Con residencia en Madrid desde hace más de 10 años, Laignelet sigue creyendo en los cuentos, pero sin hadas. De esos poemas también nos habla el dominicano León Félix Batista.
Sergio Laignelet nació en Bogotá, en 1969. En 2000 fija su residencia en Madrid, donde colabora en publicaciones de ámbito literario. Es autor, entre otros opus, de los poemarios Malas lenguas (Bogotá, 2005) y Cuentos sin hadas (Islas Canarias, 2010). Además es antólogo de un libro de poemas de gatos. Selecciones de sus textos han sido incluidas en las antologías El vuelo diabólico (Bogotá, 1999), Poesía iberoamericana contemporánea (Bogotá, 2005), Ante el espejo (Madrid, 2008), El poeta esteta (Madrid, 2010) y Nada es igual después de la poesía (La Laguna, 2011). Ha participado con lecturas de poemas en encuentros de literatura y festivales de poesía en Colombia, Uruguay, Argentina y España. Su sitio web: sergiolaignelet.blogspot.com
CUENTOS SIN HADAS
León Félix Batista
El afán de Laignelet es reescribir el Mundo, cosa sólo reservada a los grandes…
¿En cuál interregno de todo lo que es materia vive un Hada? ¿Dónde no? Complicado responder, por su carácter etéreo, su inasibilidad, pero a la vez la concreción con que viven en leyenda, en el lóbulo temporal -que sobrepasa el tiempo-, en cuentos.
Eso lo supo, de pronto, Laignelet: las Hadas (y los Hados) están en todas partes, sobre todo en tradiciones transmitidas por los libros o por voces. Supo que dicen cosas que significan lo que somos: que manifiestan los submundos de la mente en arquetipos. Y, por tanto, que es posible la reconstrucción del mito a través de torceduras: de una curva de la historia que se cuenta.
Acto de reescritura, de transformación, casi metamorfosis, lo que se da en los actos, que trastornan la integridad del personaje, y por lo tanto la narratividad, complicando los conflictos. Prestidigitación de reformular el mundo: ¿qué tal si Caperucita hubiera sido cazadora y en ese mundo el lobo batallara por su vida? ¿Y si ese mismo lobo intenta, en otro plano, no zamparse los cerditos sino estuprarlos? La Bella Durmiente duerme más después del beso, Alicia vive ahora la maravilla de su menarquia y, cuando Gretel embadurna su cuerpo de chocolate, el deseo más intenso brota en Hansel…
Puede pensarse entonces en Sergio Laignelet como un Hefesto contemporáneo, fraguando nuevos mundos con materia trabajada, para hacerla delirante.
Selección de poemas de Cuentos sin hadas (2010)
CAPERUCITA ROJA
Caperucita
con falda corta
en los ojos del lobo
el lobo
con destreza
maniobra su ganzúa
mientras
ruedan manzanas desde la canasta
días después
vuelven al bosque para mantener el cuento
EL GATO CON BOTAS
El gato se deja de cuentos
y empuña el látigo
suenan cintarazos
acto seguido
el Marqués de Carabás
sin chistar
relame el cuero de sus botas
ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS
Alicia mancha su vestido de rojo
y piensa que es la muerte
el conejo entra en escena
y la mira con asombro
entretanto
el gato de Cheshire
se desternilla de risa
LOS TRES CERDITOS
Los tres cerditos
caminan rumbo a sus casas
vestidos con pantalón corto
luego
atados sobre la cama de un motel
con los pantaloncitos rodeándoles los tobillos
echan a llorar
mientras tanto
exhausto y sin aire duerme el lobo
BARBA AZUL
Barba Azul se acuesta junto a su esposa
le besa el cuello
el mentón
la boca
rodea con sus brazos el cadáver
y reanuda la fiesta nocturna
CENICIENTA
Cenicienta baila
con el príncipe heredero
el príncipe le susurra al oído
y le echa un cuento
a continuación
una por una
caen del techo
las prendas que viste Cenicienta
finalmente cae un zapato
HANSEL Y GRETEL
Solos
en el bosque
hallan la casa de chocolate
Gretel se embadurna toda
Hansel
no le quita la mirada de encima
y en silencio
se muerde la lengua
GUILLERMO TELL
De un tiro
Guillermo Tell
divide la manzana
sobre la cabeza de su hijo
años más tarde
el hijo tiende el arco
dispara la flecha
y hace pedazos la poma
sobre los sesos de su padre
hecho esto
pasa el sombrero
LA LIEBRE Y LA TORTUGA
Suena el silbato
y la liebre deja una estela de polvo
corre
da la vuelta a la granja
y se aproxima a la línea de meta
divisa a la tortuga sobre la misma
y da por perdida la carrera
su rival permanece inmóvil