José Ángel Leyva

Presentación La Otra 134, junio 2018

La Otra ¿enemiga de círculos y poetas?
José Ángel Leyva

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José Ángel Leyva
Ahora resulta que los involucrados en el caso Roca bajan la cortina y se despiden alegremente con dictamen y decreto de que La Otra es enemiga del Círculo de Poesía, revista y grupo. Si di la cara por defender a mi amigo el Poeta Juan Manuel Roca, ahora debo darla para proteger a La Otra, que no merece «una armadura para el baile».

 

 

   No soy yo en lo personal, ni es La Otra, quien acusa a los directivos del Círculo de Poesía, es la persona agraviada, Juan Manuel Roca, quien los señala en su artículo publicado en La Jornada Semanal, «Marruecos, de paraísos y serpientes«, y las cartas exhibidas por los organizadores del Festival de Safi. No fue La Otra, fui yo, en lo personal, quien manifestó su indignación y su defensa por la integridad física y moral de mi amigo el poeta colombiano, quien a pesar de las calumnias fue homenajeado en Marruecos. Y ahora, por cierto, lo será en breve en una ciudad de Suecia. Ya el poeta colomboneoyorquino Carlos Aguasaco hace un resumen muy lúcido y neutral  de la refriega  en la redes sociales y las declaraciones e insultos que allí se vertieron (1).

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No puedo aceptar de manera pasiva que se le cuelgue a La Otra un San Benito por una Inquisición. (algunas-formas-de-lo-ridiculo-la-otra-contra-circulo-de-poesia) (2). No puedo acusar recibo de confrontación y cizaña hacia una publicación por varias razones. La primera es que La Otra no es un grupo, sino una revista y una editorial integrada por numerosos amigos y colaboradores de diversas partes del mundo. En verdad no entiendo las razones literarias, tampoco las extraliterarias, para esgrimir tanto encono.

La Otra no puede ni quiere rivalizar con Círculo de Poesía, no hay cabida para el odio o la venganza, la envidia o la querella. Razones hay muchas, la primera es que el origen de La Otra se basa en la inclusión, no en la exclusión, su espíritu busca destacar de la poesía aquello que consideramos como valores  nutricios, no tiene vocación para hacer antologías de los peores poemas, o los peores poetas, ni siquiera de las malas personas, no certificamos ni calificamos, no pontificamos ni satanizamos, no estamos metidos en una carrera de premios y reconocimientos, no buscamos enemigos, ni tratamos de impedir que se reconozca a otros por sus cualidades y aciertos, ni siquiera por tener el mayor número de visitas o de likes, no difamamos, no coartamos la libertad de pensamiento, no buscamos el empoderamiento, creemos fielmente en la inutilidad práctica de la poesía, apostamos por su espíritu de resistencia, por su infalible lucidez que se abre a las preguntas y nunca a consignas ni panfletos, que cuestiona y no persigue, que se rebela para hacer de la revelación un acto de congruencia entre la palabra y el hecho. Nunca aceptaríamos como colaboradores y menos aún como parte del Consejo Editorial a personas que esgriman un lenguaje procaz contra otros colegas, que discriminen o se asuman como divinidades dispensadoras de posteridades u olvido, que midan a  los vivos con la vara de los muertos.

No, La Otra es un proyecto cuyo principio rector es el conocimiento de la poesía ajena, del otro, de los otros, para hacer la propia, para hacerla propia y entender lo que nos falta.
Entre nuestros colaboradores y miembros del Consejo Editorial nacional e Internacional hay personas no sólo cercanas, sino amigos del Círculo de Poesía y sus artífices, defensores incluso de su labor y hasta justificadores nobles de sus antecedentes –nada encomiables en el plano moral. «Si los conocieras, verías que no son tan malos muchachos» (No sé si dejarán de ser malos muchachos, pero muchachos sí, porque algunos ya no lo son), me han dicho amigos míos cercanos a ellos. Es cierto, no los conozco en lo personal, nunca he convivido con ellos, pero si antes no me apetecía, hoy estoy convencido de no querer conocerlos. Me puedo equivocar, lo sé. Ojalá me equivoque y sufra esa falta en mi existencia. Deseo de corazón equivocarme y que no crezca más esta miserable circunstancia en la que me he visto envuelto, que pidan disculpas a mi amigo Juan Manuel Roca y reconozcan sus errores, sus ofensas. Yo sé que Juan Manuel no los va a perdonar, pero tal vez sí. Lo importante sería entonces que yo me equivoque y ellos corrijan para yo poder enmendar mi percepción de sus personas. Pero no, maldita sea, soy un escéptico irredento. ¿Tendré que soñar y bailar, dos actividades que adoro, con la armadura puesta?

Pero La Otra, por Dios, qué culpa tiene. La Otra no nació para armaduras. ¿No son suficientes los Trump para levantar muros, para cerrar puertas, para ver todo en blanco y negros, para alegar supremacía intelectual, para despreciar a la historia que supone borrará sus fechorías e infamias, o para lanzar improperios contra sus vecinos y amenazas contra quienes ve con sospecha?
Cómo puede decretarse o insinuarse siquiera una lucha entre revistas, que no son hermanas, cierto, porque una de las dos sería víctima de Caín. No quiero ni pensar cuál sería Abel. No podemos ser enemigos los poetas de los otros poetas, no puede ser enemiga La Otra de las otras.

En lo personal, lo único que me mueve es la vergüenza, vergüenza por los agravios a un amigo y a un poeta de un país hermano, que ha sufrido tanto o más que el mío, de este México que se cae a pedazos y se desmorona moral y socialmente. No, querido Juan Manuel Roca, no se puede bailar con armadura, yo no lo voy a intentar.

 

Para más información ver: Noticias sobre un agravio

 

 

Notas:

1.
Carlos Aguasaco
Poesía y circunstancias extraliterarias: el caso de Juan Manuel Roca

VIDEO de Carlos Aguasaco

2.
Algunas formas de lo ridículo: ¿La Otra contra Círculo de Poesía?
Post eliminado de la página de Círculo de Poesía, sin embargo lo rescatamos en algunas capturas de pantalla:
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