Con traducción del inglés de Mario Licón Cabrera, presentamos una muestra de la poesía de Michelle Cahill, originaria de Kenia, de una familia Anglo-India del Estado de Goa. Emigró con su familia a Londres donde cursó su educación primaria, luego se establecería en Sídney, Australia. Allí se graduó en Medicina y Humanidades. Poeta, narradora, ensayista y editora.
Poemas de Michelle Cahill
Traducción: Mario Licón Cabrera
Michelle Cahill es una poeta Goan-Anglo-India nacida en Kenya. Pasó su infancia en el Reino Unido antes de migrar a Australia. Vive en Sídney. Su poesía ha sido publicada en las revistas Meanjin, The London Magazine, Cordite, The Kenyon Review entre otras. Su poemario Vishairupa fue finalista del prestigioso Victorian Premier’s Literary Award. Recibió el Arts Queensland Val Vallis Award y fue altamente aclamada en The Blake Poetry Prize. Su tercera colección de poesía The Herring Lass será publicada por Arc, UK. Michelle fue Escritora en Residenia en Kingston Writing School, Londres y Profesora Visitante de Escritura Creative en the University of North Carolina, Charlotte. Co-editó la antología Contemporary Asian Australian Poets. Su primer libro de relatos Letter to Pessoa sera próximamente lanzado por Giramondo, Australia.
La Casa del Espíritu
¿Por las manos de quién está pintada
la tarde en su quietud?
Oscura almohada de nubes bajo
la cual revolotean las golondrinas.
El verano es una afronta de malva
y oro, de tambores y motocicletas.
A esta hora los adoratorios
del templo son siluetas talladas,
nueatros pensamientos son enmarcados por enramadas.
Sándalo y jazmín apenas si
requieren de la vacía vasija del cielo.
Los patos giran en el resplandeciente arrozal.
Las hojas están pulidas, después de la lluvia,
nuestras palabras no tienen resonancia.
¿Por qué dudo que dioses hambrientos
rezam sobre la danza de las mariposas?
Esta noche escuché el orgasmo de un dios
vuelto piedra por la casa del espíritu.
The Spirit House
By whose hands is the evening
painted in stillness?
Dark pillow of clouds beneath
which swallows are frenetic.
Summer is a smear of mauve—
gold, of drums and motorbikes.
At this hour, the temple
pagodas are carved silhouettes,
our thoughts are framed by arbors.
Sandat and frangipani scarcely
beg the sky’s empty bowl.
Ducks reel in the glittering rice.
The leaves are enamelled, after rain,
our words have no echoes.
Why do I doubt that hungry gods
prey upon the butterflies’ dance?
Tonight, I heard a god’s orgasm
turn to stone by the spirit house.
Basta
Son las 3am mientras camino hacia el portón.
Sobre la hierba el rocío títila como estrellas caídas.
Árboles desnudos como maniquís
adornan la calle,
donde periódicos viejos yacen sin ser leídos.
Y el buzón en la esquina
espera por un viejo amigo.
Hasta las ardillas voladoras están quietas.
Pulsante es el silencio.
Arde como la brasa de un cigarro
en estos entumecidos dedos.
Pienso, que tal vez, Venus está en las fosforescentes
olas del cielo.
La lluvia sobre el asfalto
es un pájaro blanco con cola plateada,
o un pez ciego nadando
hacia mis brazos.
Anoche la esposa de mi tío
murió de un cáncer
que le perforó sus huesos.
Todavía guardo su medallón en mi tocador.
No se hable más de la culpa por las mentiras
que tú dejaste atrás,
para mí.
Muéstrame la diferencia
entre la delicia y el placer,
si he de preguntar.
Esta noche basta
con caminar no más allá del portón.
Enough
It is three am as I walk to the gate.
Dew glitters in the grass like fallen stars.
Naked trees are mannequins
dressing the street,
where yesterday’s newspapers lie unread.
And on the corner the post box
waits for an old friend.
Even the sugar gliders are dormant.
The silence is vivid.
It burns like the red tip of a cigarette
from these numb fingers.
I think, perhaps, there’s Venus in the sky’s
phosphoresecent waves.
Rain on the tarmac
is a white bird with silver tail,
or a fish without eyes swimming
into my arms.
Last night my uncle’s wife
died of a cancer
that hollowed out her bones.
I still have her locket on my dresser.
Speak no more of guilt for the lies
you leave behind,
for me.
Show me the disparity
between delight and pleasure,
if I should ask.
Tonight it is enough
to walk no further than the gate.
Oda to Mumbai
Para Dilip Chitre, después de su ‘Oda a Bombay’
Parte por parte removeré tu ardua sintaxis.
Probaré tu dulce de caña, en tanto el caleidoscopio callejero
activa una nueva explosión. Haré trizas apunte tras apunte,
mientras tú desdeñas mis intentos de escribir una elegía
o una épica. No soy tu primera limosnera o bailadora, yo, también,
soy un resulto, estrellándome con travestis que flotan como oscuras
polillas zigzageantes a través del tráfico en Santa Cruz. Encontraré
aliento en cada deserción y alucinación, descubriré que
tu catálogo de divas, perdularios, rémoras y empresarios
es un divino camuflaje o un holograma que fácilmente deviene
una nueva alegoría. Pero cuando broto a la luz
me quedo solamente con privaciones. Mumbai, aun tu nombre
es un enigma para un filólogo, así como el mío es la antítesis
de mí misma, un error colonial. Remueve las capas, los vestigios
son los huesos, una gramática diferente por partes correspondientes
de discurso, los mismos dientes de marfil en cualquier casta o credo. Yo
aguardo en una grieta entre el sonido y significado de palabras,
hundiendo mi subconsciente en diferentes husos horarios, donde
mi cama es un templo y un burdel, donde el sueño me define.
Tu poema tiene una historia, en la cual faltan mis páginas.
Surjo del poema sobre una escalera de lenguaje incendiario.
Ode to Mumbai
To Dilip Chitre after his ‘Ode to Bombay’
Piece by piece I’ll remove your unwieldy syntax.
I’ll taste your jaggery, as the street’s kaleidoscope
triggers a new explosion. I’ll tear up draft after draft,
while you scorn my attempts to write an elegy
or an epic. Not your first beggar or bailadeira, I, too,
am engendered, colliding with hijras who float like dark
moths weaving through Santa Cruz traffic. I’ll find
relief in each disappearance and hallucination, discover
your tableau of devas, slumdogs, spivs and impresarios
is a divine smokescreen or a hologram that easily bends
into a new simile. But when held up to the light
I’m left with only negatives. Mumbai, even your name
is a philologer’s conundrum, as mine is the antithesis
of my self, a colonial slip. Strip the layers, what d
are the bones, a different grammar for equivalent parts.
Of speech, the same ivory teeth in any cast or creed. I
hang in a gap between and meaning of words,
dipping my subconscious in different time zones, where
my bed is a temple and a brothel, where dream defines me.
Your poem has a history, in which my pages are missing.
I rise from the poem on a burning ladder of language.
Mario Licón Cabrera (Nuevo Casas Grandes, Chihuahua, 1949) poeta, traductor y promotor cultural. Avecindado en Sídney, Australia desde 1992.