La ciudad pierde sus edificios encalados
uno tras otro
como pierde los dientes una anciana.
Sus residentes lanzan fuegos artificiales a plena luz del día
cuando les sorprenden pesadillas de éxito o matrimonio
o cuando se hartan de compartir balcones con palomas
esos residentes que anidaron en sus edificios encalados
como una caries en un diente.
No están ciegos,
pero aun así, miran al sol y disparan fuegos artificiales
aplaudiendo, animando, jaleando
como miembros de una tribu primitiva
que saben que la noche empezó su reinado hace tiempo.
Los balcones de la ciudad cuelgan
como cuelga una teta vieja
desinflada (y arrugándose)
hasta rozar la panza moldeada por el tiempo.
los viejos mueren
de aburrimiento
o por alguna enfermedad que ataca después de cumplir setenta
pero a veces es el balcón quien mata
a esos hombres que levantan la vista (disimuladamente)
o miran los pechos de alguien que pasa
cuando eran pequeños dioses, sus piernas colgando,
arrojaban agua a quien pasaba debajo
y quien pasaba debajo alzaba insultos, una maldición
y a veces después de hacer el amor
salían a fumar un cigarrillo
y dejaban escapar un largo suspiro.
Qazm yataqaddam biboṭ’ dājil al ustūra (Como un enano que avanza lentamente dentro de la leyenda), 2019. Traducidos por Jacobo Bergareche.
Casting
El novato
El sin talento
El que nunca actuó en una película
El que nunca pisó un plató
El que nunca vio una película
El que no le gusta la cámara y a ella tampoco le gusta él
El que apenas recuerda su propio nombre durante el rodaje
y no está dispuesto a seguir las instrucciones del director.
El que busca un papel,
Por lo que se quedó atrapado en esta película.
Créditos
El hombre El que pierde las bobinas
El nacimiento Las bobinas en blanco
La muerte Ya no se necesita bobinas
La felicidad Las bobinas escogidas
La desgracia Perder todas las bobinas
El amor Siempre hallar espacio en la bobina para la próxima toma
El suicidio Abandonar todas las bobinas
El tiempo Una bobina larga, que solo puede contener una única toma
La vida Grabar una larga película y al final, darse cuenta de que se había olvidado poner la bobina en la cámara
Ilā essinimā (Al cine), Beirut 2011/Argel 2015. Traducido por la propia autora.
Lamis SAIDI (1981) poeta y traductora argelina que escribe en árabe. En 2004 se graduó como ingeniera informática por la Universidad de Ciencias y Tecnología de Argel.
Ha trabajado como organizadora y moderadora de espacios de debate cultural en la Biblioteca Nacional y en el Teatro Nacional de Argel.
Perfecta bilingüe, ha traducido a numerosos poetas y novelistas al árabe como: Anna Gréki, Yamina Mechakra, Rabah Belamri, Youcef Sebti, Henri Michaux, Pier Paolo Pasolini, Emily Dickinson, Roberto Bolaño, Mario Benedetti, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges…
Participó en numerosos encuentros y festivales literarios internacionales como Writers Unlimited (en La Haya 2008/Sudáfrica 2010), Transmediale (Berlín 2009), Voix Vives (Francia 2011/España 2014), Small Literatures (Cro 2018), Festival de literatura mediterránea INIZJAMED en Malta 2022 y Festival de Bookolica en Italia 2023, y es invitada para dar conferencias sobre literatura argelina y árabe.
Además de participar en libros colectivos y narrativa, publicó 4 poemarios que fueron particularmente celebrados en el mundo árabe y en Europa: Nasaitu ḥaqībatī kakulli marra (Como siempre, he olvidado mi bolso), 2007. Ilā essinimā (Al cine), Beirut 2011/Argel 2015. Kamadīnatun tagzūhā ḥarb ahliya (Como una ciudad arrasada), 2017. Qazm yataqaddam biboṭ’ dājil al ustūra (Como un enano que avanza lentamente dentro de la leyenda), 2019.