Una muestra poética del más reciente libro del colombiano Carlos Fajardo publicado en España.
Bajo extraños soles de Carlos Fajardo Fajardo.
Editorial Ars Poetica. Asturias, España. 2017.
La editorial española Ars Poetica acaba de publicar el poemario de Carlos Fajardo Fajardo Bajo extraños soles. En este poemario el poeta aborda los temas del exilio y la extranjería, tópicos tan actuales debido a las migraciones no sólo territoriales y culturales, sino espirituales en el mundo globalizado. El poeta cifra y descifra la soledad del desterrado, las nostalgias y los recuerdos ante la pérdida de su patria natal, de su mundo familiar y la infancia. Enuncia los exilios exteriores e interiores de aquellos que viven en tierra extranjera, bajo extraños soles.
Link: http://www.arspoetica.es/libro/bajo-extranos-soles_43892/
SEPULTADA PATRIA
Extranjero de ti, extranjero,
en el frío lunar,
en las piedras que tejen caminos,
en el tiempo que ya no es tiempo,
en patios donde conociste astros,
en tu calle, bajo el atardecer inmóvil,
encuentras tu sepultada patria
ÁNGELES DEL SUEÑO
Esta noche vienen los ángeles del sueño a visitar tu casa.
Tocan la puerta labrada por ti en suelo tosco.
Visitan el jardín que has edificado lejos de tus dioses.
En la punta de sus alas viaja un olor a flores que son la infancia
ESTA ES LA PALABRA QUE TEJES
Esta es la palabra que tejes en una hoja de otoño,
palabra llena de deseo en plena oscuridad.
Nadie vendrá a destrozar lo que con ella has moldeado:
tu exilio, el prestigio de tu imagen, la soledad.
Esta es la palabra,
rueca con que tejes ceniza tras ceniza
JUNTO A OTROS MARES
¿Qué tanto esperas para emprender tu regreso?
Alguien te aguarda entre soles ignotos bajo los tilos del verano.
Junto al susurro de otro mar
grabas tus memorias en cartas silvestres
pensando en los días cuando el triunfo era posible.
Es tan duro olvidar, ah desterrado.
En los campanarios de ciudades, oyes la danza de los ausentes,
el llanto de los proscritos.
Ellos siguen tus pasos sin nombre, sin país, apenas sombras.
Mientras la hiedra del tiempo penetra en la aurora,
ningún ángel te ampara en el despojo de la noche
LEJOS DE CASA
Demasiado rumor del mar a lo lejos
y aquí se mueve el viento con una gaviota imaginada.
Demasiada niebla en estas calles
donde viniste a detener tu nombre entre jardines desechos,
ruido de bocinas, aromas de secos árboles.
Demasiado celaje en los imperios del cuerpo.
Ruge el viento en regiones remotas.
Alguien teje el dolor en la rueca del mundo,
este ir y venir por los trastos del día
ANTE EL TELAR DE LA NOCHE
Respira el olor a tierra natal, ah exiliado.
Entre el cielo y el fuego, en medio de extrañas florestas,
¿qué misterios traen de nuevo el patio de tu infancia no consumido por la luna?
Contemplas la ciudad.
Recuerdas tu heredad de audaces pájaros,
la tierra que bajo severos soles te vio nacer.
Ante el telar de la noche
las nubes del otoño pasan con apacible rocío
mientras el sonido de la rueca teje tu destino
NO RECORRERÁS MÁS ESAS CALLES
Tardes de tu infancia: ángeles y dioses bajo sombras, claridad de luz en la penumbra.
En aquellas montañas existía el mar y bailes en medio de sensuales veranos.
Tu casa tenía entonces plácidos silbos de jilgueros, estrellas de papel en los diciembres, ventanas abiertas hacia imaginadas aldeas.
No recorrerás más esas calles extranjero, meteoro caído en medio del destierro, bajo extraños soles
DETENTE Y SUEÑA UN POCO
Exiliado, detente y sueña un poco en los barrios de tu ardiente ínsula.
Piensa en aquellos que danzaron con furia bajo la tierra de sol.
¿Acaso ya por ellos tañeron las campanas?
Evoca a tus amigos, su ancestral belleza.
Oye desde aquí sus voces que en el fondo de sus tumbas
se quejan por crueles olvidos.
Llévales algún recado, diles:
«hermanos, escuchen desde su silencio la vejez de nuestra noche,
más longeva aún en estas casas sin trópico. He olvidado algo de sus gestos,
pero aún recuerdo la brillante luz de las cinco de la tarde
donde un grito de gol detenido ha quedado para siempre»
UN PAÍS TE ESPERA
En tu lengua natal
hay un país con musicales ríos,
árboles perpetuos y arcoíris que inventan un barrio.
En tu camino de regreso
hay una patria con voces de ausentes,
vulnerados amigos, archipiélagos de adioses.
En tu país austral
arroyuelos viajan entre árboles furtivos
y en el crepúsculo se oyen antillanos cantos.
Es tu país al sur del sur
donde la noche arrulla terrenales orquídeas.
Ese país te espera
bajo un sol color naranja
Y AVANZA LA NOCHE
No siembres tus sueños en desconocidos caminos,
una gota de lluvia puede borrarlos, arruinar la dicha venidera.
No te comprometas con falsas promesas.
La ira destruye y el horror del día puede aniquilarte.
Nunca lo olvides, exiliado.
Todo está concluido en las agonizantes tardes
y avanza la noche