Reflexiones de Castillo sobre el libro En la parte alta abajo del poeta colombiano Helí Ramírez, haciendo énfasis en las aristas de su lenguaje y su imaginario.
Omar Castillo
EN LA PARTE ALTA ABAJO DE HELÍ RAMÍREZ
Leer, reflexionar y escribir sobre la literatura que producen nuestros contemporáneos, es difícil, pero necesario. Difícil, porque las coincidencias de vivir en una misma época producen celos de creación y de prestigio que terminan siendo patéticos, lamentables y casi resulta imposible para el ego creador acceder a las obras de otros con la suficiente higiene vital. Necesario, porque esas coincidencias de época significan unas realidades y unas situaciones comunes para la vida y aprehender esas realidades, tal como otros las intervienen en su escritura, puede fortalecer nuestras formas y maneras de crear. Se suele argüir la perspectiva de tiempo como algo prudente para apreciar una obra, empero, creo que es necesario asumir el riesgo de apreciar nuestras creaciones y leer las obras de nuestros contemporáneos sin rehuir las implicaciones del momento en el cual son producidas. Lo anterior es tan productivo como lo es el valorar el acervo histórico de nuestra tradición literaria y cultural.
En los siguientes párrafos expongo mis reflexiones sobre el libro En la parte alta abajo del poeta Helí Ramírez, para lo cual me detengo a observar sobre las aristas que su lenguaje y su imaginario movilizan en la realidad de su escritura.
En la parte alta abajo es un libro cuya lectura perturba y fascina. Es perturbadora por cuanto nos revela y desnuda en lo depredador de nuestras maneras, en lo mórbido de nuestro ser primario. Fascinante por la crudeza como el poeta delata las realidades y los apetitos del mundo que hemos creado, un mundo hirviendo en sus imaginarios y en sus realidades, también en una belleza encarnada en la abrupta condición humana, una belleza que conmueve y asusta.
Es un libro extraño, raro en las acepciones que la civilización adjudica a cuanto proviene de quienes logran develarla, descubriendo lo más sórdido de su civilidad. Por lo mismo, es un libro que resulta vigoroso, renovador en las sustancias de su contenido, por la manera de asumir el lenguaje con el que expresa ese contenido y lo comunica. Asistimos a un lenguaje que nos penetra igual al filo de un cuchillo cortando nuestras carnes hacia la entraña donde se inicia o cesa la vida.
En la parte alta abajo, es quizá el libro de poemas más perturbador en la poesía escrita en Colombia en la década de 1970 y con Poema sucio (1975) del poeta brasileño Ferreira Gular, de los más punzantes en el asombro y el malestar que logran causar en sus lectores. En su libro, el poeta Helí Ramírez consigue que las palabras de sus versos, y las imágenes por las que se deslizan las tramas de sus personajes, queden retumbando en sus lectores, queden como carnes engarzadas en las esquinas de una ciudad que las consume o las encierra en lo solapado de sus presencias.
En la parte alta abajo se asiste a la fundación casi mítica y brutal de un barrio en uno de los extremos de Medellín, una fundación que surge del despojo y la sangre, el desgarramiento y la usura social, descrita en un habla que crece como una piel reventando hasta alcanzar el poema, penetrándolo con sus escoriaciones, imponiéndole sus modos, sus ritmos. Un habla poderosa, próxima al rugido de la tierra a punto de abrirse. Aquí, decir reventar, es disponerse a las significaciones verbales que cada momento humano produce en el movimiento vital de una lengua.
En estos poemas el poeta excava en lo abyecto de la realidad que el ser humano propicia con sus condiciones sociales, en las que prevalece lo solapado de sus instintos, las argucias de su civilidad, la trama de su usura. En medio de una rara belleza y con una lucidez que no lo dejan extraviarse por fáciles clasificaciones estéticas ni éticas, el poeta disecciona la realidad tal cual ha sido establecida por los apetitos humanos y nos la enseña en sus ramificaciones hasta dejarnos en lo atónito de sus significados, en las ascuas de una ciudad que quema hasta la ceniza.
Son poemas que incomodan y logran sacarnos de las acogedoras fantasías sobre lo que se cree y estila debe ser un poema. Están escritos con palabras penetradas por la lava del habla lumpen y, sin el temor por los exabruptos que esta propicia, el poeta encabalga con ella imágenes y metáforas donde las pasiones de la estirpe humana son escenificadas en sus movedizas categorías hasta la saciedad de cuanto entrañan, de cuanto imponen en el aciago de cada ser.
Lo que en estos poemas se narra, puede suceder en cualquiera de las comunas de Medellín o en cualquier ciudad del mundo, pues la idiosincrasia que rige a los seres expuestos en ellos ha conseguido enquistarse y formar parte del ser social y depredador humano. En el asunto de este libro, el punto de la ciudad donde se enraízan sus narraciones es en el barrio Castilla y en ellas, el poeta logra que sus poemas reflejen escenas que sobrecogen por el impacto de sus representaciones, como si nos fuese posible asistir a las cuevas donde el ser humano inició el estampado de su vigor y al mismo tiempo, lo aberrante de sus signos para la muerte y la sobrevivencia.
