El poeta y músico mexicano Manuel Sauceverde nos ofrece sus calambures, palíndromos y “anticuentos” con una breve explicación sobre la naturaleza de cada género.
De calambures, palíndromos y minificciones
Manuel Sauceverde
Con excepción de Palíndromo epistolar, los textos que se presentan a continuación fueron sometidos a concurso en el Premio Quinta Jornada de Literatura Breve «Tweet por viaje 5.0», convocado por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México y Secretaría de Cultura Federal. La minificción Espectro obtuvo el primer lugar.
1. Calambures
Un calambur es un juego de palabras que, en esencia, consiste en la reagrupación lineal de las sílabas de una o más palabras consecutivas para generar una palabra nueva. Por ejemplo, en el poema Nocturno en que nada se oye, Xavier Villaurrutia escribe:
Y en el juego angustioso de un espejo frente a otro
cae mi voz
y mi voz que madura
y mi voz quemadura
y mi bosque madura
y mi voz quema dura
Al reagrupar de forma lineal y consecutiva las sílabas voz (A)+ que (B) + ma (C) + dura (D)el poeta genera cuatro enunciados distintos: A + B + CD, A + BCD, AB + CD y A + BC + D. Como sugiere García-Page (2010), es una suerte de homofonía. Los recursos básicos para escribir un calambur son la homonimia, la paronimia y la polisemia
Calambur en el metro I
Yo viajo lotes sin fin en Xochimilco: ser es como Dios es. | Yo vi ajolotes sinfín en Xochimilco: seres como dioses.
Calambur en el metro II
Yo viajo. Ven, es con Esperanza, Serafín. Es amor. | Yo vi a jóvenes con esperanza: ser afines, amor.
Calambur en el metro III
Esta llave es un poema, ala, vida. Si es poesía, quémate sin razones. | Estalla. Ve: es un poema a la vida. Sí, es poesía: que mate sinrazones.
2. Palíndromos
Un palíndromo es un conjunto de palabras que se lee igual de derecha a izquierda que de izquierda a derecha. Por ejemplo, Miguel González Avelar escribe:
Arte, la letra.
Por lo general, la lectura en sentido contrario de un enunciado palíndromo necesita la reagrupación lineal de las letras de una o más palabras consecutivas para reproducir una palabra deseada. Dos recursos básicos para escribir un palíndromo son las palabras capicúas y las palabras bifrontes. Por un lado, una capicúa es un palíndromo de una sola palabra; por ejemplo, reconocer, somos, oro. Por otro lado, un bifronte es una palabra que se lee diferente de izquierda a derecha que de derecha a izquierda; por ejemplo, Adán | Nada, Eva | Ave, Eres | Seré.
Palíndromo en autobús I
Ave, subo tu ala. Yo voy al autobús, Eva.
Palíndromo en autobús II
¿Es o no? Ya ve: se van al azar a La Raza. ¿La nave se va? ¡Yo no sé!
Palíndromo en autobús III
La ruta no es rasa. Pelé uso tu auto o tu auto suele pasarse. ¿O natural?
Palíndromo epistolar
A Dafne:
Y a Etna, ¿teme ir allá con oro?
Teseo:
Ese toro no calla, ríe, me tantea y enfada.
3. Minificciones
Zavala (2011) define a una minificción como «lo opuesto a un cuento y a un minicuento. Una minificción es un anticuento. O más exactamente, un anti-minicuento». Generalmente, una minificción es un texto ultrabreve que no rebasa las 250 palabras (Lagmanovich, 2010); por esta razón, la economía del lenguaje es imprescindible. Por ejemplo, Augusto Monterroso utiliza siete palabras para escribir su legendario cuento El dinosaurio:
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
La brevedad no es el único recurso para escribir una minificción. Rojo (1998) señala algunos elementos adicionales: hibridación genérica, humor, ironía, intertextualidad y metaficción. Sin embargo, Zavala (2007) afirma que «El indicio más seguro para reconocer una minificción consiste en la necesidad de releer el texto para reconocer sus formas de ironía inestable». Mientras que leer/escribir una ocurrencia/chiste implica un instante, una minificción exige todo el tiempo del mundo.
Ensueños
El viaje era largo y tedioso, así que estaba a punto de quedarme dormido.
—¿Sueñan los muertos, papá? —pregunté.
—Yo no —dijo tajante y bostezó—. ¿Y tú?
—Yo sí —expresé con un escalofrío—. Pero ya voy a despertar.
Apariciones
La taquilla de la estación estaba a punto de cerrar.
—Un boleto, por favor —le dije a la vendedora.
—Sí —respondió—. Pero te sugiero que no abordes. A esta hora frecuentan unos fantasmas.
—¿Y quiénes son? —pregunté.
—Tú y yo —dijo con una mueca burlona y desapareció.
El amor en los tiempos del metro
—¿Hasta cuándo crees que podemos seguir en este ir y venir del carajo? —me preguntó Fermina con molestia.
Tenía la respuesta preparada desde cincuenta y tres minutos, siete segundos y once décimas antes de abordar.
—Toda la línea —dije—. Apenas estamos en Pantitlán.
Espectro
Viajaba en el último tren en servicio. Cerré los ojos por un momento antes de llegar a la terminal. De pronto, me despertó la voz de una señora.
—¡Qué terrible! —dijo mientras forzaba la puerta del vagón—. ¡Nos han encerrado a los dos!
—Sólo a usted —afirmé con molestia y desaparecí.
Textos consultados
García-Page, M. (2010). «El calambur: una propuesta de definición». Moenia 16: 167-194.
González, M. (1997). Palindromía. Palíndromos y otros versos igualmente extravagantes,
Miguel Ángel Porrúa.
Jiménez, A. (2010). Picardía mexicana. Editorial RM.
Lagmanovich, D. (2010). La extrema brevedad: microrrelatos de una y dos líneas.
Universidad Nacional de Tucumán.
Marchese, A. & J. Forradellas (1986). Diccionario de retórica, crítica y comunicación
literaria. Barcelona: Ariel.
Rojo, V. (1998). Breve manual para reconocer minicuentos. UAM Azcapotzalco.
Zaid, G. (2017). «Palíndromos». Letras Libres 189: Junio.
Zavala, L. (2007). «De la teoría literaria a la minificción posmoderna». Ciências Sociais
Unisinos Vol. 43(1): 86-96.
Zavala, L. (2011). Minificción Contemporánea. La Ficción Ultracorta y la Literatura
Posmoderna. Universidad Autónoma de Guanajuato.
Manuel Sauceverde es doctor en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México y pertenece al Sistema Nacional de Investigadores. Por un lado, ha publicado diversos artículos científicos en revistas especializadas nacionales e internacionales. Ha obtenido el Premio Internacional de Investigación «Emilio Fontela» (Universidad de Oviedo) y el Premio Internacional de Documentos de Trabajo (Banco Central de Bolivia). Por otro lado, su obra literaria aparece en diversas antologías y medios de comunicación como La Otra, Bitácora de Vuelos, Ariadna, Narrativas, La Gualdra, La Sirena Varada y Le Miau Noir. Ha obtenido varios premios de narrativa, poesía y música, entre los que destaca el primer lugar en el Premio de Cuento de Ciencia Ficción «Año Internacional de la Física» (UNAM). Además, es miembro del ensamble Didar, el cual divulga la Música Clásica Persa en México. Sus libros en imprenta: Entre una estrella y dos golondrinas (Poesía, Editorial Lectio) y Universos perpendiculares y solitarios (Narrativa, Editorial Lectio).