí mismos a pesar del espacio reducido entre ellos para un encuentro satisfactorio; se rodean, se miran, se buscan, se enojan, se desesperan… Y no pueden encontrarse. Tan sólo bastaría el atrevimiento de él para saltar del otro lado del espejo; ella no necesitaría más que querer darse cuenta que no hay límites para su encuentro… Ninguno atraviesa. Al final no se han dado cuenta que son uno y el mismo, negando al otro, negándose las posibilidades del otro. Allí surgiría la respuesta a la pregunta: ¿Quién mira en el espejo cuando crees que te estás mirando?

La abundancia, estableciendo la voluptuosidad de la sexualidad manifiesta, la que no se oculta, el placer de sabernos ciertos y aceptables en nuestros deseos y no «sucios» o «degenerados». Lo sexual, lo abundante, el cuerpo, la carne brillan como el más dulce sueño, son parte constitutiva de nuestros instintos, nos llenan de vida, seguir negándolos es aceptar un mundo robótico, inerte, moderno. Ella siente en su cuerpo el ardor del deseo, ella sabe que el mundo aún no está listo para recibirla, por eso se esconde, por eso ha sido callada, pero oculta no quiere decir muerta, sino más bien paciente.

Eurídice, lo inaprensible, el movimiento, aquella mujer que Orfeo no pudo asir con la más bella música, aquella que decidió perder en nombre de lo infinito, de lo auténtico. Convierto su tragedia en la más pura gloria porque su atrevimiento lleva a entender que el amor es hijo de la libertad, que se puede renunciar a lo común para lograr saber quién es aquella persona con la que hemos compartido tantas cosas. Tal vez el polvo de Eurídice esté impregnado en el cuerpo eternamente perdido de Orfeo, como elección, como pasión, como la eternidad invernada, aquella donde todo es infinitamente cambiante.

El dolor, sensación de todos, aceptación de pocos. Muestro la cara de la fortaleza, aquella que simula lo infranqueable, lo inmóvil, lo duro, la resistencia… Soledad de un dolor desesperado, loco de sí mismo, alimentado por la falta de comprensión y aceptación de la propia fragilidad. A nosotros (como hombres) también nos duele, dejemos de apretar nuestro propio corazón, dejemos de enfrentar de manera destructiva, no hace falta tanto resquebrajamiento. Es más sencillo afuera que adentro.

Gaia, ¡¡Lucha Gaia!!! Aún no está nada escrito, tu fortaleza, belleza y regeneración puede mostrarnos lo reversible, lo autogenerativo, lo autopoyético, lo gaiático. Aprender de nuestra autorregulación nos hará ver el daño que hemos y nos hemos hecho al imponernos, al esclavizar, al oprimir, al limitar nuestra más pura naturaleza ¡¡Te nos vas a la oscuridad!!! Lucha que nos queda un pedacito de luz que en tus manos es vida en constante reinvención.

Fusión, calma que estoy llegando a tu lado no para confundirme ni mucho menos perderme; calma y mira dentro de ti la esencia de la que podría ser tu compañera; calma hermano mío que estás comenzando a ser, a ser en plenitud. Quien llegue podrá ser o no ser, pero permitirás su libre crecimiento y si de la mano deciden transitar juntos, juntos crecerán, cada quien por su lado, se buscarán para amarse.

Estoy por dejar de escribir para dar paso a mi nuevo lenguaje: la fotografía. Exprésame en tu exposición abierta o detalla la luz como la veo sobre los cuerpos, muéstrame en un veinteavo de segundo lo fugaz de un momento, o en un minuto y medio como dejo rastro de mí por doquier. Dame la capacidad de encontrar en los artefactos la vida expresiva de un mundo lleno de sensaciones y expresiones distintas dispuestas a que ocasionalmente las atrape si estoy dispuesto a dejarme a atrapar por ellas. Lenguaje vivo de luz cálida o fría, de teoría del color y puntos áureos, exponme subexpuesto si me deprimo y lléname de luz si pretendiese acabar con las formas al tratar de hallar una abstracción; equilíbrame en el gris del dieciocho por ciento para no perder detalles ni esencia en mis objetivos. Comunica mis sentidos, mis alegrías y pesares, mis dudas y respuestas, mis demandas y complacencias, mis momentos de ocio, mis necedades, en fin, comunica mi vida para llegar a los otros, para encontrarme con los otros.

Llega hasta los sentidos, sacúdelos, calla las palabras por un momento, dejemos de hablar y contemplemos lo que tenemos que decir, ya no para la mente sino para el alma.

Vale más un minuto de pie que una vida de rodillas.

José Martí.

T.O.N.A.
Buscando nuevas formas de expresión visual de impacto emocional, T.O.N.A. trata de llevar reflexiones, cuentos y versos de su autoría a la mirada fija e introyectiva de la fotografía.
Escritor aficionado, inicia su carrera fotográfica tardíamente en las aulas de la UNAM tomando cursos de Introducción a la Fotografía (2007) y Fotografía Publicitaria (2007); los cuales desembocan en un Portafolios Fotográfico titulado La Celebración de la Vida y el Olvido del Ser (2009), con el cuál obtuvo el grado de Licenciado en Ciencias de la Comunicación con especialidad en Publicidad por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Dedicado principalmente a  laborar de free lance como fotógrafo de gastronomía, teatro, danza y product shot; y de igual forma, adentrándose en el Diseño Gráfico, Web y Animación en Flash, T.O.N.A., se encuentra en la búsqueda constate de expresiones que lleguen a plasmar, más que una imagen, una huella visual.
Actualmente se encuentra desarrollando un proyecto en fotografía titulado Explosión en Luz, el cual busca captar los diversos sentimientos humanos por medio de luz y color.

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  1. YJZ