Jorge Boccanera sobre Roque Dalton

A 35 años del asesinato del poeta salvadoreño, Boccanera recoge la indignación colectiva sobre el hecho y la impunidad.

 

 

A 35 años del asesinato del poeta salvadoreño Roque Dalton, su familia sigue exigiendo justicia

Jorge Boccanera

Jorge Boccanera
Jorge Boccanera
Roque Dalton
Cuando se acaban de cumplir 35 años del asesinato del poeta salvadoreño Roque Dalton y 75 de su natalicio, su familia
continúa reclamando que los responsables cuenten la verdad de los hechos y den información sobre sus restos.
El poeta nacido en 1935, que militaba en el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), fue acusado de traidor y agente de la CIA por la conducción de esa organización de la izquierda salvadoreña y ejecutado el 10 de mayo de 1975.
Entre quienes condenaron a Dalton figura  Joaquín Villalobos, ex comandante guerrillero a quien los hijos del poeta señalan como autor material del crimen: “Todos los testimonios recabados coinciden con ello”.
Otro inculpado es Jorge Meléndes -alias “Comandante Jonás”, actualmente funcionario del gobierno que preside el periodista Mauricio Funes, candidato del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Los hijos del poeta, Juan José, periodista, y Jorge, cineasta (hay un tercero hijo, Roque Antonio, muerto en combate) exigen que los involucrados rompan el pacto de silencio que mantiene sobre el  hecho y que el gobierno del presidente Funes destituya a Meléndez.
Entrevistado por TELAM, señala Juan José Dalton: “El tema se agudizó con las intenciones del gobierno de rendirle una serie de homenajes a Dalton, lo que es inconsecuente, ética y moralmente,  mientras proteja a uno de sus victimarios”.
Ya antes de ser funcionario del actual gobierno, Meléndez había sido denunciado por la familia Dalton: “Fue cuando lo nombraron concejal de la Alcaldía de San Salvador, gobernada por una alianza de izquierda, entre 2007-2009”.
Autor de una obra literaria que cruza la búsqueda formal con la denuncia, Roque Dalton cuestionaba la línea militarista el ERP, lo que le valió ser apartado, calumniado y asesinado junto a otro integrante de esa organización: Armando Arteaga.
Su hijo Juan José, explica ahora: “En nuestra búsqueda por la verdad acudimos el pasado 14 de mayo a la Fiscalía General de la República a demandar que se investiguen ambos asesinatos”.
“Presentamos las declaraciones de Villalobos y de Meléndez como pruebas y confesiones de su culpabilidad en el asesinato. Meléndez dijo públicamente que sabía, que él estuvo ahí y que iba a hablar  cuando le diera la gana. Aún así el presidente Funes lo sigue considerando un ‘genuino colaborador’”.
Agrega el periodista que su familia decidió no participar en ningún acto gubernamental para homenajear al poeta, desautorizando el uso del nombre, la imagen y la obra de Dalton por parte de las instancias de gobierno: “Incluso de la Presidencia de la república”.
Sobre el pacto de silencio, menciona  también al jefe del ERP, Edgar Alejandro Rivas Mira, desaparecido de la escena política en 1976 con los fondos de la organización: “Él y sus sicarios mataron a más personas; hay casos ocultos que deben ser aclarados”.
Para Juan José, el ERP (organización que se integró al FMLN que disputó el poder político por las armas en El Salvador, entre 1980 y 1992) era partidario de un militarismo con “visos de “maoísmo; de cuando los chinos comunistas apoyaban a Pol Pot y eran furibundos detractores de las políticas de distensión”.
Por su parte Villalobos, tras su paso por el ERP pasó a ser uno de los dirigentes del FMLN y, una vez terminado el conflicto, se marchó a estudiar a Inglaterra y devino en consultor para reducción de conflictos internacionales. En los últimos años ha asesorado a gobiernos de Colombia y México.
“Yo creo –dice Juan José Dalton- que en el seno de la izquierda prevaleció el criterio del pragmatismo y de la conveniencia política por sobre la ética y la moral. Villalobos es cada vez más una farsa. Sus tesis rimbombantes terminan en fracasos”.
“No hay deferencia entre un general que masacró al personal de un hospital en plena guerra civil y estos ex jefes guerrilleros que asesinaron a sus compañeros para cortar las disidencias. A la hora de defenderse reclaman lo mismo: que las víctimas callemos. Lo peor es que un estado democrático, como dice ser El Salvador, les brinde esa impunidad”.
Sobre la circulación de la obra de su padre, autor de libros tan importantes como “El turno del ofendido” y “Taberna y otros lugares” expresa: “Sus poemas son símbolos nacionales, pero la difusión no ha sido fácil, porque teníamos 20 años de gobiernos conservadores”.
“Pese a estos muros Dalton es nuestro autor más publicado, más vendido, criticado y estudiado en el mundo; un pilar indiscutible de la cultura latinoamericana; es la conciencia crítica y el dedo acusador contra la corrupción y el autoritarismo”.
 “Hay quienes sostienen que hay dos salvadoreños universales: Monseñor Oscar Arnulfo Romero y Roque Dalton, que deja una herencia cultural de valores y de identidad sin paralelo a nivel nacional. Es el intelectual más destacado y un paradigma moral: el intelectual al servicio de su pueblo”.
Numerosos escritores argentinos repudiaron en su momento el asesinato de Dalton, entre ellos Juan Gelman y Julio Cortázar, quienes llegaron a conocerlo y a considerarlo entre los intelectuales más lúcidos de América Latina.   
Juan José Dalton concluye recordando a su padre como: “Un genio cultural, un hombre sencillo, humilde, de risa burlona y gran entrega. Un referente, por haber desafiado la imposición y el autoritarismo”.

 

 

Un comentario

  1. erwin ortiz latorre