Tomando como pretexto el libro “Nieve” de Lobos, Béjar apunta la conjunción entre el poeta y el artista visual y el amigo entrañable, sin perder de vista la perspectiva cultural y literaria de Chile.
La conjunción entre el poeta y el artista visual
(Homenaje a un amigo entrañable)
Francisco Véjar

Estos cadenciosos versos están dedicados a Carson McCullers, la gran novelista norteamericana del deep south junto a Truman Capote y Tennessee Williams, entre otros. Específicamente el hablante lírico del poema, hace alusión aquí a la célebre novela de McCullers, titulada El corazón es un cazador solitario. Lo que demuestra que el autor de este libro tiene lecturas atípicas y finísimas. Y este texto lo escribió en Campinas, Sáo Paulo, Brasil, marzo de 2006. Y haciendo una digresión, con respecto al poema citado anteriormente, haré un breve resumen de su experiencia en Brasil. No en vano, gracias a él hemos leído a Hilda Hilst en castellano, comentada por la poeta brasileña Cristiane Grando. Asimismo, conocimos al mítico Roberto Piva y sus historias vanguardistas. También a Claudio Willer y Tanusi Cardoso, entre muchísimos otros creadores brasileños.
Recuerdo días y días hablando de Piva y su vínculo con la ‘beat generation’ o las historias de la obra inolvidable de Hilda Hilst. Nuestro amigo había estado antes, al sur de Francia becado, entre el 2002 y 2003. Como también tiempo atrás estuvo en Nueva York. Y siempre con un cuaderno para tomar notas y dibujar. Por lo mismo, se hace necesario decir que Leo Lobos es además, artista visual que ahora está exponiendo sus pinturas, en el Taller Siglo XX Yolanda Hurtado, junto a Roberto Hoppmann, Verónica Baeza y María Eliana Herrera. La muestra se denominó: ‘Horizontes’.

Y como dice la poeta Anita Montrosis: “Este libro, es sin duda, un viaje hacia diferentes lugares. Es un éxodo a múltiples ciudades y países, dedicado a su vez, a los amigos vivos y también a los amigos muertos, a aquellos artistas ligados a la palabra y a las otras artes. La mano del escritor tiene adherida la capacidad de observación y la musicalidad de vaciar los pinceles en el tablero, porque este libro tiene una gama de cuadros, todos de diversa temática, pero al mismo tiempo rehilados, como si se rememorara el más íntimo átomo del cuerpo. Un cuerpo que todo lo siente, que todo lo vive y que todo lo dimensiona, entonces la palabra se vuelve una imagen en el crepúsculo y la nieve que de pronto todo lo cubre, queda buscándose en la luz o tal vez en la tormenta”.
Felicitaciones a Anita Montrosis, pues en estas breves, pero lúcidas palabras el lector tendrá las herramientas suficientes para habitar los significativos universos que propone este compendio de variada invención. El poeta aquí parece haber aprendido la lección del poeta surrealista francés Paul Eluard, cuando sentenció: “El objeto del poema es dar a ver”. Es decir, fijar con la palabra, lo que los demás no alcanzan a vislumbrar, pues en estos tiempos la ceguera es total, pues las personas agonizan de una alegría artificial y ni siquiera pueden hallar aquella luz que estalla donde no hay ningún sol.
En Vida y Arte, Lobos escribe: “Portales abiertos a espacios desconocidos / en dirección de la música de las esferas / tan fácilmente penetrables / que nos mantienen fuera y nos envuelven / ¿Puede ser algo más tranquilo? / Bien distante de la agitación del arte contemporáneo / del frenético atropello del ahora / esto no es sobre el ahora / es lo duradero / sentimos pasar las eras / ser llevados por portales / que se abren a los tesoros de la eternidad / para sentir la rudeza de llegadas y partidas / entradas y salidas / nacimientos y muertes / útero, tumba y todo lo demás”.
El final de este poema, me recuerda al poeta expresionista alemán, Gottfried Benn, quien escribió en uno de sus poemas: “Todos poseemos el amor, el cielo y la tumba”.
En Nieve, hay viajes, color, profundidad, citas de otros poetas o escritores. En fin, es una obra que viene para despertarnos y para que veamos junto a él; esa realidad secreta que sólo los verdaderos poetas son capaces de construir. Y con el escritor francés André Gide, le diré: “Ya que todo está escrito, pero nadie está dispuesto a oír, es necesario empezar de nuevo”. Es lo que logra Leo Lobos. En esta casa, apunta: “En esta casa soy un pintor inofensivo / que busca otro / sol / en las flores una gota de rocío”. Estos versos logran la difícil naturalidad y silencio con que el sol nos despierta día a día.
Con todo, esto es sólo un botón de muestra ante la inmensidad y espesor poético que contiene Nieve de Leo Lobos que ya es “una viva moneda que jamás se volverá a repetir”.
Texto leído en la presentación del libro NIEVE de Leo Lobos, Mago Editores, 2013. Feria Internacional del Libro de Santiago -Centro Cultural Estación Mapocho, 28 de noviembre de 2013, junto al artista Roberto Hoppmann.