Nicaragua… Me duele respirar
José Ángel Leyva
La Otra enfoca su atención en Nicaragua. Un pueblo hermano al que hemos visto luchar y sufrir. La historia se repite, pero los actores cambiaron sus papeles. Los héroes de ayer son los villanos de hoy, con un saldo de más de 400 personas asesinadas, la mayoría jóvenes. Evelyn Flores Mairena ha dispuesto un fotorreportaje para nuestros lectores y nosotros le hemos hecho algunas interrogantes. Aquí sus respuestas, aquí sus imágenes, aquí las preguntas de poetas y escritores de Nicaragua. Aquí Nicaragua.
Entrevista a Evelyn Flores Mairena
José Ángel Leyva
Esta es una conversación de La Otra con la fotógrafa nicaragüense, radicada en México, quien ha cubierto gran parte de las manifestaciones y las acciones de protesta en su país contra el régimen del presidente Daniel Ortega, quien persigue, encarcela, desaparece y ahoga en sangre la inconformidad, tal como lo hiciera el dictador Anastasio Somoza, contra el cual combatió en aras de la libertad, la justicia y contra el hambre y la pobreza. Este es su testimonio fotográfico y estas sus respuestas.
«El suceso y la idea están natural y activamente relacionados. La fotografía los encuadra, excluyendo todo lo demás. Lo particular está identificándose con lo universal.» (John Berger, Otra manera de contar).
L.O: ¿Qué es una fotografía para ti?
E.F.M: La realidad está llena de instantes efímeros que se escapan de las manos y la memoria, y la fotografía, ese pedazo de realidad es el corazón, que palpita, de un cuerpo que se desvanece en el olvido.
L.O: Dice el fotorreportero Rodrigo Moya que en él funcionó siempre una segunda cámara, una la del registro de la realidad atestiguada, periodística, y la otra la del arte. Ante la realidad nicaragüense de la violencia contra la población, de cientos de muertes para aplacar la respuesta.
L.O: ¿Qué has visto que no ve el testigo ocular?
E.F.M: He visto manos unidas, miradas de solidaridad y acompañamiento, corazones abiertos en una sonrisa que dura quizá solo un instante en medio de tanto barullo de la calle, en medio de tanta gente gritando «Justicia».
L.O: Hay una parte que duele y otra que asombra, o ilumina, del hecho fotográfico. ¿Qué te lastima más de esa realidad política, social, y qué te sorprende de esas imágenes que desfilan ante ti?
E.F.M: Me duele el dolor, la muerte, el acoso, la impotencia ante un régimen que difama, agrede y mata, pero más me asombra cada día la capacidad de soñar y luchar por lo soñado. Me sorprende el valor de la gente, jóvenes, médicos, madres, padres, periodistas, cada uno trabajando desde su propia trinchera, arriesgándolo todo.
L.O: El testimonio fotográfico narra los sucesos de la Nicaragua actual, bajo un régimen político que nació, se supone, del sandinismo, de la revolución sandinista. ¿Hay algo de esa memoria en los jóvenes que salen a las calles a demandar democracia?
E.F.M: Por supuesto. La memoria la han sellado los padres, los abuelos de esos jóvenes. Una generación que nunca olvidó el dolor de la guerra y el precio de la libertad. Ellos, los jóvenes, conocen su historia y por eso se atreven a exigir sus derechos, porque saben que es posible.
L.O: Los nietos de los sandinistas que derrocaron la dictadura somocista ¿Tienen conciencia de ese pasado que pretendieron cambiar sus abuelos y hoy se advierte como derrota?
E.F.M: Tan lo tienen que se repite. Porque saben por ellos que es posible volver a intentarlo hasta encontrar la verdadera libertad.
L.O: ¿Qué consignas y testimonios te han tocado más hondo?
E.F.M: «Cuando muere el miedo nace la libertad», se que es así. Una máxima muy clara que me sacude cada que la escucho en la boca de estos muchachos. Pero hay una consigna que nace de un testimonio de los primeros días de esta lucha «Me duele respirar». De las últimas palabras que Álvaro Conrado un joven de 15 años, dijo antes de morir desangrado por habérsele negado la atención médica en un hospital público. Un joven, como tantos que salió de su casa con el deseo de hacer algo por su patria. Él salió sin permiso de su casa y con su propio dinero compró unas bolsas de agua para llevarlas a los jóvenes que intentaban defenderse de las fuerzas policiales, murió de un disparo.
L.O: ¿Cuáles son las imágenes que a ti, artista de la lente, te han desvelado una realidad de tu país que no veías o no comprendías a cabalidad?
E.F.M: No imaginaba siquiera que esta generación fuera tan arrojada, tan valiente. Veo en mis fotos muchachos llenos de coraje, dispuestos a darlo todo, justo a esta generación que se le ha tachado de apática.
L.O: ¿Cómo depurar, seleccionar, establecer un relato visual que nos exponga el sentido de la inconformidad y la protesta, la indignación y la lucha, al mismo tiempo que no pierda el carácter estético de ese ojo inevitable del artista?
E.F.M: No ha sido sencillo. Mi relato es la parte cívica de la lucha. El hilo conductor la protesta en cada gesto, en cada consigna, en cada mirada. He desechado infinidad de imágenes que al inicio formaban parte de una historia que contar. Al final decidí que cada imagen debía ser en sí un todo.
«Lo que convierte a la fotografía en una extensa invención –con consecuencias imprevisibles– es que si materia prima fundamental sea la luz y el tiempo.» John Berger.
L.O: En esta serie fotográfica de la represión brutal en tu país, dicen que ya suman cerca de 400 muertos, ¿Hay algo más allá de la cámara?, ¿algo qué contar más allá de las fotos?
E.F.M: Hubo momentos en donde la cámara pasó a guardarse para acompañar con el abrazo, con la palabra de aliento, con asistencia, a una madre adolorida o a un joven irritado por los gases. En más de una ocasión mientras registraba alguna marcha las lágrimas corrían y corrían sin dejarme enfocar lo que veía y era el momento en que alguno que lo notaba llegaba a dar ahora él o ella el abrazo compasivo, solidario. Más allá de la cámara la conexión compasiva.
«Las apariencias no sólo distinguen, sino que unen los sucesos.» (JB)
L.O: Si pudieras destacar una fotografía que sintetice tu emoción y la experiencia de estas jornadas ¿Cuál sería?
E.F.M: La que abre esta serie. Un par de manos tomadas, ambas con un negro que simboliza el luto de ese tiempo de muerte y dolor, pero una acompañada de una bandera azul y blanco que simboliza la esperanza y la libertad
«Las cámaras son cajas que transportan apariencias. El principio por el cual funcionan las cámaras no ha cambiado desde su invención» (JB)
L.O: ¿Qué foto, qué imagen te gustaría captar o representar como el fin de este episodio?
E.F.M: Quisiera tomar la foto de unos rostros azul y blanco evidentemente jóvenes, radiantes de libertad, donde no quepa más el dolor ni el miedo.
Evelyn Flores Mairena. Nicaragua, 1970.
Fotógrafa radicada en México desde hace 30 años. Ha trabajado como fotorreportera para distintos medios entre los que se encuentran Siglo 21 y Público-Milenio en Guadalajara, Milenio en Colima. Fue corresponsal de la Agencia Procesofoto y ha colaborado con la Agencia American Press (AP). Ha realizado diversas exposiciones individuales y colectivas. Sus fotos hoy se encuentran colgadas en los muros de esta rebelión.
Galería de fotos de Evelyn Flores Mairena.
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