Son poemas donde en una apretada plasticidad escénica, se suceden momentos que comunican el aliento nervioso de las maneras humanas en su cotidianidad, desarrollándose en un ambiente donde los personajes quedan como caricaturas escarbando sus significados, las razones de su ira. Situaciones voceadas en una jerga que logra teñir las palabras con las realidades de una ciudad que revienta y crece en su aciago. Palabras engarzadas en imágenes que impactan en el lector, abriendo sus sensaciones visuales y auditivas: "Va a ser una tarde de gritos y sol / apenas aclarea el día y ya veo los gritos y el sol", dando entrada al mundanal mundo.
Quien narra y acota en estos poemas los vericuetos y las hazañas sucediéndose en el barrio Castilla, y en algunos puntos del centro de la ciudad, pone el énfasis de todos sus sentidos en sus ojos y es en ellos donde quiere que mire el lector, es como si el poeta insistiera en hacernos leer en esos ojos la manera como ellos van hilando las palabras hasta alcanzar la imagen: "con solo tocar sus ojos con la mirada un borde de la puerta / la puerta se abre", proponiéndonos un palimpsesto visual donde el lector permite que lo que ven los ojos de quien narra, se escriba en los suyos. Por eso en las escenas de cada poema, los ojos que disponen las acotaciones, la presencia de los personajes, sus líneas y el ritmo de sus acciones, se hacen huellas en las huellas de quien las lee. Como en una tragedia antigua.
Son poemas en versos escritos entre lo narrativo, asumido como la forma de tratar de manera directa el ambiente de una ciudad en uno de sus barrios, y lo dramático, entendido como la propuesta donde se escenifican las tensiones que caracterizan la idiosincrasia humana en ese ambiente. Así el libro establece unas historias cuyas tramas nos son comunicadas a través de cuadros narrados en cada poema, en estos, el ajetreo, los ruidos y las voces que produce la ciudad en su constante digestión, quedan como el reflejo de un coro que las multiplica, generando a lo largo del libro un ritmo de serrucho que cercena en una atmósfera de sombras a la intemperie.
El libro se abre con el poema "La colina (uno)", cuyos versos nos ubican en el lugar donde hierve un instante de la ciudad, donde acaecen las tramas de un grupo de personas en una cita tan presente como tan antigua en los significados que ofrecen sus vidas, las mismas que se ven expuestas como en un ritual donde develar los instintos humanos. Los dos primeros versos dicen: "La colina es de cuatro o cinco cuadras / en adobe pelado el frente de las casas". Así queda dispuesto el escenario para el rito donde la vida y la muerte no se detienen.
El mismo escenario es intervenido en otro de sus poemas, donde el narrador acota: "La esquina en mi rostro quieta / viendo esa calle doblada arriba en redondo", estos versos proponen el escenario como un espejo donde es posible reflejar el tautológico ritual abriéndose: "Violencia ramo de flores carne viva ardiendo / alrededor del cerebro", en un estrecho filo redondo entre la muerte y la vida.
A la poesía que se escribe en Colombia, el libro En la parte alta abajo, le evidencia lo pacato de los ideales y nociones que saturan muchos de sus contenidos, y los exabruptos donde cunde un humanismo de alforjas de viajeros, y malabares sustraídos del Romanticismo europeo. El atrevimiento del lenguaje de Helí Ramírez, y lo expuesto en sus contenidos, ofuscan hasta el malestar. En una tradición poética tan amañada y tan melosa como lo es la colombiana, lo abrupto de sus versos se convierte en parte de su fuerza expresiva, en el imán con el que logra la atención del lector. Abre una veta. Inicia.
Es necesario repetirlo, En la parte alta abajo es un libro de una rara e impactante belleza que conmueve y perturba. Y para entrar en él es preciso zafarnos de los supuestos ideales, de toda la bisutería con la cual los anticuarios del habla quieren convertir el lenguaje de la poesía en algo "sublime", es decir, obsoleto.
La primera edición de En la parte alta abajo es de 1979.
Omar Castillo, Medellín, Colombia 1958. Poeta, ensayista y narrador. Algunos de sus libros publicados son: Huella estampida, obra poética 2012-1980 (2012), Tres peras en la planicie desierta (2018), Limaduras del sol y otros poemas, Antología (2018) y Jarchas & Escrituras (2020). Su obra también incluye el libro Relatos instantáneos (2010) y los libros de ensayos: En la escritura de otros, ensayos sobre poesía hispanoamericana (2014 y 2018), Al filo del ojo (2018) y Asedios, nueve poetas colombianos (2019). De 1984 a 1988 dirigió la Revista de poesía, cuento y ensayo otras palabras, de la que se publicaron 12 números. De 1989 a 1993 dirigió la colección Cuadernos de otras palabras, de los que se publicaron 10 títulos. Y de 1991 a 2010, dirigió la Revista de poesía Interregno, de la que se publicaron 20 números. En 1985 fundó y dirigió, hasta 2010, Ediciones otras palabras. Poemas, ensayos, narraciones y artículos suyos son publicados en libros, revistas y periódicos impresos y digitales de Colombia y de otros países.
Contacto: om.castillo58@gmail.com