¿Cuándo la palabra deja de ser para inaugurar el silencio? Ihovan Pineda escribe desde el instinto de la metáfora, deja que la imagen persiga el tiempo y delimite los recuerdos. Cuando el verso está al borde del olvido, Ihovan rescata el verso y escribe sobre la memoria en blanco.
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Coordinadora de la sección: Stephanie Alcantar
Cuando tú estás
yo soy,
cuando yo estoy
tú eres.
Somos estando,
y cuando no, también
Todos los días nos somos,
y a veces, por cuestiones de la vida
nos dejamos de ser,
y entonces los otros buscan que seamos
lo que ellos quieren ser
Pero tú y yo sabemos lo que somos
y lo que nunca en la ausencia
dejaremos de ser
Cae la palabra como gota
y no es solo la palabra
es la gota misma
que cae
y cae
y cae
hasta formar este mar
que no sólo es un mar
sino un verso que por siglos cayó como gota
y donde ahora tiembla la palabra que escribo
porque es gota
porque ya es nada
en el fondo de este mar
en el fondo de este instante blanco
Éste no puede ser: fue.
Está siendo lo que es.
Será sin haber sido.
Se irá siendo lo que fue.
Se irá lo que es siendo.
Será lo que siendo es.
Se irá enloqueciendo.
Triste por haber sido lo que se irá.
Y triste por recordar lo que será.
Guardé debajo de la cama el olvido,
y metí la memoria en un cajón vacío
junto a un trapo viejo donde envolví uno tus recuerdos.
Pero no sé qué pasó,
esa noche,
volví a soñar contigo.
Lo probable es lo que siempre sucede,
lo posible es lo que pudiera suceder
Tú andabas en lo probable,
y yo buscaba evitar lo posible
Pero me olvidé de lo probable,
donde tú buscabas lo posible
Ahora tú me buscas en lo probable
y yo te encuentro en lo posible
Qué dilema habernos encontrado en lo probable
de lo que alguna vez fue posible
En la esquina dejé al otro/
le dije que me esperará ahí/
y nunca volví
Para verte nacer
la tierra dejó de girar
por un momento
Gracias a Eugenio Montejo
