Alessio Brandolini:
Por Enzia Verduchi

Escribir es un soplo lento que ofrece vida al corazón

 

Alessio Brandolini nació en Frascati, provincia romana. Vivió sus primeros veinte años en una pequeña casa sobre la cima del Monte Compatri y como una premonición, el hogar de sus padres se encontraba en vía Degli Artisti. Posteriormente se trasladó a la ciudad de Roma, ahí estudió Letras Modernas y actualmente es donde vive y trabaja.
Heidegger indica que “Somos tiempo, además de nosotros mismos”. El tiempo es el origen de nuestra existencia. Los primeros veinte años de Alessio en esa región del Lacio, rodeado de laderas y colinas, a la sombra de robles y el aroma silvestre de endrinas, son la raíz del paisaje poético y la experiencia sentimental de Brandolini.
En Il volto e il viaggio (Edizioni Fili d’Aquilone, Italia, 2017), Brandolini resume su ritmo y su medida del tiempo en estos versos: “No sueño con el futuro, no lo conozco / y quisiera aún comprenderlo, quisiera que fuera / parte de mi, de nosotros, de mi fe…”.
Somos tiempo, sin duda, un largo viaje: una intuición del destino.
Se dice que se escribe un solo poema, que todos los poemas convergen en un solo poema y fluyen en el mismo río. Así, desde los primeros libros se despuntan los temas y las obsesiones de Alessio Brandolini que en su más reciente poemario Il fuoco della luna (Edizioni Fili d’Aquilone, Italia, 2024) alcanzan su mejor y mayor definición.
Il fuoco della luna, décimo libro de poesía del autor, es un singular diario en verso donde se registra la cotidianidad, al igual que una cámara que explora y realiza un largo y sinuoso paneo para llegar al close up y así atrapar el detalle, la esencia de los hechos y las cosas.
Tanto Marco Testi como David Cortés Cabán, ambos estudiosos de la obra del poeta romano, coinciden que en los versos de Brandolini existe una estrecha relación del pasado frente a un presente que emerge a partir de las vivencias reales o imaginarias del mundo.
En los poemas de Il fuoco della luna hay una tensión implícita, una tensión que reconocemos proveniente del pasado y en el presente el hablante poético observa con lucidez. A la distancia el poeta observa en su justa medida ese entramado del tiempo que es él mismo.
En el bellísimo poema “Tus manos son árboles”, dedicado a su padre, me aventuro a decir que se encuentra la clave del territorio poético brandoliano: “…aquí donde / construí una casa y juntos plantamos olivos, / el pequeño viñedo, un cerezo, dos nogales y un castaño.” El poeta reconoce que es aquí donde están sus raíces, aquí donde iniciaron sus sueños, aquí fundó una tierra firme a donde regresar y labró su tiempo.
En este libro, Alessio reflexiona sobre su papel de hijo al igual que la enseñanza y el reencuentro con el padre, pero también su naturaleza de padre que ha dejado partir a la hija que inicia una vida propia. En el poema “Los brazos fuertes del mar”, conmueve la manera en que se cuestiona: “¿Merezco todo esto?… ¿No es demasiado tarde?” Brandolini se habla desde la infancia y la adolescencia, desde la soledad y el silencio, desde la paternidad y la madurez. El poeta le habla a su tribu compuesta por padres, tíos, hermanos, amigos y su compañera de vida que lo han conducido en esta travesía anotada en Il fuoco della luna.
Por otra parte, Alessio Brandolini dialoga con poetas como Mark Strand, María Baranda, T. S. Eliot, Ovidio, Ígor Barreto y Fernando Pessoa, a través de la intertextualidad y las citas. Este diálogo es un agradecimiento explícito y a la vez una guía durante el camino que transita por los cuatro apartados que componen el libro.
Sirva esta breve muestra de Il fuoco della luna para adentrarse en el universo poético de Alessio Brandolini, una de las voces originales de la actual poesía italiana, y ser partícipe de un viaje emprendido entre muchas preguntas y algunas respuestas, donde “Escribir es un soplo lento que ofrece vida al corazón”.

Presentación y traducción de Enzia Verduchi

 

 

Poemas

de Alessio Brandolini

 

La vita delle formiche

Fragili esistenze avanzano sul bordo del baratro ma vedono e ascoltano tutto, anche il canto degli uccelli notturni e provano a conversare. Il silenzio è raro, difficile da raggiungere. Ci guardiamo le spalle per paura dei fantasmi, di chi si è perso lungo il percorso. Il desiderio dà la febbre ma in qualche modo tiene all’erta. Le pratiche ascetiche non servono se si analizza la vita delle formiche che con tenacia trasportano briciole, le infilano in tunnel segreti.

