Día de Muertos, pero de risa
José Ángel Leyva
En México se celebra el 2 de noviembre, Día de Muertos, con devoción y con humor, con reconocimiento de lo efímero y el valor de la existencia. Suelen ponerse altares a los seres queridos para honrar su memoria y escribir versos, llamadas Calaveras, casi siempre jocosos, cargados de ironía y sarcasmo. También pueden ser amorosos-humorosos o bien burlas veras de la realidad reinante. Aquí unos versos en octosílabos, como se elaboran los corridos, para airear esta ventana. El mundo rueda, sin lógica y sin tino.
Calavera para Brasil y su electo Bolsonaro
En el sur es el realismo
de una batalla perdida.
Ha ganado el pesimismo
la guerra contra la vida.
En Brasil ya no es lo mismo
la ignorancia del que samba,
la ira del sur realismo,
la censura sin la tanga.
Bolsonaro no es derecho,
es derechista rampante,
bate con odio su pecho,
es la violencia mutante.
No son derechos humanos
los que Jair abandera.
Son pensamientos gusanos
lo que bulle en su sesera.
Ya se acerca el Día de Muertos,
convocaron a elecciones.
Los sepulcros son abiertos,
aplauden los dictadores
Que el sufragio es efectivo
para que gane la muerte.
En este mundo podrido
la sinrazón se hace fuerte
Cadaverita por el NAIM (Nuevo Aeropuerto Internacional de México)
Quedaron solo los huesos
del aeropuerto en el lago.
No nacieron, están tiesos
el negocio y el estrago.
El peso sufre una mengua
y el rico apura el mal trago.
Pesa el cemento en la lengua
y en el vaso desecado.
La Muerte pone la hora.
El que con niños se encuesta
trae su propia contadora,
pone hacia bajo la cuesta.
Andan los buitres rondando.
"Del cadáver lo que resta".
Pasan la sombras rasando,
hay una obra que apesta.
Calavera a Trump
Era un ser muy inmaduro.
Una larva medio humana.
Le quiso poner un muro
a la historia mexicana.
LLegó su final sin visa,
se coló por su ventana.
Es la Muerte que no avisa
dónde siega su guadaña.
Ah que rubio tan payaso.
No era nadie, no era nada,
acaso tejido graso
que en las llamas borbotaba.
Calavera para mi amigo Evodio Escalante y su homenaje por trayectoria intelectual.
Se puso crítico Evodio,
ya le hicieron su homenaje.
En todos lados, con traje,
se colocó frente al podio.
La crítica no es del odio,
no hay rivales ni enemigos.
Lo celebran sus amigos,
no por anciano ni helodio.
Admirador de Sor Juana,
la examinó con empeño,
del Primero al propio sueño
despertó en su voz galana
Pensó en Nicolás de Cusa
y en la monja soberana.
Lo salvó la rima llana
de lo mismo que él acusa.
Calavera para Alina Dadaeva, editora de La Otra
Ya se llevaron a Alina
por debatir con los muertos,
que de maíz y de harina
se hacen gusanos cubiertos.
Siempre aguda, nada obtusa,
vino la parca sin cuentos.
Se puso terca la rusa
con uno o dos argumentos.
No discutir lo sabido
te aconsejo uzbekistana.
Lo que se ignora es olvido,
lo que se aprende es mañana.
Tu explicación no convence
ya soy algo mexicana.
No hace falta que lo piense
por tu tiempo va una lana.
La Catrina disgustada
le puso fin al debate.
Y para siempre callada
Alina reclama empate
Calavera para el poeta Jean Portante
Se llamaba Jean Portante
el poeta ultramarino,
con acento cantarino,
traductor bien Im Portante.
Seductor y de ojo alegre,
luxemburgués-italiano,
Oh la la, le echaba mano
lo mismo a gato que liebre.
Pasaba una dama elegante,
toda de negro vestida,
que lo miró divertida
por atrás y por delante.
Hombre de negro con rojo
le coqueteó a la Catrina
Esta historia se cocina
en el amor y el antojo
Si usted me permite Señora
la acompaño en su paseo.
No eres guapo, no eres feo,
pon el lugar, yo la hora.
Calaverita al diseñador de La Otra, Ray Sánchez Villaseñor
Diseñador planta en tierra
hombre de aspecto virtual,
Reconoce cuando yerra
y alborota el panal
Conocido como Reyes
o como Ray, es igual.
Desde niño entre magueyes
ya compraba por Pay Pal.
Vive en un mundo intangible
y con La Otra se apaña.
Gusta de ser invisible.
Es verdad, a nadie engaña
Celebra su Día de Muertos.
El espejo desempaña.
Comete sus desaciertos.
Es muy vivo, tiene maña.