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El tiempo es extranjero. Ivo Vodsedálek

ivo-vodsedalekLes compartimos una muestra de la obra del destacado poeta Ivo Vodsedálek, uno de los lideres de underground checo y iniciador de la renovación de la literatura checoslovaca de la segunda posguerra. La traducción es de Teresa Amy. La presente selección forma parte de la antología Poetas Checos, publicada por La Otra en 2016.

 

 

 

El tiempo es extranjero
Ivo Vodseďálek

 

Sobre una mesita cerca de la ventana
apoyé un bello plato de mayólica
cubierto de ciruelas frescas
Colmado de humildad me senté luego
por momentos leyendo textos bíblicos
por momentos observando las nubes
pero más a menudo con la mirada cohibida
yo fijaba la vista en la ventana de enfrente
donde surgía por momentos
el cuerpo desnudo de Vera haciendo sus ejercicios

 

***

En una pared de mi sala de operaciones
Cuelga un gran lienzo de Verechtchaguine
del lado opuesto mira tristemente
mi trabajo la Montenegrina de Čermák
Las enfermeras preparan escrupulosamente el instrumental de plata
con el cual descuartizo los bellos cuerpos de los enfermos
Afuera la primavera es embriagadora las lilas florecen
A la distancia escucho el canto de la marcha de Mayo
Me arrojé hacia la ventana y rompí con el puño el vidrio mate
Quería gritar alguna cosa
pero mirando hacia fuera permanecí mudo
Más tarde intercambiamos sonrisas con la enfermera atenta
que curó mi mano herida

 

***

Usted no se esperaba que yo llegase tan pronto
Su pequeña ciudad de provincia
me acogía con sus callejas abruptas
por las cuales desde la estación me precipité a su casa
Usted estaba en el jardín leyendo en una silla plegable
su padre miraba por la ventana en el primer piso
me detuve en silencio cerca de la tapia
oculto por las lilas marchitas
El reloj de la torre dio las once y media
Esto no conduce a nada
No conduce a nada
De tarde estábamos de pie cerca de una esclusa rugiente
abajo una bandada de ocas campeaba entre las piedras
Una columna de camiones militares atravesaba con lentitud el puente
Mirábamos el agua rizada
totalmente olvidados el uno del otro

 

Como hoy
(fragmentos)

Yo no quería volver solo
y menos aún
que alguien me acompañe

*

Al fondo del parque corría un río
no sabría decir
cuánta fue mi sorpresa

*

En medio de los campos se levantaba una estación
y es ahí precisamente
por supuesto
que hubo una catástrofe

*

Me escondía detrás de la cortina
muy torpemente
desde la calle podían verme
entero

*

En un restorán muy querido
el tiempo es extranjero
se pierde
y desaparece

 

La cabeza levantada orgullosamente…

… al lado de mi bella esposa
camino en primavera por una calle praguense
Para ser todavía
más notorios entre los paseantes
no nos falta más que un espectacular perro de raza
Mientras caminamos me gusta entretener
gentilmente a mi mujer – aun si esto no es común
El altercado es un signo de elección para un matrimonio
Yo acepto en adelante
que ella se detenga ante cada vitrina llena de zapatos
Que me dé sin cesar las razones de su admiración
que ni con la mejor voluntad alcanzo a comprender
A mi vez detengo enseguida el derivar fluido del paseo
me paro ante cada librería
y busco en vano
por lo menos un libro
que me gustaría comprar
La mayor parte del tiempo es caso perdido
Los objetos de mi deseo ya no se encuentran en las
vitrinas
de las callejuelas del amor
más que en los estantes de las librerías praguenses

 

Ella estaba sentada detrás de su escritorio…

… la mirada perdida en lo lejano
la brumosa lejanía de sus visiones
Sobre el escritorio gruñía una radio
una taza de café negro se enfriaba lentamente
Ella casi no había entendido lo que yo deseaba
Pero yo mismo apenas lo entendía
Apoyó
sus opulentos senos en el escritorio
después cada uno arriesgó
una torva sonrisa burocrática
Ella se convertía en diosa
una diosa de indiferencia y de aburrimiento
como hecha para que su forma fuera eternizada
en un molde de material sintético, ese
un poco parecido al mármol
Tal monumento decorado
con coronas de flores artificiales
como los que se yerguen
entre un parque y un cementerio
para evocar aún más
una vacilación entre el reposo temporal y el eterno reposo
podrá satisfacer mejor su vocación
que cualquier otra escultura alegórica
Inspirar a todos una indiferencia perfecta

 

