Talat Shahin, poeta de Egipto radicado en Madrid, nos presenta al escritor marroquí Mohamed Ahmed Bennis, cuya obra fue traducida a varios idiomas, entre ellos, francés, italiano y rumano. Los poemas seleccionados forman parte de los libros Montaña ciega y Arrepentimiento debajo del lienzo. La traducción del árabe es del autor. La revisión es de Emilio Ballesteros.
Mohamed Ahmed Bennis
Génesis de uvas
Río extinto
El mismo río colgado
en la puerta del liceo,
al verme,
lloró y me abrazó.
Me recuerda el descanso
que solía inmolar
en el centro del patio,
vestido de nostalgia.
Me recuerda el susurro
que vertía sobre el cuaderno de mi amiga,
a fin de enervar
al profesor de matemáticas.
Me recuerda a los amigos de antaño
entrando en clase,
con sus mudas lecciones
bajo el brazo.
Me recuerda los gemidos
que fluían sobre el cristal de las ventanas,
antes de dispersarse
por sombrías sillas.
Me recuerda la lluvia
que se escapaba al cuartel,
para acostarse con los soldados.
El mismo río,
inunda mis ojos de amor
y se despide de mí.
La nube del extraño
Tus manos
o el agitar de los sentidos:
¿Todavía eres arcilla
que sueña con el agua de la opacidad?
Enciendes una guerra
y extingues otra.
Te quedas en la jungla
como si fueras el rey de los muertos.
¿Todavía eres como siempre?
Te ama la saliva que desciende
hasta el abismo del deseo.
Te ama y te ama,
y te abrazan unos jarros llenos
de blanca controversia :
"Rasgad su nube
que se rindió a los pastores,
no lo dejéis desarmado
como sus manos ".
Así te humedeció el ojo de los dioses,
y pasaste a escribir la historia de los pájaros
que comen de tu cabeza.
Pasaste a revelar lo que trazaron
las temporadas de la viña,
interpretas y anuncias
como si los profetas
estuvieran adivinando.
Eres selvático y extraño,
¡que inmoles una nube por los tuyos
y lances en el fuego
el amor de las ofrendas,
y subas al lugar donde envejecieron los anhelos!
Ahora te vuelves muerto,
no digas que tus manos
pasaron a estar sin fuente,
no digas que tu corazón
te traicionó por el camino…
Di : " se realizó el sueño
y mi corazón
selvático se hizo".
Di : "así
me enseñó el narciso
los nombres y se derramó".
Génesis de uvas
Al fin,
se durmió tu corazón
después de haber sorbido
toda la crueldad, con la que lo persuadiste.
Al fin,
recibiste el cielo en tu cajón,
y te diste cuenta
que hay luminosas picotas
en los bolsillos de los muertos.
Al fin,
te arriesgaste a manchar con savia
los cadáveres de quienes vuelven
de la eternidad.
Éste es el génesis de uvas,
o mejor dicho,
como los profetas
montas al pez,
llevas goma arábiga y pérdidas,
luego subes la montaña
sin preocupartede las semillas de uva,
que resplandecieron sobre tu espalda
cubierta por el mármol.
………..
Éste es el génesis de uvas,
o mejor dicho,
un puñado de amigos
levantando con sus gargantas
la tierra virgen.
Mi probable renacer
Unos árboles galopan en mí,
y los muertos recuperan
sus cabezas maceradas
en ese río de piedras.
Manchan sus almas
con más pérdidas,
cubren sus pieles
de uvas surgiendo
de espaldas de ángeles.
Mañana se refugiarán en mi garganta
y se penetrarán allí.
Unos árboles vuelan sobre mi alma,
y veo fluir la alegría
sobre sus mudas frentes.
Esa es mi cabeza
iluminada por delgadas estrellas.
…
Pues,
es probable
que la vida vuelva a mí.
En el sueño del poeta
Las plumas que cubren
la espalda del poeta,
se parecen a la espuma
que se deslizó
por la noche de la hoja.
Sobre sus dedos,
brillan cadáveres
y se apagan otros,
viene un astro compartiendo con él
su pagana nostalgia.
Lo que está fluyendo
por su boca,
parece son sólo nubes
que sorbió el poema
antes que comenzara.
El vacío de los sentidos
Desde ya,
no hay cosechas
ni linajes.
