Reiteraciones referidas a la lectura de Dulce Patria de Horacio Gutiérrez, publicado por RIL Editores, Chile, 2012.
La poesía chilena florece en el vacío.
Reiteraciones referidas a la lectura del poemario Dulce Patria de Horacio Gutiérrez, publicado por RIL Editores, Chile, 2012.
Leo Lobos
“cada aventura poética es distinta y cada poeta ha plantado un árbol
diferente en este prodigioso bosque parlante”
Octavio Paz
La omnipotencia de la Internet como vehículo y canal de comunicación, la banalización de las ideas, el escepticismo generalizado, la falta de editoriales, salvo destacadas excepciones, con proyectos inclusivos y masivos que den cuenta de la bio y biblio diversidad cultural y la supremacía de lo visual por sobre la palabra es el escenario donde la poesía contemporánea irrumpe y donde además debe soportar a los que dicen que ella debe reducirse a ciertos temas, formatos, ciertos lugares y colores como si se tratará de una vaca sagrada presa en una cerca inalterable.
“El buen lector -ha dicho Roberto Frost- puede indicar el momento en que ha sido tocado y vencido para siempre por un poema, de tal forma que nunca podrá olvidarlo”. No importa cuanto se condecore y promueva la poesía y a los poetas, pocos, excepto un circulo muy reducido la leen. Ha dejado ella de formar parte de la dieta regular del intelectual post-moderno. La poesía ha sido desplazada del centro del escenario, de hecho parece ser una actividad secundaria, singular, extraña, pero con un pequeño -y numeroso a la vez- grupo de fieles que creen en ella ciega y visionariamente.
La vida, la naturaleza ha cambiado de manera fundamental y ahora los poetas y artistas deben cambiar en consecuencia. Vivimos en un mundo cuyos diarios y revistas, libros y películas, estaciones de radio y televisión han destruido, en una gran mayoría de las personas, entre otras cosas, la capacidad de entender la verdadera poesía y el arte genuino de cualquier especie. Vivimos en un Chile anti-intelectual y hostil al arte en la vida cotidiana de la nación. Un grave y por cierto subsanable error, al menos para quienes se inclinan a ver la poesía como un vehículo de la belleza y un recipiente amplio y basto tan útil como jamás se ha concebido otro que posibilita contener las ideas, puntos de vista, percepciones, sueños, imágenes, sentimientos, colores, voces, visiones imprescindibles para personas e instituciones del presente y del futuro. Y los poetas no han cejado -afortunadamente agregaría- en su empeño de contar historias, para informar acerca de la manera en que la gente vive y ha vivido para luchar por las grandes y pequeñas causas y verdades sobre la vida, cuyo descubrimiento es la justificación final de su lectura. El poeta Horacio Gutiérrez nacido el año 1957 en la ciudad de Viña del Mar – Chile nos dice: "vuelvo hoy por segunda vez a Chiloé / a este hermoso Archipiélago", imagino al padre detrás del hijo recorriendo los caminos, imagino al poeta en la ciudad de Sao Paulo, Brasil donde reside y lecciona en la mítica Universidad de esa megapolis latinoamericana. Un Archipiélago cultural basto y aún nuevo de América, como nos muestra en su acción el arquitecto Carlos Véjar Perez-Rubio desde la revista que lleva ese bello nombre desde la Universidad Autónoma de México.
La poesía lamentablemente pareciera haberse convertido en una forma artística accesoria. La poesía ha sido despojada de su espontaneidad, convirtiéndola en algo artificial y disminuyendo el ser humano en el poeta. Los poetas tienden a cultivar la compañía de otros poetas, lo cual no solo los fortalece en su actitud de avestruz frente a la realidad, sino que les impide ver con claridad sus propias debilidades. Algunos crean sobre todo para otros poetas lo cual es otra debilidad, que les hace olvidar el hecho de que más allá de su mundo cerrado existen otros mundos llenos de interés. Pues es claro que aquellos que no aprecian la poesía no son lisiados espirituales, ni los poetas tampoco los únicos seres de razonamiento sensible.
Uno descubre en la poesía, después de todo, un placer por lo genuino, a pesar de que es hoy cuando toda empresa de la creación poética se ve amenazada por haber sido arrancada del mundo, enfriada en salas de clase, y de manera profusa reproducida por hombres y mujeres autorizados por un grado académico para escribir y no necesariamente por su talento o espíritu. El pintor español Pablo Picasso decia que los buenos artistas copiaban muy bien, pero que los geniales artistas robaban descaradamente.
Encontrar escritores que se consideren sinceramente justificados con el placer de la escritura, con el agrado de realizar el oficio diario de escribir y de hallar, escribiendo, iluminaciones que lleguen a apasionarlos sin más oscuras y bastardas pretensiones, es algo muy extraño en los tiempos que corren para la poesía, aunque existen por cierto preciosas excepciones.
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(*) Leonardo Lobos Lagos, Leo Lobos, como creador de Arte polifacético (Santiago de Chile, 1966)
Poeta, ensayista, traductor y artista visual. Laureado UNESCO-Aschberg de Literatura 2002. Realiza una residencia creativa en CAMAC, Centre d´Art Marnay Art Center en Marnay-sur-Seine, Francia los años 2002-2003 con apoyo Fondo Internacional para la Cultura y la Fundación francesa Frank Ténot. Ha realizado exposiciones de sus dibujos, pinturas y una residencia creativa los años 2003 hasta comienzos del 2006 en el centro de cultura Jardim das Artes en Cerquilho, SP, Brasil.
Ha publicado entre otros: Cartas de más abajo (1992), +Poesía (1995), Perdidos en La Habana y otros poemas(1996), Ángeles eléctricos (1997), Camino a Copa de Oro (1998), Turbosílabas. Poesía Reunida 1986-2003 (2003), Un sin nombre (2005), Nieve (2006), Vía Regia (2007), No permitas que el paisaje este triste (2007). Su obra ha sido traducida parcialmente al portugués, inglés, italiano, árabe, francés y holandés.
Sus fotografías, ensayos, dibujos y poemas han sido publicados en revistas y antologías en Chile, Argentina, Perú, Brasil, Cuba, Estados Unidos, México, Túnez, España, Portugal, Francia, Italia y Alemania.
Como traductor desde el portugués ha realizado versiones en castellano de autores como Roberto Piva, Hilda Hilst, Claudio Willer, Tanussi Cardoso, Helena Ortiz, José Castelo entre otros. Sus dibujos, poemas visuales y pinturas forman parte de colecciones privadas y publicas en Chile, México, Estados Unidos, Brasil, España y Francia. El 2003 recibe la beca artística del Fondo Nacional de la Cultura y las Artes del Ministerio de Educación de Chile y el 2008 la beca de creación para escritores profesionales del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile.
Es director de comunicaciones y relaciones públicas del Centro Bibliotecario desde 1992 al 2001. Forma parte del equipo productor del V Encuentro Internacional de poetas CHILEPOESIA el año 2008 y 2009, uno de los principales festivales de poesía de Hispanoamérica. Trabajo en gestión de proyectos en la Corporación Cultural y el Centro Cultural Chimkowe de Peñalolén los años 2009-2012. En la actualidad es gerente de gestión cultural en la Fundación Hoppmann-Hurtado y del Espacio Cultural Taller Siglo XX – Yolanda Hurtado en Santiago de Chile ciudad donde reside.
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