Ahora es una flamante doctora por la Universidad de Cincinnati, pero le ha sido fiel a la poesía desde los talleres en su natal Bogotá. Aqui una muestra de su poesía más reciente e inédita.
Paola Cadena Pardo, Bogotá, Colombia
Inéditos
Caso de música y silencio
No sé muy bien cómo se llama esa sombra
pero supongo que es bailarina
porque se mueve como una ausencia y tiene luz,
eso es:
una ausencia sonora, una penumbra desnuda,
el vaivén de la música como un temblor de Dios,
la sospecha de una escena que sólo existió en mis ojos,
pero existió,
lo juro.
Y vi salir la vida toda desde mi alfombra
como un muerto que se levanta a besar sus flores.
No tengo un cementerio en este cuarto
pero la vida, como un difunto, se puso en pie
y ya no supe yo cómo nombrarla.
Esta mujer desnuda que soy, sobre mi cama,
soledad de un respiro hecho tabaco
y la música, que se hundió en el aire y en la lluvia
para mojarse, para ser canción húmeda y lejana
fue ese el acontecimiento.
Nada más trascendente que una rutina sola,
esas cosas que pasan cuando el mundo se olvida
y la sangre se vuelve líquido trasparente
y los navíos de Dios, que tampoco se llama Dios, colonizan los ojos.
Esas cosas que pasan y que no puedo decir,
no sé cómo se llaman,
nada de esto que escribo se les parece,
es eso, ¡eso que está ahí!
un bombillo apagado, una canción,
una noche sin destino ni convidados,
este fuego en el pecho como una verdad,
algo mío.
Sólo quise decir que la música está en el aire,
como Dios,
que Cohen canta y en su voz
hay un color y un sudor tibio.
Magnolia
Un pez mujer no tiene senos,
puede ser que los lleve en su alma
y le alcancen sólo para amamantar nostalgias,
como la nostalgia de ya no verte al salir del lago,
por ejemplo.
No tiene senos la pez mujer,
pero en algún lugar de la vida los sentirá.
Yo tengo dos,
pero no sé nadar como Magnolia
ni aprendí a mirar la muerte de esa forma,
tan altiva aunque sin aire,
casi sin temor,
sin morir más que un poco
como quien se entrega a Dios y se arrepiente.
Yo saqué a Magnolia de ese lago
y me asustó su estar viva
y me pregunté por qué ella
y de dónde esta certeza de que se llama Magnolia,
como si la hubieras bautizado en el azul de tus ojos
y esta parte mía que es mujer
se hubiera cedido a su existencia
y el amor de pez y de Paola
se entregara en uno sólo a tus manos
y a ese lago movedizo que llevas en el vientre.
Ella era una pez amarilla,
no como el sol,
sino con ese amarillo de la lluvia
disuelto en el asfalto.
Yo era una mujer silenciosa,
no como la nada,
sino con ese silencio de mariposas y ojos
que repentinamente alumbran los labios.
Pez y mujer
te miraron por un hueco del día,
te escucharon en el agua,
se quedaron en tu voz.
De Cinema (2012)
Cinema Paraíso
No es fácil construir un silencio que apunte al olvido
ese algo que se pierde cuando las imágenes desplazan al mundo
y el mundo es eso nuevo que intenta nacer en la pantalla
Yo le pediría a Dios cincuenta liras sin la botella de leche
porque no es fácil vivir este camino insípido de los soles
y las cintas, en cambio, saben ser amarillas y no tener luz
ni días
¿Qué otra posibilidad tiene el paraíso de ser paraíso
sino aquella de ser un invento escapado, fugitivo?
