JARDÍN GERIÁTRICO (I)
Estoy en lo más alto. No sé envejecer. Miro las cosas que han partido. Más de una vez he querido partir donde el viento silba sin fin. Los caminos cantan las canciones de los árboles secos. Quiero mirar pero estoy lleno de silencios. La montaña es gris y el paisaje se ríe de mi soledad. Si las palabras regresan se arrojan contra uno y otro cuerpo. Nadie conoce estos secretos. Aún sigo en el jardín. El silencio es como un río que me lleva. El horizonte calla como un ruiseñor olvidado. Seguimos hasta el final pero los días son como nubes detrás de las montañas. Es abril les grito a los transeúntes frente a la ventana, pero es otoño le digo a la mujer que ha venido a verme. No sé quién es pero la amo. Hemos bajado a tomar el sol. Las voces son como la lluvia detrás del cristal. La vida es esta, la vida también es la que ha partido.
JARDÍN GERIÁTRICO (II)
El sol es el mismo en el silencio de la mañana. Su claridad conversa con los árboles. No se ven las nubes, pero la luz arroja mi imagen más lejos. Mis pies están inmóviles. Escucho el viento, escucho el canto de las aves, pero no puedo reconocerlas. Es muy temprano y he salido a caminar. Todos han salido a caminar. Llegamos hasta los objetos perdidos. Las mesas parecen invisibles. Cierro mis ojos para no ver el final. El final siempre es más lento. En la mirada de los desconocidos hay una leve sonrisa que no comprendo. Sigo en algún lugar, debe ser el camino que perdí. Abren la puerta y el sol sigue brillando. Todo es igual al día anterior. Debimos pensar que los pájaros cantan en el jardín. Debimos cerrar los ojos y callar. Debo comportarme como quien espera un gran amor. No conocemos quién abrió la puerta dejando entrar el aire frío de la mañana. Las mujeres en batas blancas quieren que cantemos. Nadie sabe qué decir. Nadie sabe cuál es el comienzo, cuál es el fin.
EL PARQUE Y LAS PALABRAS
Voy por el parque y nadie me acompaña. No sé lo que veré más adelante. Los muchos árboles acogen el viento y las ramas parecen volar. No sé si estas palabras también se van en el viento. Una palabra es un río, otra palabra es un bosque. Camino y todo parece girar con mis pasos. No sé qué sucederá con lo que miro. Lo que miro al comienzo es igual, lo que se aleja siempre es diferente. Soy diferente, soy igual: pregunto y nadie me responde. Nadie recorre este camino. Solo yo veo las nubes que empiezan a perder brillo. Acabo de ver cómo desaparece el sol en el horizonte. No sé si las palabras podrán alcanzarme. Si comenzara a llover diría que las nubes siguen en el mismo lugar. Lo que miro gira con mi cuerpo. Todo gira perdido por el bosque. Ven, avancemos más adelante, le digo al amor. Me quedaré tendido sobre la hierba. Creo que esta es la felicidad. Camino y no comprendo. Una mariposa zigzaguea en la rama más alta. Casi se confunde con los colores del atardecer. Un pájaro ahora busca la luz, pero no hay claridad.
(Inéditos)