Carlo Bordini nos envía este poema del argentino Novelli, que también lo presenta en su versión en lengua italiana.
Aldo Luis Novelli. Desde los bordes del desierto
neuquén – patagonia – argentina
La poesía es un oasis luminoso en medio del desierto. El poema es la sed.
Caronte
le dí al barquero tres monedas
para que me llevara
a la otra orilla del río.
era un viejo parco y gruñón
de sombrías arrugas cadavéricas
en el rostro.
durante el viaje hablamos
de las oscuras trampas del agua
y de las traiciones inmemoriales de los hombres.
me contó de algunos viajeros
que tenían una luz propia
"iluminaban la noche como la luna en el cielo"
recordaba vagamente el nombre de algunos:
Socrates Hegel Niesztche Guevara Zapata Sandino Gandhi…
-Uno de aquellos viajeros- me dijo
-regresó al tercer día
caminando sobre las aguas-.
en la mitad del cauce
una inesperada turbulencia en el río
hizo girar la barca como un remolino.
cuando se detuvo
el viejo se incorporó gruñendo
y siguió remando sin hablar.
al tiempo divisamos la costa
era la misma de donde habíamos partido
el viejo malhumorado me dijo:
-usted no estaba listo aún poetastro
no me haga perder el tiempo
y vaya sabiendo
que los óbolos que me pagó
son míos
me lo he ganado en buena ley-.
La traduzione in italiano è di Carlo Bordini
Caronte
detti al barcaiolo tre monete
perchè mi portasse
dall’altra parte del fiume.
era un vecchio taciturno e ingrugnato
con fosche rughe cadaveriche
nel viso.
durante il viaggio parlammo
delle oscure trappole dell’acqua
e dei tradimenti infiniti degli uomini.
mi raccontò di alcuni viaggiatori
che avevano una luce propria
"illuminavano la notte come la luna in cielo"
ricordava vagamente il nome di alcuni:
Socrate Hegel Nietzske Guevara Zapata Sandino Gandhi…
-Uno dei viaggiatori-mi disse
ritornò il terzo giorno
camminando sulle acque-.
alla metà del percorso
un’improvvisa turbolenza del fiume
fece girare la barca come in un mulinello.
quando si calmò
il vecchio si sollevò grugnendo
e continuò a remare senza parlare.
improvvisamente scorgemmo la riva
era la stessa da cui eravamo partiti
il vecchio di cattivo umore mi disse:
-lei non era pronto anche se poetastro
non mi faccia perdere tempo
e se ne vada, e sappia bene
che gli oboli che mi pagò
sono miei
li ho guadagnati a buon diritto-.
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La poesía es un oasis luminoso en medio del desierto. El poema es la sed.
La traduzione in italiano è di Carlo Bordini