José Antonio Jiménez lanza un desafío al poeta y catedrático catalán. En su propio banquete, en medio del placer de la mesa surge este libro ensayístico sobre poesía y otras trincheras. David G. Trujillo Vásquez nos conduce a esas reflexiones. ¿Qué función puede tener la poesía en una sociedad enajenada? Foto: JAL
Palabras para la resistencia: sobre poesía y otras trincheras
Una conversación de José Antonio Jiménez con Jordi Virallonga
David G. Trujillo Vásquez
Benalmádena, Málaga: EDA Libros, 2021, 188 pp. ISBN: 978-84-122099-5-5
«Un acuerdo entre poeta y político nunca será posible,
porque uno está preocupado por el orden interno del
hombre,y el otro por el ordenamiento del hombre »
(Salvatore Quasimodo)
Se suele pensar que la senda recorrida por la humanidad ha estado determinada por el progreso y la búsqueda de la bonanza. No obstante, empezamos ya a dejar atrás los albores del siglo xxi y al echar una mirada al pasado es posible advertir, no pocas, conductas que se repiten en bucle. ¿Cuántas voces se han alzado ante las barbaridades que han marcado nuestra historia? ¿Cuántas otras han sido censuradas o, peor aún, silenciadas? Al contrario de adoptar una postura pesimista, esta reflexión busca ilustrar el hecho de que, sin importar la época, siempre habrá quienes con denuedo agiten el mundo para despertarlo del trance. Las estrategias son tan variadas como las mismas culturas, pero Jordi Virallonga ha encontrado en la poesía una potente herramienta para suscitar tales consideraciones en aras de la insurrección.
La obra del laureado escritor catalán es reflejo de una sensibilidad literaria remarcable, cuyo fruto se ve justificado en lo que oportunamente presenta como Palabras para la resistencia. En compañía de José Antonio Jiménez, adviene este texto esclarecedor sobre la figura del poeta y el individuo, a través del cual conmemora a sus mentores.
La rígida estructura del ensayo se ve desplazada para dar lugar a una disposición más amena, que sigue el curso de un encuentro que trasciende las barreras del ámbito profesional. En la intimidad de esta conversación, Jordi Virallonga se permite dilucidar la razón de ser del poeta en una sociedad donde, según él mismo, quienes inspiran sus versos probablemente no llegarán a leerlos jamás (p.19). El texto se presenta en dos partes, a su vez compuestas de breves «tramos temáticos» producto de la previa preparación de José Antonio Jiménez, pero también de aspectos particulares evocados por el poeta conforme desarrolla su argumentación.
Aunque a lo largo de la obra se plantean diversas cuestiones que van desde el ámbito artístico, pasando por el político y el literario, llegando hasta la intimidad familiar, el eje central sobre el cual gira la conversación es, desde luego, la poesía. Jiménez es consciente de la gran oratoria de Virallonga y, por lo tanto, capaz de prever los múltiples asuntos que pueden derivar de aquella tertulia. En este sentido, el subtítulo, «sobre poesía y otras trincheras», se convierte en un reclamo consustancial de tal encuentro.
¿Qué función puede tener la poesía en una sociedad enajenada? Y, por extensión, ¿cuál sería el cometido del poeta en ella? Se ha debatido mucho ya a cerca de una obligación del poeta para con el pueblo, sin embargo Jordi Virallonga no permite olvidar la obligación que tiene el poeta para consigo mismo. Esta función terapéutica también es examinada con detenimiento, exteriorizando, poco a poco, las motivaciones para dedicar toda una vida a la escritura de la poesía, lo cual guarda una estrecha relación con las reflexiones planteadas por Sartre en Qu’est-ce que la littérature? (1948).
El amor, aunque no como tópico, la soledad que se busca y la que se encuentra, la memoria histórica, el capitalismo feroz, el desasosiego y la felicidad son argumentos identificables en la obra de Virallonga; bien sea en El perfil de los pacíficos, Saberte, Perímetro de un día, Los poemas de Turín o Amor de fet, por nombrar algunos. Ya lo menciona Jiménez Navarro durante el prólogo, pues gracias a la confianza con su interlocutor afloran declaraciones que hasta ahora se encontraban únicamente en la mente de Virallonga. El autor, además, se ve motivado a exponer las estrategias y las operaciones lingüísticas a las que recurre para plasmar ciertos hechos, además de la simbología en interior de ciertos versos.
No sería posible abordar cuestiones como las anteriores sin hacer mención de los referentes que le han permitido erigir su obra. Después de todo, este libro se entiende como un homenaje manifiesto a sus maestros y a todos aquellos que lo han coadyuvado a construirse. Una intertextualidad no buscada y sin embargo latente, expresa el catalán: «…gran parte de mi poesía cruza caminos abiertos por la épica de Salustio, Heródoto, la elegía de Propercio, la lírica pragmática de Ovidio, la erótica irreverente de Calímaco y la irónica y sarcástica de Petronio y Cátulo» (p.30). No se olvida, desde luego, de la generación del 27 y del 50 o de la poesía latinoamericana; incluso, evoca la canción popular española, catalana y gallega. Esta perspectiva se encuentra muy vinculada con lo que menciona el italiano Nuccio Ordine en Classici per la vita y que confirma Virallonga: «…con cierta frecuencia las palabras de los clásicos asientan y vigorizan nuestra exposición» (p.13).
Para finalizar, un preocupante contexto político y un año marcado por una crisis sanitaria y económica a nivel mundial. Un escenario que tiene tanto de actualidad como de vetustez. Una ocasión más para constatar la trascendencia de esta littérature engagée mediante una aproximación al género literario de la poesía. Esta obra culmina con la imagen de un Virallonga que delibera acerca de la condición del escritor de la periferia, sin dejar de lado su postura crítica frente a un sistema déspota, para el cual seguirá teniendo versos rebosantes de intransigencia.
Reseña escrita por:
David G. Trujillo Vásquez