Era
No matar moscas no es cuestión de mojigatería
es cuestión de respeto a los mayores,
aunque parezca lo mismo.
Las moscas existieron con los dinosaurios.
Los vieron con sus cientos de ojos,
con los mismos que ahora ven
tu torta de cumpleaños.
Querer matar una mosca y no matarla
no viene de aquí
viene de lejos ese respeto paleozoico.
Viene de antes
de que existiera el chocolate.
Para no decir catedral
Hace años que la arena de la playa alcanza el altar
pero todo sigue intacto.
La furia del mar
impotente
ante
tres
viejitas
que barren la iglesia
todos los días de dios.
Una cosa es una cosa
y otra cosa es otra cosa
Una cosa es comer queso con bocadillo
y otra es comer queso con bocadillo con queso con bocadillo.
Hay gente que no entiende nada.
Pero hay otra que hace sánduches de dos pisos
y en vez de pan le pone bocadillo
y en vez de jamón bocadillo
y en vez de queso, queso.
Tenemos por fin
nuestra preciosísima torre.
Hay quienes ni se fijan.
Y hay quienes tenemos por bandera
este sánduche
de queso con bocadillo
con queso con bocadillo.
Y como a toda bandera
nos la comemos.
Tela a cuadros
Cinco dedos encima de la rodilla
era la medida para el largo de la falda
en mi colegio.
Nunca practicamos mejor la exégesis.
¿Cinco dedos cómo?
abiertos o cerrados
¿Cinco dedos de quién?
míos o del gordo Marcos
¿Dónde comienza y dónde termina una rodilla?
La rebeldía no era para que se vieran más las piernas
sino para que se viera menos la falda.
Estaban tan repetidos esos cuadros azules,
estábamos tan repetidas nosotras
que cortarle tela a la falda
era confeccionar pequeñas banderas.
Tan pequeñas que no se pudieran izar los lunes
en la formación de la mañana.
Formulario de arrendamiento
Está lloviendo afuera (Verdadero)
Es martes (Falso)
Tengo frío como si nunca antes (F)
Me quiero ir de mi casa de siempre (V)
Obedecer a padre y madre (V)
María Chucena techaba su choza (V)
¿María Chucena techas tu choza o techas la ajena? (V)
Obedecer a padre y madre (F)
No techo mi choza ni techo la ajena (V)
techo la choza de María Chucena. (V)
Suena el timbre
Alguien dice:
Llegaron los señores de la luz.
Y en mi cabeza aparecen
Legionarios chinos
Dos monjes budistas
Aristóteles y los peripatéticos
entrando a mi propia casa.
Señor, no soy digna de que entres en mi casa
pero una palabra tuya bastará para salvarnos.
¿Cuál es la palabra que pronuncian los señores de la luz?
A estos interruptores hay que hacerles mantenimiento porque ya están muy viejos.
Aquí todo está muy viejo.
Oigo hablando por teléfono a mi abuela
la próxima semana será
la digna visita
de los señores del agua.
María Buelvas (1995). Creció en Montelíbano, Córdoba. Es antropóloga de la Universidad Nacional de Colombia. Forma parte de Calicanto, una apuesta de poesía y música. Fue ganadora del certamen Nuevas Voces de Poesía Escrita por Mujeres, Córdoba, 2019, y del Premio Nacional de Poesía Tomás Vargas Osorio con su primer libro: Y ahora que hago yo con esta cuchara. Su poesía es desparpajada, cínica: ahí radica que sea divertida.
El humor es una técnica que varias mujeres poetas están utilizando, cada vez más, como expresión poética, para denunciar la opresión femenina, pero también, simplemente, por el placer de reír. Humor negro, ironía, burlas, son algunos de los elementos que encontrará el lector en estos versos. : Grissel Gómez Estrada