Paso a paso devoró
sus sentidos,
para enervar las pérdidas
que huían de él.
Paso a paso pidió prestada
la cabeza de un caballo
para que volara sobre otra tierra.
¡Ojalá hubiera caído
en el abismo de su interior
para que alcance su parte del vivir!
Un sueño lo captura
por algún tiempo.
¡Qué maldición!
Parece que retrocede
de su propio cadáver
para dormir un poco.
Camisa ciega
Después del flujo suficiente
de las sesiones,
se levantaron todos
en busca de una presa
que sería una alternativa objetiva
del vacío de abril.
Sólo mi amigo
seguía poniendo
bombones dulces en un pequeño bote
y buscando un río en el papel
que le devolvería sus faltas que se le cayeron
mientras cruzaba
la lección más difícil.
Pero todo eso
se deslizó rápidamente entre las manos,
provocando un desequilibrio
en su camisa ciega.
La prosa del camino
Nos sentamos solos, no tan lejos, dispersamos los miembros en preparación para el juicio del mediodía. Tal vez, eso reduzca la sensación de que necesitamos liberarnos de las camisas blancas. Tiramos el agua por armas que encontramos mientras quebramos las nubes con nuestras almas cubiertas de plumas. Por mala suerte, hay gente que ya no tiene el mismo tatuaje en sus emociones.
Se deshicieron los huesos de todos, y las maletas ya no son puertos donde se alojan los que vienen de los techos de los recuerdos. Estamos solos, mirando las ventanas de la vida, necesitaremos pocas de ellas durante la estancia en la cima de la tarde. Pero nos sentaremos en los mismos asientos, hasta que deje la plaza la última nube que ocultó el poeta en su bolsillo. Al final, nos acompañarán las ventanas con una pálida camisa y manos arañadas por la prosa del camino.
Un poco atrás
Por última vez,
el armario confesó
antes de llenar nuestras entrañas con la humedad de sus sentidos.
Por última vez
nos muestra cómo degolló
todas nuestras discusiones que robó durante treinta años.
Nadie se dio cuenta de los recuerdos
que la familia guardó
y los dejó vagar de una casa a otra,
ni de los héroes de las historias
que acogió, tanto
como a sus hijos.
El armario ha envejecido
y dio otros nietos a la familia.
Aquí se despide de todos,
desciende disimulado
en postura de madera muerta.
Mano prestada
Las carrozas para llevar los pequeños defectos,
los caballos para los que vuelven de los viejos castillos,
las noches para las lágrimas
que se evaporan tras un incidente imprevisto.
Así surgió el sueño
mientras se acerca a su comienzo,
y lo que queda de la huella,
persigue su camino con mano prestada.
Un sueño como los otros
No recuerdo dónde
se había pegado a mi pie
la idea de que el cielo es un seudónimo de la música.
Esto puede haber pasado en el puente,
donde a menudo los nervios dejan de funcionar
y donde desaparece el último signo
que guía a los héroes
antes de que la epopeya se hunda totalmente.
Pero antes de que la cámara capture lo queestá pasando,
hice rodar mi alma sobre la costa
y la dejé lamer sus recuerdos,
luego salté hasta la última línea
y avisé al convoy de los muertos
para dejar de arriesgar otra eternidad,
y de contentarse con un violín colectivo
que distribuye lágrimas a todo el mundo
y busca hombros
con quienes se reunirá en el último momento.
Así es mi alma,
adquiere la vida
y recibe el cielo
con un sueño como los otros.
Revisión de Emilio Ballesteros
Mohamed Ahmed Bennis (Tetuán, norte de Marruecos, 1970): Poeta, crítico, traductor y ensayista. Miembro de la Unión de Escritores de Marruecos y de la casa de Poesía en Marruecos. Articulista del diario árabe "Alaraby Al Yádid", donde colabora con un artículo semanal.
En 2007 obtuvo el premio "El primer poemario" concedido por la Casa de Poesía en Marruecos por su poemario "Montaña ciega". Autor de varios libros.
Ha sido incluido en varias antologías poéticas publicadasen Marruecos, Argelia, Egipto, Italia, Francia, España, Rumania y Costa Rica.
Ha participado en diversas actividades literarias dentro de Marruecos y en otros países como Túnez, Libia, Omán, Egipto, España, Rumania, Canadá, Nicaragua, Costa Rica, Argentina, Perú, México y Colombia.