Poesía de mujeres argelinas:
Z’hor ZERARI

Delante de la puerta
de Barberousse*
Un niño llora
Su madre está callada
El padre ha sido ejecutado
esta mañana

Un chaparrón primaveral
Se mezcla con las lágrimas
De la madre y del niño

Un sol suave
Tal una caricia aparece
¿Acaso secará
todas las lágrimas?

En el camino soleado
El niño sonríe
La madre espera.

(*Barberousse es el nombre de la prisión.)

¿El sol es para todos?

Una sinfonía de luz
Se desliza sobre Barberousse
El guardia hace la ronda
Baja la gorra
El sol lo ciega
Obstinadamente los rayos
Intentan penetrar
En las celdas…
Pero en vano
Los hombres han levantado
Muros opacos.

Algunos rayos de sol
Se cuelan
Entre los barrotes
Para decir a los hombres
Que llega el verano

En el muro del recinto
Un guardia baja la gorra
El sol lo ciega
A lo lejos
Silba un tren
Una llamada desgarradora
En la noche
Silba, silba
Llama a la libertad
A los viajes
A los grandes espacios…

¿De dónde viene?
¿A dónde va?
Lleva
A hombres y mujeres
Indiferentes, preocupados, aburridos
Impacientes, esperanzados
Para unos es una vida nueva
Para otros
Es un paréntesis

Es de noche
El tren silba
Llama a la libertad
A los viajes
A los grandes espacios…

Mis sueños locos
Chocan con los barrotes
Se lastiman para volver a caer
Jadeantes en mi celda
Et tren ya está lejos…

 

A mi padre

Y recuerdo
Cuando me dijiste
“Cuando muera
No me olvides
Ven a verme a menudo”

No sé si has muerto
Y si has muerto
No sé dónde está tu tumba

Y me la imagino
A la sombra
El sol aparecería
Solo por la mañana

El día
En que vea tu tumba
Dejarás de esperarme
Estaré allí
Muy cerca de ti
Y cogeré tu mano
Poniendo la mía
Sobre la piedra helada
Y suavemente
Bajo el murmullo de los sauces llorones
Te cantaré
El alba naciente
Y el frescor
De las mañanas argelinas
La brisa siempre fiel
Te aportará la plegaria
de la mañana

Te susurraré
Muy bajito
La última caricia
De la ola que se va

Y el infinito dolor
De una flauta que se cansa
Y cuando me vaya
Para no despertarte
Suavemente deslizaré
La mano sobre la piedra helada
Me iré
Pero tú sabrás
Que mi ausencia ya no será
Tan larga.

A mi spleen
Se ha sumado el sueño
Yo sueño
Con un jardín mojado
Con flores y labios entremezclados
Con el viento en el rocío
En las hojas
Y el cabello enmarañado
Sueño
Con la sonrisa de los guijarros
Con la ola mimosa
Y con nuestras huellas enlazadas
Sueño
Con un puñado de lágrimas
Con un puñado de arena
Y con unas conchas
Y en el fondo estrellas.

Poèmes de prison. Traducidos por Souad Hadj-Ali Mouhoub.

Z’hor ZERARI (1937-2013) fue una luchadora por la independencia de Argelia. Se unió al movimiento de resistencia a los 19 años después de haber sido expulsada de la escuela francesa a pesar de haber sido una alumna brillante.
Fue arrestada y torturada por los soldados del general Schmidt y trasladada a varias prisiones en Argelia y en Francia.
Después de haber sido condenada a quince años de cárcel, en 1957 la condenaron a cadena perpetua. Salió de prisión en marzo de 1962 tras los acuerdos de Evian que ponían fin a la guerra de Argelia.
Con la independencia del país trabajó en el semanario argelino Algérie Actualité convirtiéndose en la primera mujer periodista durante los años 60 y 70, y paralelamente, militaba por la promoción de las mujeres argelinas.
Durante su estancia en la cárcel escribía poemas porque ella no disociaba poesía y revolución.
En 1988 publicó su colección Poèmes de prison. Éditions Bouchène, Argel 1988.