La selección de fútbol de Palestina
Allí estaban los olivos colgados del polvo
Belén y la imposibilidad de que todo esté junto
en el incienso que oprime
los niños y adolescentes que me llamaban
cómo diferenciarlos
cómo poner de un lado la infancia del otro la adolescencia
sus expresiones de adultos niños de niños jóvenes
de jóvenes con cara de niños pidiéndome una foto
¿Quiénes solo juegan quiénes ya dicen la verdad?
Acabamos de salir del colegio y queremos una foto
foto foto reían a coro
No lo escuches -me dicen-
siempre hay una voz que sale de un lugar desconocido
que despierta la duda
Una voz que dice: Estos chicos sin edad siempre andan pidiendo foto
No existen más que en las fotos
No los dejes entrar en tus fotos
Dentro de poco una piedra estallará en sus manos
Pero yo empiezo a tomarles fotos aun preguntándome
cuáles son los niños cuáles los adolescentes
cuál es su equipo sudamericano favorito de fútbol
La pelota es lo único que viaja dicen. Todo debería ser redondo
Yo enfoco lo que viaja para sacarlos entre risas de ahí
para burlar el polvo que nos abraza y persigue como una pelota
saqué fotos fotos fotos
tantas y ahora me pregunto cuántos de ellos ya no son más niños
cuántos quedaron como niños en cofres pequeños fúnebres
cuántos con cara de niño volaron por los aires como la pelota que viaja
con cuántos muertos se formaría la Selección de fútbol de Palestina.
A los once años no sabía que ya escribía poesía
a esa edad solo te gusta dar empujones
burlarte en secreto del más débil del más gordo
Yo no sabía que aquello que escribía en la arena era poesía
hundía mis dedos buscando eso
lo que mueve el mundo
lo hace injusto e imperecedero
lo hace inútil y abstracto
El mundo se movía se sacudía
ahora se enfría o se calienta
El mundo se nada o te hunde como ahora
que saco medio cuerpo del hoyo que cubre el cemento
aparto a los peces y el pantano se pega a mis pies
y resbalo en los minutos que faltan
para que mis zapatos con clavos se rompan
porque siempre es lo que falta lo que se rompe lo que no está
separar palabras como clavos que rompen
pulir la platería y jugar a que se quedarán ahí grabadas
como un corazón roto en un árbol.
[inéditos]
Una ciudad se forma de los restos de viejas ciudades
una ciudad es el saldo de una ciudad más grande
que se comió a otra ciudad
los científicos y los politólogos juntan los pedacitos
para darle a la historia un sentido épico
y lo que flota en la burbuja
lo que quedó en lagunas de aceite
el río atigrado de codos y pies
es el mapa que define
raciones de agua tiempo de vida
la tintura del petróleo provoca lesiones cromáticas
puedo ver con claridad la sangre
de los animales que aprendí a degollar en mi niñez
y mi hermana echaba al jardín para que todo vuelva a crecer
y así la cadena de la vida nunca se rompa
una ciudad si te fijas
el vecindario es como un pastel mal cortado
los hijos de la vecina con la música a todo volumen
los hijos de los africanos no son africanos no insistas
son solo hijos
cada uno cuestiona desde su burbuja
la mía monolingüe hétero
dos cabezas piensan mejor que una
no caves más
encontrarás las malas artes las raíces
la pureza la escisión las guerras
también la poesía
Esta burbuja cuelga del Norte
del más alto cielo como una bombilla indestructible
como un planeta en una navidad interminable
de izquierda a derecha cuento los pinos y los arces que en orden
rodean la ciudad
admiro su miniatura que no se puede tocar
los muros de piedra que relleno con dibujitos
me desovillo para disfrazarme
para infiltrarme en el bosque para acampar
en mis propias palabras
hago a un lado el junco que se introduce como un submarino
en el pantano y emerge en la baba del mar
la madera de la resistencia
la indiferencia del sol
no seré su enfermera ni cuidaré a sus niños ni a sus ancianos
no voy a quedarme de brazos cruzados
le digo al dueño de la gran burbuja
desbrozo con mis guantes de hule el ácido de las bayas que
recolecté
pensando en lo mínimo que necesito vender para salir a flote
cada mañana saco brillo a mi burbuja con el codo con la voz seca
que no entre nadie más cerraré la puerta
tanta luz debería ser suficiente
[de Dónde dejar tanto ruido, Álbum del Universo Bakterial]
Roxana Crisólogo (Perú/Finlandia) es poeta, traductora y gestora cultural. Kauneus (la belleza) reeditado por Ediciones Nebliplateada (2023) y próximamente por RIL ediciones España (2024) y Dónde dejar tanto ruido (Álbum del Universo Bakterial, 2023) son sus últimos libros. Fundadora y actual vicepresidenta de Sivuvalo Platform. Actualmente es becaria de la Fundación Kone. Vive y trabaja en Helsinki. https://roxanacrisologo.org/