Presentamos cinco poemas de Enzia Verduchi, originaria de Roma, radicada en México. La presente selección forma parte de Nanof, nuevo libro de Verduchi, quien expone en sus versos una investigación sobre la vida del pintor Oreste Fernando Nannetti (1927-1994), internado durante años en hospitales psiquiátricos.
Enzia Verduchi
Nanof
«Nanof es un libro que se suscita a partir del álbum The Nuclear Observatory of Mr. Nanof, compuesto por Piero Milesi y publicado el primero de enero de 1986, a la memoria del músico italiano, a quien Enzia Verduchi dedica este poemario. El conjunto de poemas que se reúne alrededor de diez secciones recupera no sólo el ánimo musical de las piezas del compositor, sino —a través de una cuidadosa investigación documental y poética— la historia de Fernando Nanneti Oreste, quien estuvo internado en dos hospitales psiquiátricos desde 1948 en que fue recluido por agredir a la autoridad. Fue en el pabellón del Hospital Psiquiátrico Judicial de Volterra, en Toscana, donde Nanneti grabó en el muro con la hebilla de un cinturón, sus observaciones de un vasto universo que proyectó entre muchas cosas para librar la locura, y para dejar testimonio de un Estado aterrador y salvaje que no tolera la disidencia».
Maricela Guerrero, Sobre «Nanof» (2019) de Enzia Verduchi, Vallejo & Co, julio 2019.
«Enzia Verduchi propone una escritura desde el otro, donde la incertidumbre del yo resuena en la incertidumbre del lector, a partir de la fragmentación y la discontinuidad del discurso, porque el montaje del libro sugiere —más que delinear una biografía— horadar los abismos del régimen mental, adentrándose en la lucidez poética de una comunidad herida en su circunstancia:
«Difícil explicar la agonía del hombre ajeno,/ su mirada bífida que desbrizna el tiempo». Ese «otro entre los otros» que «es un cosmonauta flotando en las márgenes del sitio de Volterra».
Diego José, «El otro entre los otoros. Reseña de Nanof de Enzia Verduchi», Milenio, marzo 2019.
Tabla periódica
Au 79
Cinco soles no son suficientes para esta mañana
ni un campo de girasoles, todo cegará
el despertar de la vanidad.
Pb 82
Cae a plomo, gris y dúctil,
blando en el agua, en la sangre,
inhalar-exhalar, sobrevivir
a la edad del plomo.
Xe 54
Extranjero, sílabas brotan
inodoras y desteñidas
en una lengua ajena.
Nada echa raíz en el aire,
en un idioma insípido
donde el árbol no es memoria.
Extraviado, soy el hijo que no tuve
y su nombre crece en esta eternidad.
Ca 20
Mi madre empezó a perder los dientes
con el tercer crío, con los años
se desgastaron los engranajes.
Las falanges de las manos
eran un ramillete poroso y quebradizo;
se protegía de golpes y caídas
como quien cuida de un caballito
de cristal en la repisa.
Nadie como ella supo tanto
de las bondades de un vaso de leche.
Fe 26
Frente al plato de espinacas,
empuñando indeciso el tenedor,
me digo: «¿Quién asegura que estas hojas
frescas y brillantes, amargas, me devolverán la fe?»
Observo la luz del mediodía,
los troncos y las ramas de los árboles:
todo es más fuerte que yo ―Ipse dixit.
Enzia Verduchi nació en Roma en 1967. Ha publicado los poemarios Cartas de usurpación (UNAM, 1992), El bosque de la hormiga (Ediciones Sin Nombre, 2002), Groenlandia (Parentalia, 2018) y Nanof (Vaso Roto, 2019). Así como los libros de crónica: 40 grados a la sombra (UIA, 2013) y el libro de testimonios Los segundos y los días. Breviario sobre el temblor (Ficticia editorial, 2018). Ha colaborando en numerosas revistas y suplementos literarios nacionales e internacionales. Poemas suyos han aparecido en diversas antologías mexicanas y extranjeras, y han sido traducidos al hindi, portugués, italiano, francés e inglés. En 1992 obtuvo el Premio Nacional de Literatura Efraín Huerta. Fue beneficiaria del Programa Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en 1996 y 2003; miembro del Sistema Nacional de Creadores en la promoción 2004-2007.