Cinco poemas:
Paulina Rojas

Dorada

una ilusión tras el gris del espejo.
En el picaporte se posa la mano,
sueño astral de la memoria.

¿Qué es el amor? preguntas.
Ideas,
susurros escondidos debajo de la cama,
buscando lo negado.

Aguardo las noticias
en esta sala que no existe,
un líquido amargo juguetea en el ombligo.
Sentir el peligro,
hollín que se cuela en la alfombra.

Nadie sabe lo que esconde el candelabro,
una suerte de indómitas palabras
imaginarias
tras las notas del piano.
Definir amor, quizá,
es un ejercicio de exclusión.

Maternidad

Como los míos
son los ojos de mi madre,
buscan curar la herida
de un abandono prematuro.
Vertida de lágrimas la pócima
en el río absoluto de rencores.

Su ternura conocí sólo una tarde.
Detrás de la mueca
y una calle luminosa
se escondió para vernos.

De una hija
alguna vez quise ser madre.
Con mis dedos peinar sus cabellos,
renacer en el recuerdo
de esa tarde,
en los nudos de la infancia.

En el viaje

Regreso donde comenzó la historia
contada aquellas tardes.
Podías decir nada
o una vida al ocaso.
Ceniza en los pulmones,
en el temor a la tierra escondida,
subsuelo es el tropel de desengaños.

Reinventaré tu infancia en mi memoria,
viaje en el sueño del que no despertamos,
cuando el televisor apagó el programa de noticias
en ese instante nuestro.

Buscaré el callejón de nombre oculto,
lanza de barro en el músculo encarnada,
y entenderé,
al fin,
por qué al recordar,
siempre miras al infinito.

Orfandad

Comenzó la melancolía
esa mañana frente al ropero.
Una vida hubo antes
estuvimos ahí, alegres los ojos.

Caminamos hasta el lago,
no parecía distante el horizonte.
De un salto brincamos el arroyo,
tu mano se extendió
y dijiste esos hogos no se comen.

La fotografía selló el recuerdo
de felicidades pasajeras
y al llegar a casa
servida estaba la comida.

El peligro repta las paredes
de una habitación en el olvido.
Entre los cristales solitarios
de una tristeza vaga, profunda,
nadie puede defenderte.

Tacuba 17

Cuando caiga el edificio,
afuera,
veremos girar el rumbo de la música
en los discos de acetato.
Sobre las ruinas los últimos besos,
caerán mis brazos sobre tus caderas.
Busco la muerte en tu mirada,
y las notas,
pesadas entre el polvo,
desaparecen.

Paulina Rojas Sánchez (Ciudad de México, 1987). Profesional de museos y editora. Estudió la licenciatura en lengua y literaturas hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México. Es coeditora de Versas y diversas, muestra de poesía lésbica mexicana contemporánea y coordinadora del proyecto Bulevar Arcoíris, dedicado a la promoción de literatura LGBTI+. Todos vieron al sol quemar el pastizal es su primer libro.