Poemas traducidos del inglés de esta autora nacida en tierras transilvanas y asentada en América del Norte.
Flavia Cosma, poeta canadiense de origen rumano, escritora y traductora. Se graduó en Ingeniería Eléctrica en el Instituto Politécnico de Bucharest. También ha ganado premios como productora independiente de documentales para televisión, como directora y guionista.
A lo largo de su carrera, ha recibido numerosos premios. Por citar algunos: Su libro 47 Poems (Texas Tech University Press) recibió el Premio ALTA Richard Wilbur Poetry in Translation, tercer premio en la competencia John Dryden Translation de 2007 por la co-traducción In The Arms of The Father, poemas propios (British Comparative Literature Association & British Literary Translation Centre). Los poemas Songs at the Aegean Sea fueron finalistas en el Canadian Aid Literary Award Contest en diciembre de 2007.
Entre sus últimas publicaciones están: Pluma de Ángeles (Editorial Dunken, 2008), Hojas de diario (Editorial Maribelina, Perú,2011)
En 2010, fue condecorada como “Miembro de Honor, con Medalla de Oro por ser una de las intelectuales y poeta que, en el ámbito internacional, ha mostrado indesmayable labor de promoción cultural y docente”, en la III Edición del Festival Internacional de Poetas <Huari: Ventana Cultural del Ande>, CADELPO, Peru 2010.
Poemas por Flavia Cosma traducidos al castellano por Luis Raul Calvo
Traducidos al inglés por Flavia Cosma
El césped enfermo…
El césped enfermo
cosido en sus faldas
con hojitas amarillas, caídas del cielo
está esperando.
Los dos
el invierno y la muerte.
Sabrás que vino el otoño, mi amor
los signos están pesados, nada parece tan bello
ni lágrima, ni flor
ni la foto en la pared.
Todas las cosas pasan
por el costado del sueño profundo
se quebrantan en sudores fríos.
Las briznas de la vida permanecen mezcladas y rotas
llueve con frutas hinchadas por vahos tardíos
ratas con largas orejas de liebres
se esconden debajo de nuestros brazos
se ocultan en nuestros cabellos
mientras los ojos del gato
acometidos por un gran desencanto,
se tambalean en las olas del mar
tras un largo maullido.
La virgen de papel
cierra con llave su casa.
Llora y maldice.
The Ailing Grass
Hemmed
With yellow leaflets fallen from the sky,
The ailing grass awaits
Both winter and death.
You ought to know, my beloved,
Autumn is here already,
The signs are heavy, nothing seems beautiful anymore,
Neither the tears, nor the flower,
Nor the picture on the wall.
All things sift through the sieve of profound sleep;
Stifling dreams shatter in a cold sweat;
Life’s threads stay tangled, torn,
Fruits swollen with late mists rain down;
Rats with long rabbit ears
Hide under our armpits, in our hair,
And a cat’s eyes
Seized by a great disappointment
Stagger on sea waves
Meowing.
The paper virgin
Locks herself in her room,
Weeping,
Cursing.
Desde un tiempo
El cielo va a encontrarnos nuevamente
con sus brazos, como ramas desplegadas de par en par
unas pequeñas llamas, brotan por las paredes del cuarto
mariposas pintadas de ojos amarillos en las alas
forcejean en el barro
el eco, con voz ronca
invoca tu nombre.
Todos los nuestros nos esperan
del otro lado, ahora.
Vamos, de prisa, porque hoy
debemos aprender juntos
el alfabeto plateado de las hojas
la letra arañada en la piedra
la marca del beso
en los hombros desnudos.
For Some Time
The sky welcomes us again
In its arms, white branches thrown open.
Flames—young girls—spring up from the walls,
Butterflies painted with yellow eyes on wings,
Writhe in the mud,
The echo, with a raspy voice,
Is calling you by name.
For some time
All our own await us on the other side,
We must hurry because today
We still have to learn together
The silvery alphabet of leaves,
The immaculate letter notched in stone,
The kiss—a deep impression–
On bare shoulders.
La mano de hierro del hombre
Los cerros se doblan bajo la mano
de hierro del hombre;
sus verdes espinazos gimen bajo las cargas,
su pelo rizado y áspero se llena de pájaros,
que vuelan a escondidas
por la sombra perfumada de las acacias.
Señas diáfanas y libélulas muertas
flotan sobre las aguas tardías,
un murmullo triste me recuerda
la primera y última vez que
estremecido me abrazaste.
El miedo saltaba de tus rodillas directo a mi corazón,
y yo me quedé muda con el veneno azul sobre mis labios,
mientras nuestros caminos
correteaban en direcciones contrarias.
Abajo, el calor ahogaba,
era diciembre, allá en el sur.
Man’s Iron Hand
The hills soften under man’s iron hand.
Their green spines groan under the weight,
Their curled and wiry hair teems with birds,
Mating secretly
In the fragrant shade of the acacias.
Diaphanous omens and dead dragon-flies,
Float on twilight waters.
A sad purr recalls the time,
The first and the last
That you grasped me in your arms,
Shuddering and hiding
Even from yourself.
Fear leaped from your knees straight into my heart,
Leaving me wordless, the blue poison on my lips,
As our roads trickled
In opposite directions,
Under the suffocating heat
Of that southern December.
Amor a contratiempo
Y nosotros paso a paso, tomamos como
premisa, fingir que no nos importaba más.
Me toca a mí ahora
echar el silencio
—un andrajo sucio—
a tus pies.
Es mi turno para envolverte
en maléficas y ondeadas sedas
y mientras gozo, atarte
a los lazos del olvido.
Pobre amor, siempre a contratiempo,
máscara no correspondida, llevada con orgullo,
gestos inútiles, palabras desgarradas,
párpados marchitos, cayendo con ruido
por encima de la última palabra:
la mía,
la tuya,
¿o quién sabe?
Love in Contretemps
And we were taking turns
Pretending we don’t care any more.
My turn has come
To discard the silence
—a filthy rag—
At your feet.
It’s my turn to enwrap myself
In waving, maleficent silks,
And laughingly rivet you
With chains of oblivion.
Poor love, always en contretemps;
Masks of contradictions proudly worn,
Futile gestures, mangled talk,
Withered eyelids noisily falling
Over the last word,
My word,
Yours,
Or who knows whose?
Mediodías de luz
Prismas de luz
bailan entre las ramas.
el sol desciende a ritmo lento,
las nubes desconcertadas se quedan inmóviles
en la bóveda.
Una isla de césped sonríe con su cara cortada.
El olor a heno fresco invade nuestros seres,
nuestras manos tiemblan impacientes.
El pájaro picaflor me habla de ti;
el fino rumor del mundo me atrae,
la letra de la canción pasa
de una dimensión a otra;
San Juan, con su boca de oro predice
sabiamente,
que el alma del hombre nunca muere.
Bright Afternoons
Prisms of light
Dance through the branches.
The un descends in a leisurely rhythm;
Perplexed clouds
Lie still on the vault.
An island of undulating grass smiles,
Its face mowed short;
The fragrance of fresh hay
Invades our being;
Impatient hands shake in anticipation.
The humming bird speaks to me of you;
Gently, the world’s din entices me;
Lyrics transcend
From one dimension into another.
Saint John the Baptist
Quietly predicts
That man’s soul
Will never die.