Una selección de este poeta y artista visual panameño, cuyo trabajo “Mandalas” ha sido traducido a varios idiomas.
Foto de Daniel Mordzinsky.
Selección de poemas del poeta
Gorka Lasa (Panamá 1972)
Principio
Por siempre alterado el elemento,
La pauta está completa.
Verbo, en su justo tiempo,
Es Luz,
Es camino.
Ya no hay esferas que habitar.
El dolor es cual ceniza,
Barrida por el viento.
Debo seguir este canto antiguo,
La clara Luz de lo inasible,
El eterno juego del final,
El infinito principio.
Viaje hacia lo incierto
En cada viaje hacia lo incierto,
Navego en mi silencio,
Medito mi periplo.
Siempre en su hastío la luna del destierro,
En el muro del tiempo se redime,
En la era dorada,
Mi desierto.
En el intervalo oculto.
En el temblor de mi oriente.
Aquí,
Me quedo en mi sangre.
Aquí,
Me muero en mi muerte.
Antiguo silencio
Tal vez el caminante se alejó del mundo para evocar su recuerdo.
Perdido en el tiempo, no supo detenerse a beber del lago de Luz.
Y así creció, como el árbol de las edades, ajeno al fruto de su herencia,
Prisionero de imperios solares, añorando de las estrellas el retorno,
Invocando en su antiguo silencio, la soledad del esférico abismo.
La única puerta
Solo en el ahora somos Uno.
Solo lo eterno,
Solo la muerte.
No formules la pregunta,
No deformes la simiente.
La última puerta se abre,
Al abandonar la mente.
Desiste del vano juego.
Del devenir,
De su oriente.
Solo estás de retorno.
Por eso vas,
Porque vuelves.
El pilar del abismo
Ignota razón, altares de cristal, ritual y grito,
Ofrenda oscura sobre el cadalso de los antiguos.
Allí murió la aurora,
Rendida a su soledad,
En el pilar del abismo.
Río eterno, océano infinito, distancias sin nombre,
Llaga solar, estigma de mis soles moribundos,
Allí también, rendida,
Murió mi esperanza.
La proclamación del mar eterno
¿Qué haremos cuando llegue la estación terrible,
y se desaten las tormentas del mar eterno?
El misterio de lo infinito,
El altar cósmico, la fuga,
¿Volverá todo a su reverso?
¿Qué haremos cuando perdamos el refugio?
¿Cuando la estrella clame su venganza?
¿Cuando el sol se rinda a su destello?
¿Qué haremos cuando llegue la estación terrible,
y se desaten las tormentas del mar eterno?
El horizonte de lo perdido
En la espera del ocaso,
Surgió de mí una idea terrible.
Sitiada la ciudad, roto el juramento, creí morir,
Solo, sobre rojos cielos de lejanos tiempos,
Entregué mi vida a un sueño extraño.
Renací otra vez de la antigua Luz,
Padecí la sequia, la cruel mordaza,
Engendré mundos de mis lágrimas.
Así existí en el único instante posible,
Así fue la guerra que congeló mi sangre,
Allí reposa el recuerdo de mi heredad perdida.
Solo quedaron reflejos de la muerte,
La híbrida voz de lo inconmensurable,
El oblicuo lamento de otros horizontes.
En la espera del ocaso,
Surgió de mí una idea terrible.
Pradera y Sol
En esta pradera y Sol
Junto a este bosque increado,
Hilaré mi canto de eras,
Libaré mi rito sagrado.
Detendré las rotaciones,
Dejaré pasar las noches.
Desnudo de toda norma,
Avivaré lo olvidado.
Qué más da,
Lunas o milenios.
Qué más da,
Parias o guerreros,
Cruces o luceros
Solo poetas,
Solo Viajeros.
Recuerdo
Recuerdo,
Una y otra vez,
La pausa infinita.
¿Quién es el testigo de lo que deviene?
¿Quién observa la gota de fuego?
Eterno,
Sagrado,
Inmutable.
Pleno, en esférica disolución.
Uno, absoluto,
Implosión,
Vacío.
Extasiado para siempre.
Dialéctica de lo vacuo.
Lágrima Solar
¿Qué Ión ha perecido en la lágrima solar de mi tristeza?
¿Qué fue de aquel fluido ocre y perfumado de Dios?
Aquella sagrada oquedad sin forma,
Después de arder en el fuego eterno.
En íntimo secreto el símbolo nace,
Danza del intento,
Vuelo salvaje,
Noche mágica,
Marca equinoccial.
Galáctico equilibrio de los hemisferios,
Único templo de lo harmónico,
Centinela de mi dolor.