Risiede nel bosco, si è diviso dal passato lanciandosi all’aperto. Qualcuno si chiede se lo ha già visto da qualche parte, in fondo stavano nello stesso quartiere. Una vita può essere distrutta da un gesto comune, una frase, dall’assenza di gentilezza. Lui lo sapeva e faceva attenzione a non ferire, a non calpestare.

La vida de las hormigas

Existencias frágiles avanzan al borde del abismo pero ven y escuchan todo, también el canto de los pájaros nocturnos y tratan de conversar. El silencio es raro y difícil de lograr. Cuidamos nuestras espaldas por miedo a los fantasmas, los que se perdieron en el camino. El deseo enfiebra pero de alguna manera te mantiene alerta. Las prácticas ascéticas no sirven si se analiza la vida de las hormigas que con tenacidad llevan las migajas, las alojan en túneles secretos.

Reside en el bosque, se separó del pasado lanzándose al aire libre. Algunos se preguntan si lo han visto en alguna parte, después de todo estaban en el mismo vecindario. Una vida puede ser destruida por un gesto común, una frase, por falta de cortesía. Él lo sabía y tuvo cuidado de no herir, no pisotear.

L’ultimo tentativo

Da giovane stimavo il futuro, con umiltà parlavo
con i vecchi per saperne di più di loro. Scrivere
è un respiro lento che dona linfa al cuore, a mani
e piedi. È ora di accendere altre luci, di guardare
le stelle più distanti. Non finiremo contro il muro
di una casa, meglio salpare subito verso un’isola

sconosciuta. Ci ritroveremo nell’ultimo tentativo
senza paura né spettatori. Il tramonto è un brusio
di uccelli che celebrano la gentilezza del sole ma
con il buio un pianto d’ombre giunge da lontano.
È l’istante di accendersi dentro e sorridere
agli angoli più cupi del passato, farli saltare in aria.

El último intento

De joven valoraba el futuro, con humildad hablaba
con los viejos para saber más sobre ellos. Escribir
es un soplo lento que ofrece vida al corazón, a las manos
y los pies. Es hora de encender otras luces, de mirar
las estrellas más distantes. No chocaremos contra el muro
de una casa, mejor zarpar de inmediato hacia una isla

desconocida. Nos volveremos a encontrar en el último intento,
sin miedo ni espectadores. El atardecer es un murmullo
de pájaros celebrando la gentileza del sol
pero en la penumbra un llanto de sombras llega desde lejos.
Es el momento de iluminarse por dentro y sonreírle
a esos oscuros rincones del pasado, hacerlos saltar por los aires.

Dal silenzio arrivano parole

Il suono del ruscello oggi scorre in senso
opposto, visto da un corpo stufo di oscillare
come una canna. Si rialza, si ricompone,
con l’acqua sfrega gli occhi, il viso. Prende fiato
annaffia il basilico. Sorseggia caffè e si avvia,
un pezzo alla volta, per l’anonimo percorso, tutto

in salita: nulla l’attende. Dal silenzio arrivano parole
superbe che non ha mai pensato e nella solitudine
del cammino regalano un particolare benessere
e morbide carezze. Parole che conoscono
l’odore dell’erba tagliata, del rosmarino, delle rose
piantate decenni fa, da mani amiche, lungo il recinto.

Del silencio surgen las palabras

Hoy el sonido del arroyo fluye en sentido
opuesto, visto desde un cuerpo cansado de balancearse
como una caña. Se levanta, se recompone, se echa
agua en los ojos, en la cara. Toma un respiro
riega la albahaca. Da un sorbo al café y se pone en marcha,
una pieza a la vez, por el camino ignoto, todo

cuesta arriba: nada le espera. Del silencio surgen palabras
maravillosas en las que él nunca pensó y en la soledad
del camino ofrecen un bienestar particular
y suaves caricias. Palabras que conocen el aroma
de la yerba recién cortada, del romero, de las rosas
cultivadas hace décadas, por manos amigas, a lo largo de la cerca.

Davvero tutti uguali?

