Poeta y traductor nicaragüense que reside actualmente en Estados Unidos, nos ofrece una breve muestra de su poesía.
Francisco Larios, Nicaragüense, poeta y traductor; reside actualmente en Estados Unidos. Ha publicado los poemarios Cada Sol Repetido, anamá Ediciones, Managua, Nicaragua, Noviembre del 2010, The Net in Sight/La red ante los ojos, Editorial Rascacielos, Quito, Ecuador, 2015, La Isla de Whitman, Editorial Buenos Aires Poetry, Argentina, 2015, más la plaquette bilingüe (inglés/castellano), Astronomía de un sueño/Astronomy of a Dream, Carmina in minima, Barcelona, 2013. Su poesía ha aparecido en revistas digitales e impresas en numerosos países y ha sido parcialmente traducida al italiano, griego, rumano, estonio e inglés.
MEDI
TACIÓN
INTERRUMPIDA POR PENSAMIENTO FLOTANTE SOBRE JIM MORRISON
cuando
la lluvia
cae,
uno
celebra
que ella
reduzca
las ideas
a un
reluciente
hueso
verdoso.
Llueve. Por la gran oquedad
se escapa todo. Vuela.
Se ha quedado sin pausa
la lluvia. Jim Morrison in Paris;
termina todo. Il pleut.
ESBOZO DE UN SUEÑO
Visión de lago completa con sapos que estiran el pico irrisorio y exhalan pulidos arcos de agua y trinan.
Desde la costa igual podría ser el barco en la lejanía la casa de las conjuras enviada al garete en castigo divino,
la balsa que transporta el final escenario y todos los santos acomodando sillas y cortinas limpiando voluntarios las entradas.
Visión así solo es posible producir en altas horas viento en popa la mente girando fuera de control los últimos esfuerzos pendientes,
que extrañamente no encuentran mejor significado que sapos silbando largos trinos húmedos que caen en el lago.
La paz gana
una escaramuzaUn fusil
carga
una muchacha.Una muchacha
carga
un tanque.Un fusil escapa.
Una guerra
muere aplastada
por una muchacha.
PERO ES TAN BELLO VER FUGARSE LOS CREPÚSCULOS (1)
Some say a cavalry corps, some infantry, some,
again, will maintain that the swift oars of our fleet
are the finest sight on dark earth; but I say
that whatever one loves, is.
Sappho
Ficticio, al lado triste de la irrealidad,
desde que habito la visión que escapa,
las miradas del mundo no me atañen:
los extraños protocolos de lo oscuro,
las imágenes, el brillo, el triunfo y amarguras.
Fanfarrias a la pena real, a los que viven,
a los que pueden perder de vista aquello
que han amado,
con dulce brevedad
y en silencio.
ÉXODO
Cerca de la soledad
en cuya esquina
esperan hacinadas
a que llegue
la mariposa de turno,
paredes de queso cuelgan
de la indolencia.
Es así como este poema
se ríe del interpretador de sueños,
y como, a salvo del estruendo,
florece vengativa la criatura de sal
que vendieran viejos autores
al precio de una fábula
Que no se envanezca Egipto con su Nilo,
pues mil de ellos hay
en el Sannil de Granada (2)
Por uno escaparemos mientras duerme el interpretador
un silencio feliz con su largo bostezo.
¿Adónde ir? A andar. A robar tumbas
A arrancarle
pulgas a las momias.
Que alguien
se atreva a denunciarnos
que acuda al lugar de los deshechos
y que esculque
la mentira.
Encontrará nada más
nuestros huesos
ociosos, llenos
hasta la saciedad de escape.
El interpretador de sueños
verá la hamaca inmóvil moverse y el sol
acuchillar su arena.
Pero ya iremos lejos. Lejos de toda adversidad. ¿O lejos
de toda libertad?
La piel de la pregunta infructuosa es ¡tan cantable!
Flores de sal la besan en amores sin templo.
Mueven sus pervertidos cuellos,
sus sodómicos tallos
en el centro del polen.
Esto no lo entiende el interpretador.
He ahí nuestra indescifrable victoria.
Nos ha hecho y ha extraviado
el mapa de su intento.
VIAJE HACIA EL SUR DE UN SUEÑO
si por Toledo me vieron, soñaban;
y yo también, porque en
Toledo estuve;
si en Córdoba me ven,
también me
sueñan;
y sueño yo, porque las sueño
hojitas de romero,
camino de Egipto,
¡guapa! vida larga y gran fortuna,
un sol sin nubes,
limoneros
y el lento
velo de la llanura
rumbo a Sevilla
Es como si un fuego
callado me guiase
como si paciente,
me deshiciese;
como si en el cielo
todo sospechase;
como que si fuese;
como que supiese
esta Andalucía
entre las hojitas
de santo romero,
camino del alma, dónde me dirijo,
yo, que ciego escapo
desde aquel Toledo
a la más profunda
de mis cicatrices
al día sin pájaros que tiembla,
entre
la Sevilla y mi Córdoba mora;
la sirena triste que ha de redimirme
de aquellos perdidos andares, perdidos
andares, perdidos
en el centro íngrimo del
pasado
¡qué sures destinos
desde el sur me llaman!
desde el sur que anduve
camino curtido, cansado Guadalquivir
Ahora me encuentro en sus campos y lloro
porque no comprendo cómo fue que he sido
siento que me alejo y que
me acerco
que abrazos me carcomen, me desatan
que rechazos me plantan
verde en otros lares;
separado y en su carne, huérfano hijo en
incestuosa
desolación
de los campos heridos y los
ríos inertes
Hallo su cuenca y lloro sin voluntad
hallo los restos de mi largo viaje
flotando inútilmente
hallo lo que pudo ser, y marcho
con el dolor de haber descubierto
en este sur,
en desorden de arenas
disperso,
la ruta de los mares antiguos
el horror de la sangre y el destino
1. León de Greiff, “Tergiversaciones”.
2. Ibn al Jatib