Poesía de mujeres argelinas:
Anna GREKI

Argelia capital Argel

Vivo en una ciudad tan cándida
Que la llaman Argel la Blanca
Sus casas encaladas están colocadas
En cascada en pan de azúcar
En cáscaras de huevos rotos
En leche de luz solar
En deslumbrante colada azulada
En encaje en entredós
En pleno centro
De todo el azul
Giro sobre mí misma
Y bato el azúcar azul del cielo
Y bato esta nieve azul del mar
Alzada sobre islas batidas que fueron mil
Ciudad audaz Ciudad lanzada
Ciudad marina azul marino salina
Ciudad de alta mar pronta a la aventura
La llaman El Yazaír
Como un buque
De la compañía Charles le Borgne

Infancia

Ira ante el niño sin pan ni madre
               que come tierra
               dibuja helicópteros
               permanece de pie en su sueño

Ira ante el niño con el vientre ultrajado
                 araña de la miseria
                 que juega con la tierra
                 bajo un sol turista

Ira ante el niño que corre frente a la guerra
                hasta las fronteras
               desde hace siete años sin parar
               a menos que se tumbe en la tierra

Ira ante la tierra entera
               la tierra que es el pan
               que es la alegría
               la casa y la muerte

Sol de noviembre

El sol esa mañana
Tenía su voz de pregonero
                        del pueblo

Qué dice y qué quiere
En el espesor de las sombras
                          Reventadas

Grita que tiene amor
De sobra y mucha sangre
                          En las manos

Grita desde los tejados
De Argel la Blanca de Argel
                          La Roja

La alegría húmeda del día
Y la amargura alegre
                          De la vida

Aún más desnuda que el agua

Y tuve el deseo que nunca me abandona
De tenerte dentro de mí donde está el corazón
Donde late la sangre donde se multiplica sin límite
La alegría –sin el horizonte sensible de la piel
                Aún más desnuda que el agua

Y tuve el deseo que nunca me abandona
De una pradera refrescante de tu voz
En verano siempre es mediodía en mi país
Mediodía sin línea ni color mediodía lo negro
                De pie llenándose de sol

Y tuve el deseo que nunca me abandona
De tu voz –entre los labios entre las piernas
Entre la unión brillante del grito y la alegría
Entre el pliegue de la leche nocturna y de la mañana
               Adonde voy a beber beber

Y tuve el deseo que nunca me abandona
De un puente plantado entre mí misma y la imagen mía
De una roca en que me miro pensando en el abismo
Que me separaba de mi bien de mí misma de los míos
              Entonces lo tendría todo

Y tuve el deseo que nunca me abandona
Del camino del retorno y de sacarte al mundo
Mi almendra mi almendro mi vida tan redonda
Del retorno y de nuestro renacimiento Allá
              Donde tuve ese deseo

Algérie, capitale Alger, Traducidos por Souad Hadj-Ali Mouhoub.

Anna Greki (1931-1966), seudónimo de Colette Anna Grégoire, es una poeta argelina de origen francés.
Estudió la primaria y la secundaria en Argelia donde nació antes de continuar sus estudios en literatura moderna en la Sorbona.
En 1955 interrumpió sus estudios para regresar a Argelia con el fin de participar activamente en la lucha por la independencia.
A los 25 años pasó a la clandestinidad y se unió a los combatientes argelinos en el maquis en la región de Oran. Fue detenida en marzo de 1957. Tras una semana de torturas, fue internada en la prisión Barberousse de Argel donde escribió sus primeros poemas.
Al año siguiente fue trasladada a otra prisión de la capital antes de ser expulsada de Argelia. Al su regreso a la Argelia independiente en 1962, adhirió a la primera Unión de escritores argelinos, fundada el 28 de octubre de 1963.
En 1965 fue nombrada profesora de francés en Argel donde participaba en los debates sobre las orientaciones revolucionarias de la literatura.
Falleció durante el parto en Argel el 6 de enero de 1966.
Dejó dos poemarios: Algérie, capitale Alger, Éditions Bouslama, Túnez 1962. Temps forts, 1966.