En ascensor más allá de las nubes

Algunos edificios son tan altos
que resulta de lo más inconveniente
alcanzar por escalera los pisos superiores.
No es sólo inconveniente
tampoco resulta para nada placentero.
Tramos de escalera como éstos
no suelen estar bien terminados
Son todos realmente buenos para este vuelo demencial
cuando en los pisos superiores
se desata el fuego del infierno
fuego del infierno en alguna parte de lo alto
mientras abajo se espera salvación.
La semana pasada tuve
una reunión en apariencia vital
en una de esas monstruosidades de vidrio
inusualmente –e innecesariamente, por supuesto–
alta
Hoy en día la inteligencia es un asunto
no sólo de misiles mortales
que en el curso de su vuelo
que es su mismísima vida
pueden tomar la decisión correcta
sobre a quién es más importante matar
Hoy hasta los ascensores son inteligentes
Pueden ser capaces incluso de evaluar
con su considerable experiencia
la mejor forma de bajar o subir
llevar a sus pasajeros en vuelo
o al contrario
cumplir el entendible deseo de estos últimos
de volver a su vida de pies sobre la tierra
Por supuesto durante el viaje
su placer está a la par asegurado
si algo resulta un poco diferente
del modo en que solía ser
En el pasado los pozos de ascensor tendrían
jaulas tejidas con relieves de hierro forjado
junto a una escalera señorial
En la cabina un confortable banco
tapizado en terciopelo
y un gran espejo
para que cada visitante
pudiera comprobar y ajustar
los toques finales
de su atuendo perfecto
antes que la criada llegue a la puerta
y lo guíe a su encantadora –y ya expectante– dama
Los ascensores viajaban lentamente
no había ningún lugar al que apurarse
En el trayecto se tenía todo el tiempo
necesario para dar la mayor compostura
a una mente nerviosa
Incluso hoy en día por supuesto
no nos aburriremos en sus cabinas
Algunas especialmente lujosas
están equipadas con música modulada
Aunque nunca llegaremos a escuchar
más que unos cuantos compases
Los ascensores viajan veloces
Pero eso no es realmente nada malo
En otros momentos y lugares somos obligados
a escuchar música empalagosa
por mucho más tiempo
Según ya he notado
esta máquina es en extremo inteligente
Se esfuerza por ser económica
Reflexiona sobre qué ruta
será la más corta para eso
A veces es necesario
bajar al sótano
es como atravesar el purgatorio
antes que parta con nosotros
a las deseadas alturas
tan cerca del paraíso
Por supuesto no podemos ver hacia afuera
Instruidos por Newton sabemos
que no podemos ni siquiera decir
si estamos yendo hacia arriba o abajo
o incluso si la cabina se está moviendo
La educada máquina lo sabe
tanto como sabe que estar informado
trae consigo un desasosiego profundo
No estamos seguros por qué
Tal vez su ansia moderna
y peculiar está
causada por el anhelo
por un deseo inconsciente que subyace
que un día incluso
en medio del océano sin fin de información
descubriremos a partir de una pista minúscula
que nuestra esperanza de salvación
no está enteramente injustificada
Así que el ascensor siempre
y tal vez con exactitud nos informa
no sólo dónde nos encontramos
sino incluso
adónde nos estamos dirigiendo.
Decentemente vestido
en un formal traje gris
camisa blanca corbata oscura
y un maletín pleno de papeles interesantes
preparé mi viaje hacia lo alto
Cortésmente me abrió la puerta por sí mismo
No me apuró
Cuando estuvo seguro
que yo estaba dentro
cerró en silencio
Me permitió
seleccionar
mi destino
Indiqué tocando una luz
lo que deseaba alcanzar
el piso de más arriba –el último
para mis objetivos tampoco
nunca he apuntado bajo
La flecha de luz indicó arriba
como la llama de esa vela
que encendemos
para ayudar a los que
se han puesto en marcha
en un viaje desconocido
que esperamos
no esté repleto
de sorpresas ignoradas
Así que yo sabía
no sólo que iba subiendo
sino que números iluminados
discretamente me dieron a entender
por qué pisos estaba pasando
Entonces se encendió
la luz del último piso
– mi destino elegido –
y se apagó de nuevo
La vela de vida
flechita apuntando hacia lo alto
se detuvo
y tomó tiempo un largo largo tiempo
antes de que también se apagara
Finalmente sentí
que el movimiento ascendente había parado
La puerta se abrió con suavidad
Todo era luminoso y oscuro a la vez
Un viejo sabio estaba abriendo
para mí un fuerte portón
con una enorme llave ornamental
me ordenó entrar
y luego su atención regresó
a su amada meteorología
No me había dado cuenta
que en realidad yo estaba muerto

 

Ivo Vodseďálek (Praga, 1931). Después del bachillerato trabaja como obrero de la construcción y otros oficios, antes de emprender una carrera como diseñador industrial. También se dedica al collage y es aficionado al vuelo en globo. Se lo considera el iniciador de la renovación de la literatura en la Checoslovaquia de la segunda posguerra, en el marco del realismo total celebrado en los años ’50 por el filósofo y escritor Egon Bondy (seudónimo de Zbyněk Fišer). Futuro adalid del underground checo, Vodseďálek lleva hasta sus últimas consecuencias una poesía de una banalidad deliberada y apenas distanciada, al punto de volverse desconcertante. Sus escritos, que él prefería mantener en secreto –fuera de un círculo de amigos apartado de cualquier forma de publicación, negándose incluso a que aparecieran como samizdat– se editaron recién en los años ’90, bajo la forma de obras completas. Junto con Bondy fundaron Půlnoc (Minuto), la primera editorial clandestina checa.