Pietre nelle tasche con sogni e visioni, una corsa
e mi ritrovo lontano. Entro in un bar e vedo mio zio
seduto. Qualcuno grida: “Tutti uguali, noi italiani!”.
Sono all’estero, penso, e trascrivo parole che avrei
voluto dire e quelle che avrei desiderato ascoltare.
Nulla di grave è accaduto. Solo una fuga agitata,
il distacco dal paese dove sono cresciuto. Tracce
di qualcosa di bello e remoto che in un attimo è
evaporato. Seguitano a dirlo: i camerieri, chi gioca
a carte, i bevitori di birra. Mio zio con gli occhi
allegri, replica: ma siete sicuri, davvero tutti uguali?

¿Realmente somos todos iguales?

Piedras en los bolsillos con sueños y visiones, una carrera
y me encuentro muy lejos. Entro a un bar y veo a mi tío
sentado. Alguien grita: “¡Los italianos somos todos iguales!”.
Estoy en el extranjero, creo, y estoy transcribiendo palabras
que hubiera querido decir y que me hubiera gustado escuchar.
No pasó nada grave. Sólo una agitada huida,
el desapego del pueblo donde crecí. Rastros
de algo bello y remoto que en un instante
se evaporó. Lo siguen diciendo: los camareros, los que juegan
a las cartas, bebedores de cerveza. Mi tío con sus ojos
alegres, responde: pero ¿están seguros, realmente somos todos iguales?

Nei sentieri degli anni

Fuori anche se stai male: le case hanno odori diversi
ma qui non c’è sole aria vento né i chiodi delle stelle
piantati nel buio. Nel bosco per redimersi e andare
avanti, lasciarsi alle spalle il passato, il vuoto. Devi
sistemare al più presto la tua vita prima che la morte
la smantelli del tutto, riuscire a mettere assieme i pezzi
smarriti, lubrificare cuore mente ginocchia e collo.
Inoltrarsi a testa bassa, quieto e in ascolto, la vista
aperta, le spalle ben dritte ed essere nel presente,
nei sentieri degli anni vissuti, tra le sue rovine.
Mani piene di tagli però devi uscire, arrampicarti
sul ciliegio. Di notte ti scalderà il fuoco della luna.

En los senderos de los años

Fuera, incluso si estás enfermo: las casas tienen distintos olores
pero aquí no hay sol, ni aire, ni viento ni los clavos de las estrellas
plantados en la oscuridad. Estar en el bosque para redimirse,
seguir adelante y dejar atrás el pasado, el vacío. Debes
arreglar tu vida aprisa antes de que la muerte
la disuelva por completo, poder juntar las piezas
perdidas, lubricar corazón mente rodillas y cuello.
Andar en silencio con la cabeza gacha y a la escucha,
con la vista despejada, los hombros rectos y estar en el presente,
en los senderos de los años vividos, entre sus ruinas.
Manos llenas de heridas pero hay que salir, trepar
en el cerezo. Por la noche, te calentará el fuego de la luna.

Le braccia forti del mare

Merito tutto questo? L’aria ristagna
tra i rumori e non ascolto il distacco
della terra. Ora o mai più, come sempre.
Non è troppo tardi? Un angelo coi lampi
nello sguardo, come se conoscesse la mia
sorte, guarda il paesaggio. Rido del vizio
di vedermi in altre storie. L’angelo schiude
le ali per accogliermi, ci abbracciamo quando
il mondo tace. Osservo da lontano il porto,
la baia. Cammino calpestando strati di neve
poi trovo sollievo nelle braccia forti del mare.

Los fuertes brazos del mar

¿Merezco todo esto? El aire se estanca
entre los murmullos y no escucho el desapego
de la tierra. Ahora o nunca, como siempre.
¿No es demasiado tarde? Un ángel con destellos
en la mirada, como si conociera mi suerte,
observa el paisaje. Me río de la costumbre
de verme en otras historias. El ángel abre
las alas para recibirme, nos abrazamos cuando
el mundo calla. Observo el puerto desde lejos,
la bahía. Camino pisoteando capas de nieve,
después encuentro alivio en los fuertes brazos del mar.

Accenderò fuochi

Tutto ruota intorno all’antico disagio
lo annaffio e sbocciano rose, un tappeto
di morbida erba che purifica l’aria
rende più agevole il vacillante percorso.
Ombre inabissano le parole di un padre
e i boschi intorno al paese. L’affilata
memoria non lascia scampo. Aspettare: sì
ma fino a quando? E non sarà troppo tardi?
Ululano i lupi e il ghiaccio riveste la pelle.
Accenderò fuochi in una patria senza dolore
con quel poco di rabbia che resta per stare in piedi.

