Miguel Ángel Ortiz, poeta mexicano, conocedor de la poesía mística, nos comparte sus nuevos poemas, donde emprende una búsqueda de las palabras y las formas "que Dios dispuso en un inicio".
Higo
Miguel Ángel Ortiz
Higo
Pienso en el musgo sobre los adobes, en su modo antiguo de perseverar,
Dios que dispuso la humedad y nuestro corazón paciente.
*
Una llanura y el cerebro
una llanura o lo pastoso
una llanura o ese plato
donde come nuestro Dios.
*
Un higo
es un higo
es un hijo
una palabra
—más bien—
de amor.
Provisional
Un tiempo limpio habrá de venir
y los cuerpos tomarán la forma
que Dios les dispuso en un inicio.
No será la cama
sino nuestras vértebras unidas,
no el beso
y sí la distancia inmensa
que el amor es.
Tiempo sin tiempo se dirá,
—no se dirá—.
Mas tengamos la osadía
de nombrar el Cielo mediante el cielo
por ahora;
digamos
que seremos la cama
donde alguna vez amamos,
la canción que condujo la lluvia,
la casa donde fuimos nosotros
la comida.
Digamos que una manada de elefantes
será el teatro
y el Cielo un cúmulo de astros,
aunque sepamos desde hoy
que el Cielo será el Cielo
y no el tapiz azul,
y la nostalgia de los astros
sólo una música lejana,
apenas audible:
lo que alguien llamase
la nostalgia
de haber habitado
un mundo horrendo,
lleno de polvo.
Miguel ángel ortiz (Durango, México, 1984). Es autor de Huevo de avestruz (e-book/2017), así como coautor de El vicio de vivir. Ensayos sobre la literatura de José Revueltas (2014). Ha publicado, además, El cuaderno de las resignaciones (Premio Elías Nandino 2005), Milagros para una tarde de lluvia (Premio Carmen Alardín 2007) y Funerales que jamás las brujas (Premio Amado Nervo 2008).