Cynthia Pech nos invita a conocer Trace/Traza, poemario bilingüe de Iliana Rodríguez, porque considera que es una especie de mapa, un espacio para explorar a través de la palabra, un poemario que funciona como guía para no perder de vista lo esencial: el trazo de una ciudad íntima.
Trace/Traza: Trazos de una ciudad visiblemente íntima (1)
Cynthia Pech
La poesía, como arte de la palabra, es posibilidad pura que teje sus sonidos y silencios en la experiencia del lenguaje y que, suscita, sin duda, un «especial estremecimiento» -como dijera Borges- en ese diálogo que se abre entre el texto y la imaginación de quien lee. La imaginación, como potencia creativa, es vehículo hacia un camino incierto. La palabra, alegoría de lo reconocible, es el lugar-medio donde los abismos íntimos cobran sentido pues al nombrarse, existen. Iliana Rodríguez (Ciudad de México, 1969), asume la poesía como posibilidad creadora y recreadora en la palabra, tal y como lo muestra su obra poética publicada desde hace poco más de veinte años y lo evidencia, una vez más, su último libro publicado.
Trace/Traza, el poemario bilingüe de Iliana Rodríguez, resulta una especie de mapa de una ciudad conocida en el entrecruce de calles, rincones, huellas orográficas, fantasmas históricos y abismos íntimos. La ciudad como espacio para explorar a través de la palabra, abre una brecha justo en cada huella referencial que nombra lo conocido y como si de un andar en el laberinto de asfalto se tratara, el poemario, a contrapelo, funciona de guía para no perder de vista lo esencial: el trazo de una ciudad interna.
La voz poética de Trace/Traza, no irrumpe desaforada, al contrario. De forma pausada y llevando la lectura con precisión, conduce con calma hacia las imágenes que emergen en cada trazo y que como un mapa de la isla del lenguaje, revela que el ideograma a descifrar se origina en la palma de una mano que escribe con el pincel de una lengua tan rica que es capaz de dar color a cada línea de una ciudad viva, dinámica, que con el tiempo cambia, se adapta y resurge en cada escrito que de ella se hace.
La ciudad de Trace/Traza, no alude sólo al espacio físico compartido con sus habitantes, sino a la ciudad visible que la voz poética imagina cada vez que nombra y que además, despierta los sentidos sensoriales de quienes la viven. Así, la voz poética transita en los versos del poemario como si de callejones se trataran. La voz hace eco de quien vive la ciudad y al vivirla, reconoce su vitalidad. Pero Trace/Traza no delinea cualquier ciudad: cartografía la Ciudad de México y la experiencia vivida que suscita vivirla.
La ciudad que se traza se hace siempre usando la primera persona del singular. El «yo» supedita la lectura y una no puede olvidar lo personal que se lee. La ciudad visible en estos trazos, recuerda su pasado como ciudad prehispánica y se indigna ante las arterias de asfalto que en otros tiempos fueron ríos que atravesaban la ciudad llena de huellas de agua que también hemos olvidado. La ciudad delinea indicios de un valle desde donde se es capaz también de enunciar que «Hay días que detesto/ con el alma/ este país».
La ciudad trazada es una ciudad de contrastes, donde las latitudes de un país entero concentran sentimientos encontrados; aun así, se puede soñar que se es una sirena que arrancaron del mar para descifrar «el sonido del oleaje/ en el asfalto./ Sobre el asfalto, hablar como sirena./ Hablar el lenguaje de los mares./ Ser la voz que llama/ desde el otro acantilado.» Y aunque la ciudad sea ruidosa: «Justo en el fondo/ está el/ silencio,/ de donde todo emana».
Trace/Traza imagina una ciudad visiblemente íntima, donde «Los cielos no son cielos: son jirones de cielos», con volcanes que duermen vigilando y «Tras los cristales, las nochebuenas/ sangran todo el invierno». «Las palabras quizá resguarden» la ciudad que se vive, se siente y se emana en cada imagen que la memoria captura para convertir sus destellos en luces que rayen unos ojos y «Laten./ Su sangre mineral arrastra/ los secretos oscuros/ de mi calle».
Trace/Traza está organizado en seis secciones: «Los jirones», «La ciudad», «Los fotogramas», «Las dagas», «El rostro de sal» y «Los destellos», secciones que operan como marcajes de tiempo de lectura y no temáticas propiamente dichas ya que el poemario en sí tiene un hilo conductor y que es justamente la experiencia de la ciudad como espacio vivido e íntimo. Cada poema es acompañado por su traducción al inglés y además, la edición incluye ilustraciones de su padre, Guillermo Rodríguez Camacho (Kamacho). Sin duda, este libro es una buena opción para conocer la poética de Rodríguez y acercarse a un trazo más preciso de su creación.
1. A propósito del poemario en versión bilingüe Trace/Traza, de Iliana Rodríguez, Darklight Publishing, Nueva York, 2017, 157págs. (Traducción al inglés realizada por Arthur Gatti y Roberto Mendoza Ayala).