Encenderé fuegos

Todo gira en torno al antiguo malestar
lo riego y florecen rosas, una alfombra
de suave hierba que purifica el aire
hace más fácil el vacilante camino.
Las sombras envuelven las palabras de un padre
y los bosques que rodean el pueblo. Afilada
la memoria no deja escapatoria. Espera: sí
pero ¿hasta cuándo? ¿No será demasiado tarde?
Los lobos aúllan y el hielo cubre la piel.
Encenderé fuegos en una patria sin dolor
con la poca rabia que resta para permanecer en pie.

Mattoni forgiati con i sogni

Allo stesso modo in cui si innalzano castelli
in aria lui pensava di aver tirato su una casa
semplice ma dai forti pilastri, un solido tetto,
muri portanti. Con moglie e figli, un amore
da mettere sottovuoto, difenderlo da tempeste
e invidia. Riserva di forza e di coraggio
per gli istanti più duri, i mesi in cui la pioggia
trascina via i colori, l’allegria, i mattoni
forgiati con i sogni. Voglia di piangere
ma non poteva farlo perché sarebbe bastata
una lacrima per ritrovarsi a vivere in un deserto.

Ladrillos forjados con sueños

De la misma manera en que se construyen los castillos
en el aire él pensaba haber levantado una casa sencilla
pero con pilares fuertes, un techo sólido,
muros de carga. Con esposa e hijos, un amor
para ser envasado al alto vacío, protegerlo de tormentas
y envidias. Reserva de fuerza y ​​coraje
para los instantes más duros, los meses en que la lluvia
arrastra con los colores, la alegría, los ladrillos
forjados con sueños. Ganas de llorar
pero él no podía hacerlo porque bastaba
una lágrima para terminar viviendo en un desierto.

Sentire in tutti i modi

In fondo la migliore maniera di viaggiare
è sentire. Sentire in tutti i modi.
Álvaro de Campos (Fernando Pessoa)
Eccomi ad accarezzare l’abisso dell’oscurità
resta poco di ciò che è stato, tutto una presa in giro
dei sentimenti, un bizzarro riflusso di ricordi. Poi
la porta che si chiude alle spalle e si annullano frasi
vuote, bugie. Avevo lo sguardo smarrito, il sale
sulle ferite. In lotta con il mondo, lo spazio ristretto
di una casa e del paese, alla ricerca della grazia,
dell’amicizia e dell’amore. Fino a lacerarsi
per il troppo sentire ma con mio zio era come
partire per un viaggio. Che gioia ascoltare le sue frasi
davanti allo sguardo intenso, al suo confortante sorriso!

Sentir en todos los sentidos

Al final, la mejor manera de viajar es sentir. Sentir todo de todas las maneras.
Álvaro de Campos (Fernando Pessoa)
Aquí estoy acariciando el abismo de la oscuridad
poco queda de lo que una vez fue, todo es una burla
de los sentimientos, un extraño reflujo de recuerdos. Entonces
la puerta se cierra detrás de nosotros y se anulan frases
vacías, mentiras. Tenía la mirada perdida, la sal
en las heridas. Luchando con el mundo, en el estrecho espacio
de un hogar y de un pueblo, a la búsqueda de la gracia,
de la amistad y el amor. Hasta lacerarme
por el demasiado sentir pero con mi tío1 era como
ir de viaje. ¡Que alegría escuchar sus frases
frente a su intensa mirada, a su sonrisa reconfortante!

La purezza che nutre

Stincata l’antica vigna ma il posto lo riconosci
per via degli ulivi, il castagno, gli abeti al di là
della recinzione. Sono qui, ti aspetto: non ti ho
dimenticato! Gli occhi rossi ma sorridi, sollevi
un braccio per un saluto. Arduo liberarsi
dei peccati, soprattutto di quelli non commessi
ma ci nutre ancora la purezza, ora voglio
proseguire dopo aver aperto una breccia. In fuga
nel tentativo di evitare la tempesta e l’alba
è il coltello che lacera le vele, sbianca il volto
del padre: impaurito, in attesa davanti al cancello.

La pureza que nutre

El antiguo viñedo ha sido arrancado pero reconoces el lugar
por los olivos, los castaños, los abetos más allá
de la cerca. Estoy aquí, te estoy esperando: ¡no te he
olvidado! Sonríe con los ojos enrojecidos, levanta
un brazo a modo de saludo. Difícil liberarse
de los pecados, especialmente los no cometidos,
pero la pureza aún nos nutre, ahora quiero
continuar después de abrir una brecha. Huir
en un intento de evitar la tormenta y el amanecer
es el cuchillo que rasga las velas, blanquea el rostro
del padre: asustado, esperando frente a la puerta.