No me gusta vivir aquí, en esta hora de una noche
en esta habitación de una ciudad
en esta mujer que tiene un nombre
Me gusta vivir allá
en una plaza pública que tiene dueño propio
en una cinta que de vieja se convierte en incendio
en un cinema donde el paraíso tiene varias funciones por día
un paraíso cada vez
que se puede rebobinar si quedaron dudas de lo edénico
y repetir el hombre dormido que se traga los insectos de su sueño
el terror de ojos abiertos que se convierte en pájaros rojos
los niños que aprenden de senos lo que no aprendieron de sus madres
las prostitutas que cierran el telón para que la película esté en su sexo
un par de ojos quemados que se borraron de la cara
y se volvieron videntes al fin
La pantalla nos redime de tanta imposibilidad
de tantas alas para los pájaros y tan poco vuelo para los hombres
El cinema no se derrumba
siempre nos devuelven esa parte mutilada de las cintas
lo que no querían mostrar
tan sólo hay que marcharse solo y estar lejos
lejos
para volver a buscar la vida donde la vida se proyecta
Muñecas
El amor es un estilo de marionetas
que saben el llanto como música y el dolor como respiro
La locura puede ser una muerte
o la puerta para no perder el cielo
Ella extravió sus ojos en el prado
derramados justo sobre una mariposa rota
y su voz se escondió en la tristeza
ya no hablará nunca
sólo recuerda cómo se dice un sollozo
Ella les pregunta su nombre a los ángeles
y permanece en el suelo para olvidar que vuelan
¡que no le quiten los juguetes!
con la vida basta
Y ya olvidó cómo ser mujer y no llorar por las tristezas
Ella quiere cantar como quien sopla la luna
Él quiere jugar a que la muerte lo salve
Se murió la luna el aire y el sueño
El hombre vuela y la mujer regresa a su cielo partido
donde volar es una espera
donde la cita es una muerte
La mujer sin amor está loca
y se deja morir de amor
y se deja morir de espera
Es menester arrancarse los ojos para no olvidar la belleza
Ya no hay trenes
Nos vestimos de marionetas antes de morir
y nos colgamos de la muerte como de un último beso
Rompiendo las olas
La desnudez es un par de ojos sumamente abiertos
Una sonrisa de niña que no se sabe aún mujer pero quiere intentarlo
aunque los senos erectos le cuesten la vida
y la penetración se torne el juego de una iglesia sin campanas
Soy mujer y salgo a volar en mi caída
no aprendí a volar de otra forma diferente a los abismos
porque soy Dios y me castigo
Ser buena es una forma del dolor
como el pecado es a la vez un sacrificio
¿El amor?
el más pecaminoso de los martirios
Si te quiero podrías disgustarte
mi amor desagrada a los hombres
les incomodan mis ojos abiertos a su cielo
y debo buscarlos entonces en otros cuerpos que me dan asco
-pero nadie le creerá a una puta-
mi amor no existe más que en mi llanto.
La bondad es una enfermedad cuya única cura está en la muerte
El color del paraíso
Si un niño perdió el mundo con sus ojos
y han escapado todos de sus luces apagadas
llora
La ceguera le rompió los colores
pero no el llanto
y las yemas de sus dedos
no alcanzan a Dios si no en las flores
pero él calla
Si un niño toca el mundo
sus secretos son dolores jóvenes
los ruidos del bosque se hacen lluvia
y la abuela sale a empaparse de su propia vejez
para morir en su nombre
y que la ceguera sea milagro
y que el dolor sea un pez que huyó del río
¿Dejar que el agua se lleve el silencio?
El niño abrió los ojos
y aprendió a estar ciego con los ojos de par en par.
Paola Cadena Pardo, Bogotá, Colombia. Ha publicado Hotel (Ulrika, 2008) y Cinema (Bid & Co. Editor, 2012). Poemas suyos han aparecido en diversas revistas y antologías de Colombia, España y México. También publicó la obra de teatro titulada Cuando perros tienen alas en Digital Colletion, University of Cincinnati. Su libro de ensayo Corpus autobiográfico de Julio Cortázar y Alejandra Pizarnik: un acercamiento a la experiencia creadora se publicará próximamente bajo el sello Alción Editora. Fue finalista del VI Certámen Internacional de Poesía Martín García Ramos, 2007, con su primer libro Hotel. Además, ha participado en varios encuentros internacionales y ha colaborado en revistas nacionales y extranjeras, así como en organizaciones para la promoción cultural y literaria. Tiene un doctorado en Literatura Latinoamericana y actualmente trabaja como docenteFo.