Alzamos nuestro grito en la oscuridad de lo estelar,
Definimos con fuego los inmóviles círculos,
Las claves que derrotaron al tiempo.
Creo haber existido por eones en este cúmulo lejano,
Después del ritual,
Estalló mi alma,
Supernova.
Lúcida vastedad de la que bebió,
Lejano y peregrino,
Mi espíritu indomable.
Solo por amor he tomado esta ruta,
Solo por compasión,
Arde en mí la tarde.
Melancolía
Melancolía que naciera de aquel cuerpo que flotó en la niebla,
Mientras las águilas sobrevolaban el frio.
Fluir de una mañana que eclosionó de los escombros sacros.
Una soledad que aún no ha sido liberada de su trampa de hastíos.
Porque de no ser así,
No tendría que explicarte el gran silencio evocado,
Para siquiera habitar aquella gota de vida,
Aquella que imaginé invertida,
Cayendo hacia las alturas,
Del sueño que me atrapó al nacer.
Ahora,
Solo el reverso de un futuro olvidado,
El Ser en su celda temporal,
Sintiendo el frio de los tiempos,
Atrapado en el hielo de los días.
Pero en el fondo,
Despierto, presente,
Con la certeza imbatible,
De que es imposible morir.
El portal
El portal ha sido abierto,
Anclado en el firmamento,
Solar,
Emana cansado,
Su ciclo,
Uno y eterno.
Así fue escrito en la nada.
Advertencia del averno,
¿Recordarás el origen?
¿Olvidarás los inviernos?
En símbolos e ideogramas,
Remoto futuro incierto,
Semántica de los dioses,
Para un lenguaje de viento.
Océano de luz
¿No se agita extasiado el océano de luz?
¿Acaso no arde su fuego en verde ataraxia?
En mi yace dinámica, detenida,
La cósmica rueda,
Mutada en su axis.
¿Recuerdas este sitio sin tiempo?
¿Recuerda esta tierra sin Padre?
Creo haber estado aquí milenios,
Observando desde la esfera,
Extraño,
Silente,
Absoluto.
Alógeno juego de Dios.
Rebelión de los soñadores de la estrella negra.
Remanente de los mundos condenados,
Galáctica batalla del origen,
Bastión del peregrino.
Ahora ya no hay ahora,
El Ser con su laberinto.
Asciendo y desciendo inmóvil,
La flecha ha sido soltada.
Cósmicamente exhausto
Exhausto de vagar la ruta de la noche cíclica
Horizonte que se expande en infinitas espirales
Eternidad que aguarda conteniendo el yo supuesto.
Dualidad imposible
Vacío generador de tempestades de fuego
Viento solar que desgasta las barreras del alma.
Exhausto de la visión que se disipa lentamente
Densa neblina de muerte sobre la forma y su esfera.
Lágrimas de sangre fecundan mis manos de poemas eternos
Destinados a perderse en el abismo humano de la indiferencia.
Profundamente exhausto
En mis pensamientos se desdibuja el contorno de la esencia
Camino ya sin vida hacia el recuerdo inexistente
Otra vez, errante sobre el eje de la nada.
Recurrente, taciturno, voluble
Ya no volveré de la antigua manera
Latente, cósmicamente exhausto.
Eterno retorno
Aquella niebla de universos errantes
Mi antiguo desierto de mundos perdidos
Caos primigenio que fecundó el vacío.
Tal fue la expansión que reveló la forma
Tal fue el fuego que generó la mente.
Ahora atrapado en colosal pensamiento
Una idea se ha revelado a su norma
Un solo ser ha torcido a su fuente
Consciente del Uno en el axis sin nombre
A pesar de la sombra,
Su viaje de muerte.
GORKA LASA. Panamá, 1972. Escritor, poeta, ensayista, artista visual. Ha publicado los libros: El Equilibrio de los Hemisferios (2012), La Claridad, Cuentos, sueños y memorias del despertar (2011), Cantos de la Legión Arcana, Nova Astra Natura (2010), Viaje a la Lejanía (2007) y forma parte de numerosas antologías y volúmenes colectivos. Realizó estudios humanistas y de psicología, en Panamá y Costa Rica, con posteriores estudios de literatura, mitología y filosofía. Como parte de estos estudios ha emprendido viajes de exploración personal a Europa, Latinoamérica y Estados Unidos. Su trabajo literario y visual (mandalas) figura en publicaciones y en páginas especializadas de internet de diversos países. Su obra ha sido traducida al inglés, francés, portugués y ruso. Ha sido jurado en certámenes literarios, recibido premios, menciones honoríficas, e invitado a exponer su obra literaria en festivales y congresos internacionales.
gorkalt@gmail.com
www.gorkalasa.com